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Santo Domingo y San Martin de Huesca

La Iglesia de Santo Domingo y San Martin de Huesca, es una de las joyas del patrimonio oscense originaria del 1254, su última reconstrucción data de 1687.

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La Iglesia de Santo Domingo y San Martin de Huesca es una de las joyas sorprendentes del patrimonio oscense.

La Iglesia de Santo Domingo tiene su origen en la fundación de un monasterio extramuros bajo el mecenazgo y tutela del infante Alfonso, hijo de Jaime I el Conquistador, en el año 1254. Esta fecha solo es superada en antigüedad por el Monasterio de San Pedro El Viejo.

El propósito era que  Santo Domingo fuera su lugar de enterramiento. Pero sus deseos no se vieron cumplidos y a su muerte en 1260 fue enterrado en el Monasterio de Veruela.

El monasterio dominico, sin embargo, siguió recibiendo privilegios y tierras por parte de Jaime I en su apoyo a la expansión de la orden de Santo Domingo que junto con los franciscanos fueron protagonistas de la historia monástica del s. XIII. Sin embargo su ubicación fuera de muralla también fue de alguna manera su principal perjuicio.

En el s. XIV durante la Guerra de los Pedros, entre Pedro IV el Ceremonioso de Aragón y Pedro I el Cruel o el Justiciero de Castilla, el rey aragonés mandó destruir en 1362 las instalaciones monásticas frente al riesgo de que se convirtieran  en bastión enemigo apostado en las murallas de Huesca caso de victoria del ejército castellano.

Acabada la contienda fue reconstruido a finales del s. XIV y a lo largo de los dos siglos siguientes sufrió varias transformaciones entre otras la construcción de varias capillas. Las más importantes la Capilla de Nuestra Señora y la de Nuestra Señora del Rosario.

La primera de ellas destinada a capilla funeraria de Alonso Cortes, importante mecenas que financio distintas obras en Huesca y que fue sacristán de Fernando el Católico, quien “rechazó honores y obispado por seguir a su rey”. Constan en archivo contratos y pagos a canteros y a Juan de Palomines, mazonero del retablo que presidia la capilla, hoy desaparecido.

La Capilla de Nuestra Señora del Rosario estaba presidida por un retablo de Juan Miguel de Orliens, de estilo romanista  que representa a la Virgen del Rosario y a Santo Domingo en la escena central, y en distintos casetones aparecen distintas escenas de la vida de Jesús y la Virgen y todo el conjunto rematado por un Calvario. Fue tallado en el año 1594 y hoy en día se encuentra, al parecer, en la Iglesia de Plasencia del Monte comprado a la parroquia de Santo Domingo en 1746.

En 1687 se derruyo de nuevo el convento y bajo la supervisión de Fray Antonio Falcon fue reconstruido entre esa fecha y 1695.

La nueva construcción presentaba las características propias del modelo jesuítico barroco de planta de cruz latina con nave única y capillas laterales y crucero cubierto por una importante cúpula.

En esta construcción se da una importancia mayor a la Capilla de Nuestra Señora del Rosario que adquiere casi categoría de un templo dentro de otro.

La Iglesia de Santo Domingo muestra un exterior austero de mampostería y ladrillo. Esta sobriedad sorprende aún más cuando al cruzar sus puertas nos encontramos con una explosión tardobarroca de formas, movimiento y color. Decorada en 1744 con yeserías barrocas, pinturas murales en toda ella desde la cúpula con representaciones de Santo Domingo y Santo Tomas, hasta las pilastras, púlpito en yeso y arrimaderos de azulejos. Retablos churriguerescos entre los que destaca el de la Capilla del Rosario con escenas de San Jorge y Santiago en la decoración de yeserías en las paredes y los arrimaderos de azulejos decorados.

También merecen ser observados con detalle un Cristo del Perdón tallado por Fray Pedro Nolinos, lego dominico en el s. XVIII y el órgano barroco situado en un lateral, que al parecer sustituyo a un órgano de Lope de Lepe Orce que se utilizó desde 1493 hasta la reforma de 1687. De este actual destacan las pinturas sobre tabla del balconcillo que representan a Santa Teresa, San José, un Papa y un Santo Dominico.

En 1836 y víctima de la Desamortización la orden fue definitivamente exclaustrada, el convento demolido y la iglesia convertida en parroquia que más tarde fusionaría con la de San Martin de la que se conserva su altar mayor. En esta época se construye la torre campanario alzándose sobre la capilla lateral de la Epístola.

En esta parroquia radica la Cofradía de la Veracruz existente desde como mínimo 1587.

 

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Mª Antonia Sassot Borruel.

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