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Resulta sorprendente encontrar un monasterio románico en medio de la ciudad de Barcelona, es el único existente en la ciudad, fue fundado antes del año 911 por el conde Gifré Borrell. Se encontraba fuera del perímetro de las murallas de la ciudad, de allí el motivo de su nombre. Almanzor destruyó la primera construcción durante su ataque a Barcelona en 985, pero la comunidad fue restaurada en el siglo XI. En el siglo XIV se construyó una nueva muralla de la ciudad y San Pablo del Campo quedó finalmente englobado dentro del recinto amurallado.
Es un antiguo monasterio benedictino situado en pleno barrio de El Raval. Consta de una iglesia con planta de cruz griega, con tres ábsides, cúpula en el transepto, y un claustro anexo de planta cuadrada, de pequeñas dimensiones, fechado en el siglo XIII. La Sala Capitular es gótica, del siglo XIV. La iglesia actual es fruto de una reconstrucción del siglo XII.
La comunidad abandonó definitivamente San Pablo del Campo en1835 con la ley desamortización. Albergando posteriormente en sus dependencias una escuela y después un cuartel.
Durante los acontecimientos de la Semana Trágica 1909 y la Guerra Civil Española 1936 -1939 el monumento sufre deterioros.
Se restauro entre 1896 y 1907. En 1927 el arquitecto Josep Goday proyectó la destrucción de los edificios anexos. Las inundaciones, las lluvias, el desgaste provocado por el polvo y la suciedad han motivado numerosos desperfectos.
En julio del año 2002 se iniciaron obras de restauración con una aportación de 330.556 euros por parte de la Fundación Caja Madrid.
Elementos destacados:
• La Sala Capitular, gótica del siglo XIV, conserva la tumba de Wilfredo II Borrell, conde de Barcelona, que quiso ser enterrado en este monasterio, en el año 911.
• El claustro muestra claramente influencias árabes con arcos trilobulados apoyadas sobre columnas rematadas con capiteles decorados. Alrededor hay numerosas tumbas.
• La fachada. La puerta es flanqueada por dos columnas de mármol. En el tímpano aparece Jesus Cristo acompañado de San Pablo y San Pedro y rodeado el arco los cuatro autores de los Evangelios San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan representados como un ángel, un león, un buey, y un águila.
Es declarado monumento histórico-artístico en 1879.
