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Monasterio de El Escorial

El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial conocido popularmente como Monasterio de El Escorial comenzó su construcción en 1562 y finalizo en 1584

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El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial conocido popularmente como Monasterio de El Escorial comenzó su construcción en 1562 y finalizo en 1584. Fue construido por orden de Felipe II por dos motivos para reconocer la victoria de San Quintín, que finalizo  el día de San Lorenzo 10 de agosto de 1557 y el deseo de erigir un mausoleo en memoria de su padre Carlos V y para los futuros Reyes de España. Es un complejo multifuncional que cuenta con palacio, basílica y monasterio.

Ha sido considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo.

Es edificado siguiendo los proyectos de Juan Bautista de Toledo y su discípulo Juan de Herrera  que desde 1567, fecha del fallecimiento de Juan Bautista de Toledo continua la obra. De ahí el nombre de herreriano al estilo en el que fue construido el Monasterio.

El Escorial,  fue el centro político del imperio de Felipe II, donde organizó su palacio y biblioteca así como su panteón, el de sus padres y el de sus familiares y sucesores, donde edificó una gran basílica y fundó un monasterio.

El Panteón de Reyes ocupa una capilla circular situada debajo del presbiterio, decorada con mármoles y bronces dorados. Allí descansan los monarcas y las reinas madres de Rey, desde Carlos I hasta la actualidad, con las excepciones de Felipe V y Fernando VI, que reposan en sus respectivas fundaciones: La Granja de San Ildefonso, y las Salesas Reales en Madrid (Iglesia de Santa Bárbara).

Los restos de las demás personas de la Familia Real se encuentran en el Panteón de Infantes.

Tanto el Monasterio como las zonas de palacio que alberga El Escorial, fueron decorados por pintores italianos llamados por Felipe II, entre los que destacan Zuccaro, Tibaldi y Cambiaso, que pintaron al fresco las bóvedas de algunos de los espacios más importantes: Biblioteca, Sacristía, Salas Capitulares, Claustro Bajo, Escalera Principal y la Galería de Batallas.

Entre las esculturas que completan la decoración de El Escorial destacan las de Monegro. Hay también varias imágenes de Cristo crucificado, realizadas en bronce por importantes artistas italianos los siglos XVI y XVII, entre ellas una de Bernini, pero sobre todas destaca la labrada por Cellini, en mármol blanco. Carlos II aportó el retablo de la Sacristía, presidido por la obra maestra de Claudio Coello, La Adoración de la Sagrada Forma, y el grandioso ciclo de pinturas al fresco por Luca Giordano en las bóvedas de la iglesia y de la Escalera.

También destacan varias pinturas de El Bosco, una gran colección de maestros venecianos del siglo XVI, varios cuadros de El Greco, entre ellos El martirio de San Mauricio, así como La Túnica de José, de Velázquez. El llamado Palacio del siglo XVIII está decorado con un importante conjunto de tapices sobre cartones de Goya y mobiliario de estilo Carlos IV e Imperio.

En su interior podemos observar:

Al Patio de los Reyes tiene unas dimensiones de 64 metros de longitud por 38 de anchura. En la parte superior de la fachada, que da acceso a la Basílica, están representados sobre enormes pedestales de piedra granítica, seis reyes de la tribu de Judá, obra de Juan Bautista Monegro.

La Basílica tiene la planta de cruz griega y su cúpula central está coronada por un cimborrio de 92 metros de altura, que la hace destacar entre las demás torres del edificio. La mayoría de sus bóvedas están pintadas por Lucas Jordán en el siglo XVII, excepto las situadas encima del Coro y del Altar Mayor que son obras de Luca Cambiasso. El Altar Mayor está decorado con pinturas de Zúcaro y Tibaldi. A ambos lados del Altar Mayor están representados Carlos V y Felipe II con sus respectivas familias, obra en bronce de Pompeyo y León Leoni.

La Biblioteca posee uno de los fondos bibliográficos más valiosos del mundo, no por la cantidad ya que hay alrededor de 50.000 volúmenes, sino por su calidad, siendo especialmente valiosas sus colecciones de manuscritos árabes, hebreos y latinos. La sala abierta al público es una galería abovedada de 54 metros de longitud por 9 de ancho. Está decorada con pinturas de Tibaldi y Carducci, del siglo XVI. El programa iconográfico es muy interesante, en el testero norte está representada la Filosofía, en el opuesto la Teología y entre ambos las siete Artes Liberales: la Gramática, la Retórica, la Dialéctica, la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía.

El Panteón de Reyes está ubicado justo debajo del Altar Mayor, en él están enterrados prácticamente todos los reyes de España a partir de Carlos I, excepto Felipe V, Fernando VI y Amadeo de Saboya. El Panteón es una sala octogonal, en uno de sus lados está la entrada y en el de enfrente se sitúa un altar con un Cristo en bronce dorado de Domenico Guido. La estancia está decorada con mármoles granates y grises y bronce dorado a fuego.

El Panteón de Infantes se realizó a mediados del siglo XIX, en el reinado de Isabel II, y finalizaron las obras en 1886. Construido en mármol blanco de Carrara, está compuesto por nueve salas. En la primera está la escultura en bronce de Isabel II, en actitud orante. La tumba que más destaca de este panteón es la de don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V. En otra de las salas hay una gran tumba colectiva en forma de tarta donde, están enterrados algunos de los niños de las familias reales que murieron antes de la Primera Comunión.

