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Las maquetas de la Ciudad Universitaria

Las maquetas se realizaron para la reinauguración de la Ciudad Universitaria después de la Guerra Civil, se expusieron por primera vez el 12 de octubre de 1943

En noviembre de 1936 la Ciudad Universitaria se convirtió en el teatro de operaciones de la denominada Batalla de Madrid. El terreno que empezaba a ser un campus universitario moderno y se encontraba en su mayor parte por estrenar o construir, pasó a ser la antítesis para lo que fue originalmente diseñado.  Durante casi dos años y medio  se convirtió en un campo de batalla, donde tuvo lugar un enfrentamiento constante entre los dos bandos, que en este sector quedaron muy equilibrados, sin poder unos terminar de tomar Madrid y los otros poder expulsarles a la otra orilla del Manzanares.

 

Una de las características de la lucha que se desempeñaría en la Ciudad universitaria, fue la guerra de minas y contraminas, que básicamente consistía en realizar un túnel bajo tierra para colocar una carga explosiva debajo del enemigo, con el fin de producirle el mayor número de bajas y posteriormente intentar tomar la posición. Las contraminas consistían en una maniobra de defensa que consistía en crear otra galería con el fin de interceptar el túnel del enemigo y neutralizarlo. Tenemos que tener en cuenta la presión psicológica que tenía el realizar una mina sobre el enemigo, que mientras estaba en su posición podía oír los ruidos realizados durante la excavación, pero la tensión venia después, en el momento que se producía el silencio, que era el periodo que se tardaba en colocar la carga explosiva y su detonación. Durante ese periodo de inminente explosión, no se podía abandonar la posición, porque sería tomada por el enemigo, lo que producía relevos constantes de tropa para que no se volviesen locos durante la espera. En algunos casos deliberadamente, se prolongo durante horas la espera hasta la detonación de la carga explosiva, lo que producía una considerable merma en la moral del enemigo. Durante la contienda se produjeron  un balance aproximado de 100 minas y  50 contraminas realizadas por el ejército republicano y 15 minas y 55 contraminas el ejército franquista. La delantera en la guerra de minas y contraminas la tuvo el ejército popular republicano, por contar con más medios, al estar de espaldas a una gran ciudad y tener los planos de  los conductos de la ciudad  alcantarillado, agua, etc.

Maqueta Ciudad Universitaria GCE 1 Maqueta Ciudad Universitaria GCE 1

Regresando a las dos maquetas nos muestran el estado en el que quedo la Ciudad Universitaria al finalizar la contienda y el proyecto que pensaban realizar para la finalización del proyecto.

 

Nada más acabar la Guerra Civil la Ciudad Universitaria creo cierto interés, los madrileños querían ver con sus propios ojos la zona de combate, que habían escuchado y sentido durante el largo asedio a la capital. Por ese motivo hubo un primer intento de musealización algo parecido a lo que sucedió con el pueblo de Belchite. Se llegaron a organizara visitas guiadas y se colocaron carteles en los que se identificaban las trincheras de uno y otro bando: "Nosotros" para identificar las posiciones franquista, "Ellos" para las republicanas. Pero finalmente este proyecto se desestimo y continúo con la idea original.

Maqueta Ciudad Universitaria nosotros1 Maqueta Ciudad Universitaria nosotros1

Las dos maquetas se realizaron para la reinauguración de la Ciudad Universitaria después de la Guerra Civil Española, se expusieron por primera vez el 12 de octubre de 1943 en el edificio de oficinas de la junta. En aquella época se celebraba el día de la raza y en la actualidad correspondería al día de la Hispanidad.

