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El yacimiento de Chao Samartín es una de las joyas castreñas del norte de la Península. Se encuentra ubicado en la localidad de Grandas de Salime, Principado de Asturias.
Fue un castro fortificado fundado a fines de la Edad del Bronce siglo IX-VIII a. C. y se mantuvo habitado hasta fines del siglo II d.C., cuando fue destruido por un movimiento terremoto. En la actualidad es un yacimiento visitable y musealizado. El Museo es de visita obligada para entender la evolución del castro.
El castro está constituido por un grupo de cabañas, de planta circular y rectangular con esquinas redondeadas, de sala única y cubierta vegetal, que se extendían al abrigo sus murallas.
Su existencia como antigua fortificación era conocida por diccionarios geográficos elaborados durante los siglos XVIII y XIX, aunque no fue reconocido como castro hasta el año 1967 por José Manuel González y José Lombardia Zarzaín. Comenzando las primeras excavaciones en el año 1990 y se sucedieron con regularidad sucesivas campañas hasta el año 2009. Su extraordinaria secuencia estratigráfica ha posibilitado la revisión y actualización de la investigación sobre el desarrollo de la Cultura Castreña en Asturias. Todavía falta gran parte del poblado por estudiar.
En la Edad del Hierro el castro sufre grandes modificaciones adoptando las típicas características estructurales fosos, murallas de módulos, cabañas de grandes dimensiones para servicio comunitario, una sauna castreña e incluso talleres metalúrgicos.
Tras las Guerras Astur-Cántabras fue romanizado y se convirtió en una prospera ciudad bajo el control del ejército romano. Fue completamente destruido por un terremoto en el siglo II dic., quedando totalmente despoblada hasta tiempos altomedievales, cuando sus ruinas serían reutilizadas como necrópolis en tiempos de la monarquía asturiana, que prolongó el uso funerario hasta el fin de la Edad Media. Debido al abandono repentino se encuentran muchas herramientas incluso joyas y otros objetos de valor en la época romana.
En torno a la explanada que corona el castro se dispusieron enormes obras de cierre donde se identifica un gran edificio. Considerado un espacio ceremonial.
El perímetro de la acrópolis se encontraba, a finales de la Edad del Bronce, delimitado por una gran empalizada y un foso que separaban este recinto del poblado en sí. La muralla del castro es de las denominadas murallas de módulos
Sus habitantes practicaban la agricultura, preparaban sus alimentos en cerámicas elaboradas sin torno y fabricaban utensilios de hierro y cobre como muestran los restos metalúrgicos hallados.
En este castro se ha usado un sencillo sistema con el fin de evitar el deterioro producido por las inclemencia meteorológicas colocando una cubierta de pizarra sobre las estructura con el fin de evitar la entrada de agua y disminuir notablemente el lavado superficial de las estructuras. Lo que le concede una peculiar estampa.
El castro cuenta con los siguientes elementos:
No es posible la visita libre; debe tratarse en el Museo del Castro, situado a pocos metros del mismo. Teléfono: (34) 985 627 143
