Estanque de el Retiro

Desde su creación, los jardines del Buen Retiro contaron con una amplia red de canales, estanques y lagos artificiales. El corazón de todo este entramado hidráulico era un enorme depósito de agua comúnmente conocido como "estanque grande". Sus orígenes son difusos, y aunque existen varias teorías, la más difundida es la que considera que se construyó en el reinado de Felipe II (1559-1598), aprovechando un lago ya existente. Este estanque tiene 280 m de largo y 140 m de ancho. Tenía seis norias que le alimentaban de agua, que estaban rematadas con chapiteles de pizarra del mismo estilo que el resto de las edificaciones del Retiro, muy en la línea de la denominada Arquitectura de los Austrias. En medio del estanque había una isleta de forma ovalada que hacía las veces de pescadero o también de escenario, donde se celebraban numerosas representaciones teatrales. Sucesivas remodelaciones cambiaron el rostro al Estanque Grande. La obra de mayor envergadura sería el Embarcadero en época de Fernando VII, situado en el lado oriental del estanque hasta que fue sustituido por el monumento a Alfonso XII. Otras teorías es que se construyó durante el reinado de Felipe IV, pues podría haber sido construido para divertimento de rey tan jaranero, o al menos, si ya existía, impulsó su utilización lúdica para él y su Corte. En el Estanque Grande se hacían simulacros de batallas navales en los que participaba el propio rey. Estas naumaquias (combates navales con barcos a escala y fuego simulado) hicieron las delicias de la corte, ya que hacían rememorar las victorias de las flotas españolas, eso sí, sin sangre.

Las representaciones realizadas en el Estanque, brillantes y espectaculares, dieron a la Corte de España la fama de ser una de las más lujosas de Europa. Nunca volvió a tener el Retiro la fama internacional de aquellos años. Y es que habían coincidido varios factores para ello: Felipe IV, protector de las artes y la presencia de artistas de primera fila protegidos por el monarca. Del estanque partía un canal denominado Canal de Mallo o Río Grande que medía 4.100 pies castellanos y llegaba hasta la ermita de San Antonio de los Portugueses a la que rodeaba. Fue construido en 1639 por Cristóbal de Aguilera y discurría a lo largo del actual paseo de coches y llegaba hasta la actual glorieta del Ángel Caído, donde formaba una isla. El estanque estaba alimentado por los viajes de agua que llegaban desde Chamartín, de la Fuente del Berro y del arroyo del Abroñigal, a través de norias. Este canal de Mallo o Río Grande servía para que el rey y su corte lo recorrieran en barca constituyendo una de las atracciones más pintorescas del palacio del Buen Retiro. Se organizaban excursiones, tanto de día como de noche, alumbradas por antorchas. Los molinos extraían el agua de los viajes subterráneos, a través de un sistema de norias, bombeándola al Estanque Grande. Además había seis templetes denominados "pescaderos", que servían para que el rey y sus acompañantes pescaran las numerosas especies que fueron traídos para tal menester. En la Casa de las Atarazanas se guardaban y reparaban las embarcaciones.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII se ensayaban en el Estanque nuevos tipos de barcos y motores, dentro del interés que el mundo de la Ciencia y la Técnica despertaba en los hombres de la Ilustración. Dentro de las cercas del Retiro, se echa a volar un globo aerostático en 1792. En años siguientes, el punto de partida de estas actividades será el Parterre.

Isabel II, siempre necesitada de fondos, cedió los derechos de explotación del estanque a un comerciante que cobraba por taquilla el uso y disfrute de este pequeño mar capitalino. Ya en 1878, se ofreció a los visitantes del Estanque la primicia de surcar sus aguas en un vapor de hélice.

Por cierto, Gómez de la Serna y Pérez Galdós llamaron al Estanque, “el gran vaso de agua de Madrid”, “un mar de bolsillo” o “reducción del inmenso Océano”.

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Juego de pistas del Retiro

Visita guiada los tesoros del Buen Retiro

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Bibliografía, Créditos y menciones