Una de las maquetas que refleja el estado de la Ciudad Universitaria al final de la Guerra Civil Española, es obra de Ángel Ordoñez Tuero, tiene unas dimensiones de 490 x 510 cm, fue realizada con escayola, alambre y pigmento y en módulos individuales, se realizo en basé a un plano de la Ciudad Universitaria  a su liberación, según expresión del bando triunfador y fotos aéreas realizadas durante la contienda. Refleja las fortificaciones y líneas de trinchera de ambos bandos al finalizar la contienda, pintadas en color rojo y azul, para su fácil identificación. La maqueta es propiedad del Museo del Ejército y en la actualidad está cedida en préstamo al Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria y custodiada por la Universidad Complutense. Está maqueta estuvo ubicada en el Museo del Ejército de Madrid en el Casón del Buen Retiro y estuvo a punto de perderse cuando se traslado el museo a Toledo, pero al final la escuela de Arquitectura se quedo con ella.

La Maqueta de la Ciudad Universitaria con los planes de la reconstrucción, tiene unas dimensiones de 510 x 540 cm, muestra el diseño original del campus, el estado de reconstrucción tras los daños de la guerra a la altura de 1943 y los proyectos que se preveía construir para completarlo. Se observan edificios previstos para el campus en el proyecto original (como las Facultades de Medicina, Farmacia, Odontología, Ciencias y Filosofía y Letras) que en 1943 estaban reconstruidos o en vías de serlo. La maqueta también muestra edificios existentes en el campus antes de la guerra como la Escuela de Agrónomos y la Casa de Velázquez. Igualmente, la maqueta presenta los edificios que se querían incluir en el campus entre los que destacan el Paraninfo y el Rectorado (que nunca se llegaron a construir) y el Arco de la Victoria finalizado en 1956 y en cuyo interior,  en la parte superior, dentro de una sala que tiene, estuvo expuesta esta maqueta. La idea es que esta maqueta se expondrá de forma permanente en la Facultad de Medicina.

Las maquetas han aparecido de forma  esporádica a lo largo de su historia y solo se han visto las dos juntas en dos ocasiones, la primera el día de la reinauguración de la Ciudad Universitaria, antes mencionado y en la exposición Paisajes de una guerra La Ciudad Universitaria de Madrid, 22 de abril - 29 de noviembre de 2015.

Maqueta Ciudad Universitaria GCE 12 Maqueta Ciudad Universitaria GCE 12

Una de muchas anécdotas con relación a la guerra en la Ciudad Universitaria tiene que ver con el actor Fernando Fernán Gómez que cuenta en su libro El tiempo amarillo. Memorias 1927-1997 que durante la primavera de 1936 se encontraba paseando por la Ciudad Universitaria, que estaba en aquel momento en construcción, con su amigo Arturo Fernández y acababa de leer una novela de guerra que se llamaba El tanque número 13 y por ese motivo comenta:

 

“nos entretuvimos imaginando cómo sería una batalla allí, en el lugar donde nos encontrábamos. Dónde estarían las trincheras; desde dónde dispararía la artillería; por dónde atacarían los tanques [...] Pero sabíamos que aquello era imposible. Si en España hubiera una guerra las batallas tendrían lugar cerca de la frontera francesa o de la portuguesa; o en el sur de Andalucía si se cambiaban las tornas y eran los moros los que llegaban a España. Pero antes de que cualquiera de los ejércitos invasores se acercara a las afueras de Madrid la guerra habría terminado. La Ciudad Universitaria era un campo de batalla inverosímil. Esto era la primavera del 36; en la del 37 mi vecino Manolo combatía ahí.”

 

Maqueta Ciudad Universitaria GCE 2 Maqueta Ciudad Universitaria GCE 2

Otra anécdota relacionada con la Batalla de la Ciudad Universitaria, tiene que ver con el comandante Ramón Lloro Regales que al final de la contienda en marzo de 1939, se pasa del bando franquista al lado republicano, cuando está a punto de finalizar la guerra, algo incomprensible.

