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Cueva de los Casares

Cueva de los Casares poco conocida, es la estación rupestre paleolítica más importante del centro de España. Descubierta en 1928, declarada Monumento Nacional en 1934

A tres Km del pueblo de Riba de Saelices (Guadalajara) se encuentra la cueva de los Casares, accesible por una pista de tierra apta para todo tipo de turismos. Para visitarla hay que pedir cita al guía, ya que hay un cupo cerrado de seis personas como máximo por turno. La visita dura tres horas, y les aseguro que no tiene desperdicio. Se recomienda llevar calzado de suela gruesa, debido a la humedad, y ropa de abrigo por la baja temperatura (10º todo el año).

Historia

Aunque poco conocida, la cueva de Los Casares, es la estación rupestre paleolítica más importante del centro de España. Y a ser poco visitada, ha permitido mantener en muy buen estado este interesantísimo patrimonio. Se encuentra a unos 100 metros sobre el valle del río Linares, dentro del Parque Natural del Alto Tajo. El río Linares es actualmente un riachuelo de irregular caudal, pero en el período glacial fue un caudaloso curos de agua que atrajo a sus riberas a la fauna del momento (hoy extinguida), y a los grupos cazadores de humanos que les seguían y en ocasiones, perseguían.

El interior de la cueva es oscuro y húmedo, pues carece del acondicionamiento lumínico que se ha hecho en otros yacimientos similares, y al introducirnos en ella, tenemos la sensación que debieron tener sus primeros visitantes: el vacío y el temor a la oscuridad. El arqueólogo Juan Cabré y su hija Encarnación, fueron los primeros en realizar investigaciones científicas en su interior. Loa profesores Beltrán y Barandiarán, de la Universidad de Zaragoza, años más tarde completaron el estudio con análisis estratigráficos.

Descubierta en 1928, fue declarada Monumento Nacional en 1934.

Actualmente existe una Asociación de Amigos de la Cueva de los Casares y del Arte Pelolítico, con sede el Ateneo de Madrid, y constituido por un amplio grupo de aficionados a la Prehistoria, la Arqueología y la Historia Antigua, con especial énfasis en el Arte Rupestre, ya sea Paleolítico, Levantino o Esquemático. Entre ellos hay profesionales de múltiples campos del saber: Historiadores, Matemáticos, Ingenieros, Médicos, Fotógrafos, Biólogos, etc...Tal es la importancia que se le da a esta cueva repleta de arte rupestre, a la que no es ajena la figura del vigilante de la cueva, D. Emilio Moreno Foved, vecino de Riba de Saelices.

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Descripción

La cueva contiene unos 170 grabados de hace unos 18.000 años, representaciones de figuras antropomórificas y de diversos animales (caballos, toros, rinocerontes, ciervos, felinos, peces, ...). Es la única cueva en el mundo donde se representa una cópula de dos seres antropomorfos bajo la mirada de una hechicera con disfraz de mamut, pero hay que abstraerse un poco para contemplar la escena. Esta y otras escenas, como la de una mujer embarazada, muestran un interés de los ancestrales habitantes del lugar por la fertilidad. Muchos de sus grabados han sido mutilados, puesto que no se han protegido convenientemente contra las agresiones. Los grabados rupestres están a unos 200 metros de la entrada.

El número de temas y asuntos que tratan las representaciones que hallamos en el interior de esta cueva es tan dispar y variado, que acaban por sorprendernos muy gratamente: 9 escenas completas, 72 figuras aisladas, y 40 signos o trazos sueltos. Son 96 figuras claras de animales y 20 antropomorfos. Entre los animales se distinguen, en mayor o menor medida,  25 caballos, 17 ciervos, 1 reno, 6 uros o grandes toros, 8 cabras, 1 bisonte, 2 felinos, 1 rinoceronte lanudo, 1 mamut y un disfraz de mamut, 1 glotón, 1 comadreja, 1 nutria, 2 liebres, 1 ave, 1 serpiente y 21 peces.

Entre las figuras grabadas de los Casares, aparecen antropomorfos con cabezas redondeadas, asimiladas a batracios por algunos investigadores. Sobre un cuerpo claramente humano sobresale un acusado prognatismo facial que alejan a estas figuras en principio antropomórficas de cualquier similitud con los hombres.

Otros grabados representan cabezas redondeadas que parecen soltar una carcajada, difícilmente asimilables con un cráneo humano, pero quizás sus autores no eran capaces de representarse a sí mismos, o realmente querían simbolizar algo totalmente diferente a una cabeza humana. 

En Los Casares se da uno de los pocos casos (el otro es el de la cueva francesa de Les Combarelles) en los que, con dudas, puede estar representada una escena de cópula entre seres humanos. Intervienen dos personajes, muy poco definidos, en pleno acto sexual. El género masculino del sujeto viene señalado por la existencia de un gran falo, que introduce en el cuerpo del otro personaje, que suponemos de género femenino. El personaje femenino posee esas caderas ensanchadas que nos recuerdan a las “venus” paleolíticas, frecuentes en el arte mueble centroeuropeo. El personaje masculino gira la cabeza y mira a dos mamuts, uno de perfil izquierdo y otro frontal en el que destaca la gran abundancia de vellosidad (o así nos lo parece). El colmillo derecho del supuesto mamut contacta con la región pubiana de la "mujer”. Esta escena se ha interpretado en términos de hierogamia, cópula sagrada, matrimonio sagrado.

También han sido documentadas figuras antropomorfas superpuestas a siluetas de caballos, y figuras pisciformes.

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Diego Salvador Conejo

Geolocalización:

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