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Faro de Moncloa

La Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid, más conocida como Faro de Moncloa y se inauguró en 1992, se construyó como símbolo del Madrid del año 2000, según José María Álvare

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La Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid, más conocida como Faro de Moncloa, es una estructura de 110 metros, ubicada en la Ciudad Universitaria madrileña. El acceso al mirador, situado a 90 m de altura, se efectuaba a través de un par de ascensores exterior acristalados que tardaban veinte segundos en subir. El mirador superior, albergó durante un tiempo un restaurante, bastante inestable, al decir de aquellos que se atrevieron a tomar un piscolabis mientras admiraban la ciudad desde las alturas. Eso sí, sin duda, las vistas desde el Faro son excelentes.

El Faro de Moncloa comenzó a construirse en 1990 según el proyecto arquitectónico de Salvador Pérez Arroyo, y se inauguró en 1992, al socaire de los fastos que convulsionaron la sociedad española en aquellos días. Se construyó como símbolo del Madrid del año 2000, según las emocionadas palabras del entonces alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano.

Pero muy pronto fue cuestionado y atravesó múltiples problemas, pues muchos expertos aseguraron que tan moderno edificio rompía la estética de los inmuebles de la zona de Moncloa. Aunque éste fue el menor de los que cabría esperar, puesto que las deficiencias técnicas superaron con mucho al mero contencioso con la armonía urbana que pudiese darse. 

Poco después de la inauguración, y debido al fuerte viento, algunas planchas metálicas de la parte superior de la torre se desprendieron de la estructura, y cayeron al suelo, afortunadamente sin tener que lamentar desgracias personales. No olvidemos que se trata de planchas de varias toneladas de peso. Más dificultades y contratiempos: el pasamanos de la estrecha escalera de 80 cm de ancho en forma de espiral producía descargas eléctricas a quien osaba acercar la mano. Más anécdotas negativas: al día siguiente de su inauguración uno de los dos ascensores que tenía, ésos que tardaban 20 segundos en subir hasta la plataforma, se averió.

Poco después de acceder al cargo edilicio Alberto Ruiz-Gallardón, en 2003 esta torre de comunicaciones (ésa era su función inicial) fue languideciendo y sufriendo cierres periódicos. En 2005, tras el incendio del edificio Windsor, fue cerrado por incumplir la normativa de seguridad del Ayuntamiento de Madrid. La historia del Faro de Moncloa es la de un despropósito en conflicto constante con lo que debe ser  la seguridad de un edificio público.

En enero de 2009, el consistorio madrileño anunció una reforma que iba a costar en principio 4,5 millones de euros para adaptar su seguridad a la normativa vigente, aunque se han gastado un poco más (como siempre), ya que el montante asciende a la friolera de 6 millones de euros. La reforma incluye la incorporación de un restaurante en la zona superior, un montacargas, un ascensor extra y escaleras más amplias. Además se ha construido en su base una sala para recibir a los visitantes del edificio.

Según un artículo aparecido en enero de 2011 en el diario El País, la reforma estaba terminada, y aseguraba la reapertura del Faro de Moncloa al público en septiembre u octubre de 2011. En junio de 2013, cuando escribo este artículo, todavía no hay nada seguro, después de todo el gasto que ha supuesto para las arcas municipales, y por ende, para los sufridos bolsillos de los madrileños, que son los que siempre pagan el pato de los desatinos municipales.

Según las últimas noticias de que dispongo, el Ayuntamiento de Madrid habría firmado un convenio con la Universidad Complutense para que la entidad docente trate de resucitarlo, montando nuevamente una cafetería y un mirador, que den una sensación de seguridad que no tuvo el proyecto original.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad de Diego Salvador Conejo

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