Ramon Lloro desde su infancia resulta ser un niño conflictivo, su padre quiso que siguiera los pasos de su hermano Carlos con el fin de corregir su carácter rebelde y conflictivo y durante su etapa militar tiene un pasado cargado de problemas, es arrestado en varias ocasiones y tiene que cumplir penas de hasta seis meses en prisión militar, es expulsado del Centro del Ejército de la Armada por una deuda de juego y por haber mantenido un duelo de honor con un adversario en el que resultó herido el oponente.

En enero de 1937 llega al frente de Madrid con la graduación de comandante siendo responsable del tercer regimiento de la 16º División del ejército franquista bajo las órdenes del coronel Losas, estando su puesto de mando en el Cerro Garabitas.

Según Pedro Corral, desde su incorporación al frente su relación con el comandante Losas fue complicada, con varios enfrentamientos, alguno debido a la afición de Lloro a la bebida, que al menos fue apercibido en dos ocasiones por este motivo.

 La gota que colmo el vaso fue una  queja formulada públicamente por Lloro en contra de Losas saltándose todos los protocolos ante el general Yagüe, motivo que tenso al limite la relación entre ambos.

La noche del 7 de marzo a las 22:00, el coronel Lloro es requerido en el puesto de mando del coronel Losas, Lloro esta borracho, consecuencia de haber ingerido una gran cantidad de alcohol, dentro de su conducta habitual. Según testimonio de Lloro al presentarse ante Losas se cuadra y este le ordena entregar inmediatamente el mando de su regimiento, sin darle ningún tipo de explicación y según su versión, se limito a contestar a la orden y se retiro.

El coronel Lloro regresa a su puesto de mando, donde arranca el teléfono y ordena dejar incomunicado el puesto, posteriormente pidió a su chófer que le llevara hasta las líneas de vanguardia  donde se dirige a la primera línea de combate, que como es natural se cruza con un sargento, en estas posiciones existía la costumbre de realizar visitas inesperadas para comprobar el estado del frente,  el coronel Lloro le solicita que le deje a solas y en ese momento se pasa al enemigo. Aparentemente se trataba de una noche muy oscura y con fuerte viento, lo que facilito atravesar el frente. Inmediatamente es detenido, con la considerable sorpresa por parte de las fuerzas republicanas,  al encontrase ante un oficial de alta graduación pasándose casi al final de la guerra. Debemos recordar que en ese preciso instante nos encontramos en medio de los enfrentamientos en el bando republicano de casadistas y comunistas. Golpe de estado del coronel Casado.

Después de varios interrogatorios los republicanos decidieron ingresarle en la sala de Psiquiatría del Hospital Militar, al finalizar la guerra el coronel Lloro es detenido por las fuerzas franquistas en ese mismo lugar, teniendo que enfrentarse a un Consejo de Guerra siendo condenado a pena de muerte, sentencia conmutada por treinta años de reclusión y posteriormente veinte. Estuvo cinco años en la cárcel donde experimento una notable mejoría, en 1944 obtuvo la libertad condicional y en 1946 la libertad vigilada. Tras salir de la cárcel se trasladaría a vivir a Barcelona y posteriormente a su localidad natal de Ballobar donde moriría en 1954 a la edad de 58 años.

 

Según otra versión de Fernando Calvo Gonzalez-Regueral, en su libro La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria y recogida de testimonios orales,  el motivo de la deserción fue que durante una partida de póquer Lloro abofeteo a su amigo y compañero de promoción el coronel Rios Capapé, imaginamos que bien regada de alcohol y que este enfrentamiento provocó su deserción. También menciona que al comunicarle el incidente a Franco contesto “uno de los dos estaría trompa… o los dos”

 

Maqueta Ciudad Universitaria reconstrución 3 Maqueta Ciudad Universitaria reconstrución 3

Bibliografía, Créditos y menciones

Fotografías realizadas por Eduardo Méndez
La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria. Fernando Calvo Gonzalez-Regueral. Fernando Fernán Gómez,
El tiempo amarillo. Memorias 1927-1997. Madrid: Capitán Swing. [1ºEd. Debate, 1998], 2015.