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Museo de las Reproducciones

Museo de las Reproducciones Artísticas de Bilbao fue fundado por Manuel Ramírez Escudero en el año 1922 con el fin de albergar las principales esculturas del mundo

En 1922, Manuel Ramírez Escudero tuvo una brillante idea: construir un museo en el que hubieran reproducciones de las esculturas del arte clásico que albergan los principales museos del mundo (los Museos Vaticanos, el Louvre, el Museo de Berlín, La Academia de Florencia, el Museo Británico…) Su iniciativa se hizo realidad y la primera sede, ubicada en las Escuelas de Berastegi, abrió sus puertas al público con una de las mejores colecciones de reproducciones en escayola de piezas universales.

 

En 1957 se trasladó a la calle Conde Mirasol, para ubicarse definitivamente en la iglesia del Corazón, con cuatro niveles de superficie expositiva. La planta baja alberga obras especialmente significativas: el auriga de Delfos, la Victoria de Samotracia, los relieves del altar de Pérgamo… En el primer piso puede contemplarse varias reproducciones de la Venus de Milo, así como el molde y los distintos procesos y acabados empleados.

 

El tercer nivel está dedicado a un monumento cumbre de la historia del arte: el Grand Tour, el viaje iniciático de los jóvenes adinerados europeos con el que comenzó el auge del coleccionista y los gabinetes de arte privados. El último espacio está destinado a actividades diversas, como talleres y conferencias.

 

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La colección del Museo de Reproducciones es de arte clásico. Sus obras destacan por su exactitud, ya que son copias directas de los originales. Junto a las ya mencionadas, en la galería se exponen copias calcadas de obras tan ilustres como el Laocoonte y sus hijos, el Moisés de Miguel Ángel, el Apolo de Belvedere o el babilónico Código de Hammurabi. Los responsables del museo han primado la calidad antes que cantidad. En total, son más de dos centenares de esculturas las que se exhiben ante el público.

 

Como exposiciones temporales, el museo vasco también se ha dignado a mostrar contextualizaciones de obras tan populares como la afrodita Cnidia de Praxíteles, el Apoxiomenos de Lisipo, la Diana de Gabies, el Friso del Partenón de Fidias o El juicio de Paris de Rubens. Reproducciones fieles al original, que los profanos en la materia no se atreverían a calificar como copias a primera vista.

 

Las obras expuestas se muestran completas ante el paso de los espectadores: cuando el viajero que visita el museo se detiene ante la forma sugerida de una escultura, aparece la información sobre la misma.También se proponen juegos que motivan la participación del visitante, como un puzzle artístico basado en obras de formato horizontal: el jugador debe intentar, en el mínimo tiempo posible, situar en el orden correcto las piezas en las que se fragmenta la escultura, al tiempo que se muestra información relacionada con la obra.

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad de Javier Ramos www.lugaresconhistoria.com
Fotografías propiedad del Museo de las Reproducciones

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