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Fuerte de Almeyda

El Fuerte de Almeyda era una fortaleza de la ciudad canaria de Santa Cruz de Tenerife en la actualidad es el Museo Histórico Militar de Canarias.

Fuerte de Almeyda

Fuerte de Almeyda

          A raíz del ataque del contralmirante inglés Horacio Nelson a Santa Cruz de Tenerife en 1797, se puso de manifiesto la necesidad de un sistema defensivo cuya disposición pudiera rechazar posibles ofensivas por tierra y por mar; por ello, se decidió construir un complejo fortificado en la Huerta de los Melones debido a que tenía una posición dominante sobre la playa de San Antonio y el Puerto. Se le dio el nombre de Almeyda por estar situado cerca del barranco de ese nombre.

          El proyecto fue realizado por el coronel de Ingenieros Salvador Clavijo y Plo y la construcción se inició el 6 de noviembre de 1859. Debido a los problemas surgidos en la expropiación de terrenos y la falta de créditos, las obras finalizaron en 1884, treinta años después de iniciadas, motivo por el cual la fortificación ya no cumplía el objetivo para el que había  sido concebida.

          Todo el conjunto se encontraba rodeado por un muro de 7 m de altura y un foso de 7 m de profundidad. El frente marítimo estaba defendido por un conjunto de ocho casamatas en la parte superior y doce casamatas en la parte inferior. La zona terrestre la cubría el Fuerte, con 21 cañones de bronce en su azotea, cuatro casamatas en su parte Norte, para dominar el terreno hasta la altura de Paso Alto, y tres casamatas al Oeste, dominando las montañas que rodean la ciudad.

          Los 21 cañones de bronce se utilizaron hasta hace pocos años para disparar las salvas de ordenanza.

          En 1901, como la estructura del frente marítimo no ofrecía mucha resistencia, se construyó un muro de contención y se llenó con piedras y tierra, motivo por el que las casamatas  quedaron cegadas; además, cuatro de estas casamatas fueron rellenas de piedras para que el piso superior tuviese más sustento.

          Las ocho casamatas del frente marítimo que todavía se conservan, conectadas entre sí, con sus paredes y bóvedas de piedra rojiza, en perfecto estado de conservación, son un bello ejemplo de las construcciones militares del siglo XIX. Esperamos que estas joyas arquitectónicas, que están a la espera de su restauración, se puedan recuperar para fines museísticos.

          Todo este complejo militar, que constituye una unidad urbana histórica situada en el corazón de la Ciudad, debe ser preservada en su integridad como testimonio de su pasado como la única Plaza Fuerte del Archipiélago.

          El Acuartelamiento de Almeyda fue sede del Regimiento Mixto de Artillería hasta 1966, dando paso a otros organismos castrenses. En 1997, al crearse el Centro de Historia y Cultura Militar del Mando de Canarias, acogió la Dirección del mismo, la Biblioteca, el Archivo y el Museo.

          Estas instalaciones también son utilizadas como centro de apoyo social pues reúne las delegaciones del patronato de huérfanos del ejército de tierra, de los veteranos de las fuerzas armadas y de la guardia civil; así como las oficinas de Farmacia y Óptica militar.

          El Centro de Historia y Cultura Militar tiene como objetivos la realización de conferencias, exposiciones, certámenes literarios, etc.

          El Archivo Intermedio y la Biblioteca están abiertos a historiadores, investigadores y público en general. El Archivo es el encargado de conservar los más de tres millones de documentos militares existentes en el Archipiélago y la Biblioteca cuenta con 30.000 volúmenes, el más antiguo data de 1723. El Museo Militar Regional de Canarias ha logrado reunir desde su inauguración, 1 de febrero de 1998, un valioso testimonio de nuestra Historia. Sus 1.500 fondos los distribuye en una superficie de 900 metros cuadrados, repartidos en las dos grandes salas semicirculares del Fuerte, el patio de armas y los jardines del acuartelamiento.

           La visita al Museo comienza en el vestíbulo de la planta alta del Fuerte, donde una maqueta escenifica la efemérides del 25 de julio de 1797.

          La sala principal de la planta alta dispone de trece ámbitos que se suceden uno a continuación del otro. En su arquitectura destacan los arcos de medio punto y los argollones alineados con las troneras; argollones que nunca llegaron a utilizarse. La parte principal de esta sala la ocupa la Gesta del 25 de Julio de 1797, donde se describe todo lo ocurrido durante y después de la batalla; también destacan las 14 banderas que pertenecieron a las Milicias Provinciales de Canarias; la Conquista de Canarias; los Capitanes Generales, los Artistas Militares Canarios, Militares Canarios Ilustres, sala de Armas, etc.

          En la sala principal de la planta baja, también semicircular, compuesta de once recintos, se encuentra el gran legado cartográfico que dejaron los ingenieros militares con descripciones y mapas que habían permanecido inéditos durante siglos; también destaca la artillería de las islas Canarias, Santa Cruz Plaza Fuerte, el arte y ciencia de navegar, con una serie de  maquetas navales realizadas por los maquetistas canarios, etc.

          El cañón Hércules, de 4,68 m de longitud y 3.400 kg de peso, fundido en el año 1547 en Malinas, actualmente Mechelen, (Bélgica), está dividido en tres cuerpos y las fajas que los separan están bellamente cinceladas, imitando los famosos encajes flamencos; al igual que la lámpara y el cuello del cascabel. El Hércules fue adquirido por el Cabildo de Tenerife en 1566, para defender la Fortaleza Vieja; diez años más tarde fue instalado en el Castillo de San Cristóbal, donde permaneció hasta 1876 en que fue llevado al Museo del Ejército, en Madrid. Tras las gestiones del presidente del Cabildo de Tenerife con el Ministerio de Defensa, desde el 25 de mayo de 2005 se encuentra ubicado en el patio de armas del Museo.

Texto y fotografías propiedad de José Manuel Ledesma Alonso.

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