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Capilla de San Francisquín

Capilla de San Francisquín, también llamada del Cristo de los Dolores el proyecto de la construcción de la capilla es de 1662, diseñada por el jesuita Francisco Bautista

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La Capilla de San Francisquín, también llamada del Cristo de los Dolores es una parte de la Iglesia Medieval de San Francisco el Grande que los padres franciscanos compraron el 11 de Junio de 1617 al Comisiariato Franciscano de Indias para no perder el enlace con el convento.

Esta Iglesia es de la llamada Venerable Orden Tercera, también llamada de la Penitencia, creada en 1221 por San Francisco, figurando entre sus normas la ayuda a los pobres, anteriormente había fundado otras dos con frailes Franciscanos y hermanas pobres Clarisas.

La Orden fue muy popular y dentro de ella había personajes importantes como Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca y Lope de Vega. En adelante se la designó por sus siglas V.O.T.

Prosperando el proyecto de la construcción de la capilla en 1662, fue diseñada por el jesuita Francisco Bautista, un arquitecto autor también de la Colegiata de San Isidro, junto con otro arquitecto, Sebastián Herrera Barbueno.

La construcción fue realizada por Marcos López, impuesto por la Orden y con la colaboración de Juan Delgado y Luís Salgado, más adelante Marcos López le sustituyó Mateo López. La Capilla fue inaugurada el día 3 de Mayo de 1668.

En el año 1888 estuvo a punto de ser derribada y salió indemne durante la Guerra Civil, de saqueos e incendios.

Desgraciadamente en 1968 se realizó una reforma que se fue haciendo poco a poco, donde desapareció la decoración barroca en el baldaquino, retablos e imágenes, cambiando también el lugar donde antes se situaba el altar, pero una denuncia del diario de Madrid consiguió paralizarla. Un año después se la declaró Patrimonio Nacional lo que supuso su protección interviniendo directamente el Estado y el Servicio de Monumentos en su restauración.

La Capilla estuvo sometida a varias obras a cargo de la arquitecta Mª Ángeles Hernández Rubio desde 1975 hasta el 25 de Noviembre de 1980 para acercarse todo lo posible a su estado original. Algunas cosas fueron imposibles de restaurar como los altares churriguerescos, que se quedaron a la intemperie durante dos años con el consiguiente deterioro.

Al interior se accede por una galería Neoclásica que imita la crujía de un claustro realizada por Sabatini en el siglo XVIII, al recorrer la galería a la derecha nos encontramos con una puerta y tras atravesar un pequeño atrio entramos en la capilla

La capilla tiene planta rectangular  sin capillas laterales lo que es común entre las cofradías y hermandades, tiene una sola nave compuesta de tres tramos cubierta con bóveda de cañón y un falso crucero con cúpula y linterna. Un coro alto y una capilla mayor cuadrada con casetones.

Los hermanos utilizaban la nave larga, para los cargos directivos y personajes ilustres la zona del crucero y para el culto el presbiterio.

La decoración es austera a base de pilastras de orden toscano que sujetan un saliente con modillones de estilo prebarroco. La cúpula tiene unas pechinas que soportan el peso de la misma con emblemas franciscanos, las llagas de San Francisco, que eran cinco, las cinco cruces de la Tierra Santa.

La bóveda, cubierta de yesería con efectos de luz natural, al contrario que la cúpula que aparece más en penumbra, al revés de lo habitual en casi todos los casos.

Todo el interior del templo da la sensación de estar hecho para el retablo mayor con un baldaquino  obra de Juan de Ursularre, como si fuera un templete con una base de mármol del arquitecto Rodrigo Carrasco con cuerpo de madera con columnas, este retablo se realizó para albergar la imagen del Cristo de los Dolores.

La impresionante talla de madera presenta a Cristo de pie, abrazando suavemente la cruz con la mano izquierda, su pie izquierdo descansa sobre una calavera y con la cruz está aplastando la cabeza del dragón infernal. Mantiene una expresión de dolor serena en el rostro,  tiene una corona de espinas en la cabeza, los labios amoratados y los ojos velados por la sangre, el cuerpo está lleno de heridas.

No se sabe bien quien fue el autor de la imagen aunque sí que fue policromada por Diego Rodríguez en 1643, a sus pies hay un bonito busto de La Dolorosa.

La Sacristía de la Iglesia es de gran belleza, de planta rectangular en tres tramos con arcos de medio punto en el centro y encima una cornisa. La bóveda tiene unas ventanas y en el centro una pintura al fresco que representa el Arrebato de San Francisco al Cielo obra de Teodoro Ardemans realizado en trampantojo representando personajes asomados a una barandilla. Al fondo de la Sacristía tenemos tres arcos y dentro las cajonerías en madera de caoba realizadas por Fernando Pelayo.

Desgraciadamente todo el conjunto se encuentra bastante deteriorado.

Según palabras de Elías Tormo “Es la más típica iglesia de Madrid y la más sencillamente bella de las del reinado de Felipe IV, por su arquitectura y decoración dentro del protobarroco”

Horarios

Lamentablemente los horarios de apertura al público son reducidos, solo algunos sábados y un tanto aleatorios y es recomendable preguntar antes de de asistir en el teléfono 913653800 para evitar paseos innecesarios.

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