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Las excavaciones realizadas entre 1996 y 2008, en la Avenida Blas Infante, han desenterrado una pequeña parte del sistema defensivo medieval de Algeciras –al-Yazirat al-Jadra-, en concreto, la zona en torno a una de las puertas de acceso a la ciudad.
Desconocemos el momento preciso de su construcción, pero debió producirse durante el dominio islámico en el Bajo Medievo. La fortificación resistió un prolongado asedio castellano que cercó la ciudad, por tierra y mar, durante casi dos años (1342-1344). Finalmente, la administración meriní la rindió. Durante el período castellano (1344-1369) se hicieron importantes obras de remodelación. A este momento pertenecen la mayoría de los elementos conservados. El ejército nazarí reconquistó Algeciras y, posteriormente, la abandonó a finales del siglo XIV, destruyendo, previamente y de forma sistemática, el recinto amurallado. La intervención restauradora llevada a cabo en el año 2009 ha evitado reconstruir una de las torres para que se pueda observar el sistema empleado para volcarla.
El elemento más relevante del conjunto arqueológico es la denominada Puerta de Gibraltar. Con este nombre se conoce un complejo sistema de ingreso, precursor de algunos modelos renacentistas, compuesto por dos torres huecas.
La primera de ellas se construyó sobre el foso y funcionaba como una verdadera fortaleza adelantada a la que se accedía a través de un puente. Aunque desde su descubrimiento se la había considerado islámica, concretamente meriní, las últimas investigaciones, basadas en nuevos datos arqueológicos, apuntan a una autoría castellana. Cabe destacar el hallazgo de tres inscripciones, gracias a las cuáles ha sido posible conocer al promotor de la construcción, el rey Alfonso XI, al maestro de obras, del que sólo se lee con claridad su nombre -Juan-, y el inventario de elementos reformados: el foso, el puente y la muralla.
La segunda, de la que apenas se conservan restos, estaba adosada a la muralla y era el ingreso principal. En la Edad Media era conocida como Bab Tarfa, es decir “la del extremo” y, también, como la Puerta del Fonsario, debido al gran cementerio islámico que se extendía al exterior y que fue excavado bajo los edificios “Plaza Mayor”.
Frente al yacimiento se halla el Centro de Interpretación de la Cultura Andalusí, donde se exponen diferentes aspectos relacionados con las murallas medievales, el armamento empleado en los asedios, el cementerio que se extendía extramuros y la vida doméstica andalusí. Todo ello a través de reproducciones de piezas originales, audiovisuales, juegos interactivos y escenografías. Entre estas últimas, destaca la reproducción de algunos enterramientos y de la cocina de una casa algecireña de los siglos XIII-XIV.