Los Palacios ocupan parte de la fachada Norte y de la Este, además del saliente de la basílica. Las estancias palaciegas del siglo XVI fueron ocupadas por Felipe II. La primera de ellas se conoce como la Sala de las Batallas, decorada con pinturas realizadas por artistas genoveses: Oracio Cambiaso, Fabricio Castello, Nicolás Granello y Lázaro Tavarone. Se representan escenas de batallas, entre ellas las de la Higueruela y la de San Quintín. En otra de las habitaciones se puede ver la silla litera que transportaba a Felipe II al final de su vida, cuando, por culpa de la enfermedad de la gota apenas podía andar. La Sala de los retratos, la de Cartografía y la del Trono nos llevan hasta el dormitorio donde murió el Rey, caracterizado por su sencillez. El Palacio de los Borbones está decorado a finales del siglo XVIII, con Carlos III y su hijo Carlos IV. Destaca la influencia del gusto francés en el estilo de los muebles, porcelanas, lámparas y todo tipo de objetos decorativos. Lo más importante de estas habitaciones es la colección de tapices cuyo diseño está realizado por artistas como Goya, Bayeu y Tenniers, entre otros.

Las Salas Capitulares, como su nombre indica, servían para que los monjes celebrasen sus capítulos. Sus techos fueron decorados estilo pompeyano y aunque gran parte de su riqueza pictórica pasó a los Nuevos Museos, aún guarda obras de El Greco, Rivera, Tintoreto, Tiziano y El Bosco.

Los Nuevos Museos están divididos en dos temas: pintura y arquitectura. En la Pinacoteca podemos encontrar obras de Tiziano, José de Rivera, Lucas Jordán, Bassano y El Greco, entre otros.

El Museo de Arquitectura alberga una importante colección de herramientas, maquetas, planos y mecanismos usados durante la construcción del Monasterio.31

En el exterior destacan El Jardín de los Frailes y la Galería de convalecientes. Felipe II era un gran amante de la naturaleza por lo que el Jardín de los Frailes es un amplio espacio ajardinado, en el que se diseñó una docena de verdes parterres en torno a igual número de pequeños estanques de cuyo centro surge una fuente de sonoras aguas. Estos jardines, en su extremo más septentrional, están coronados por una de las realizaciones arquitectónicas más bellas, la Galería de Convalecientes, situada entre la Enfermería y la Torre de la Botica, está configurada sobre un conjunto de columnas dóricas que forman un ángulo recto.

El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue declarado, en 1931, Monumento Histórico-Artístico y en 1984 fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

 

La Casita del Infante

La Casita del Infante en El Escorial, conocida también como la Casita de Arriba, debe su nombre a don Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III. Se llevó a cabo entre 1771 y 1773 y por el mismo arquitecto que la Casita de Abajo, Juan de Villanueva. Es una pequeña "villa", con jardines de estilo italiano, dispuestos en terrazas descendentes. Desde ellos se disfruta de una de las más bellas vistas del Monasterio. 

La Casita del Príncipe

La Casita del Príncipe o de Abajo fue edificada en 1772 por el arquitecto más importante del neoclasicismo español, Juan de Villanueva, para el Príncipe de Asturias, luego Carlos IV. La composición arquitectónica de este edificio recuerda a la de su obra más célebre, el Museo del Prado en Madrid.

Son interesantes las decoraciones neoclásicas realizadas, entre otros, por Ferroni, las sedas y los estucos de mármol y los techos pintados por Vicente Gómez, Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu.

Leyenda:

Un edificio tan emblemático como este cuenta con varias leyendas de las cuales desatacaremos la siguiente:

El relato cuenta, que mientras se edificaba el monasterio, había un perro negro que se dedicaba aterrorizar a los obreros por las noches y el animal fue considerado como un representante del demonio. Por este motivo, fue perseguido por los soldados que lo encontraron en el monte y fue ahorcado a la vista de todos.  Este suceso fue olvidado con el paso del tiempo y cuando el monarca regreso a al monasterio para morir en él, cuenta la leyenda, que desde el lecho del monarca se podían oír los aullidos del perro ahorcado, acompañando a Felipe II en su agonía noche tras noche y que finalizaron una vez muerto el monarca.

LA LEYENDA DE LAS TORRES DE ORO DEL MONASTERIO DEL ESCORIAL

Cuando el sol se posa en las torres del Monasterio de El Escorial algunos sillares desprenden un fuerte brillo dorado; al observar el edificio en la distancia da la sensación de que hay ladrillos fabricados con oro. Como tantas otras cosas de este monumento, a este fenómeno le acompaña una leyenda:

El embajador de Francia preguntó a Felipe II si era tan fácil empezar como acabar obra tan grande, o se quedaría por falta de medios inacabada como tantas otras. En réplica, al terminar la edificación Felipe II mandó colocar un ladrillo de oro en la actual torre central y otros dos en las laterales que se ven desde la entrada del Patio de Reyes.

Pero, por lo visto, en realidad lo que produce ese brillo es la tapa de bronce dorado de cajas que guardan reliquias de Santos, entre ellas las de Santa Bárbara, que se ubicaron en una de las torres para proteger al recinto de las tormentas.

Bibliografía, Créditos y menciones

Fotografías propiedad de Sonia Casalins e Ignacio Ribate Molina.

Geolocalización:

© Colaboradores de OpenStreetMap
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Comentarios sobre 

19:45 22/10/2012

Merece la pena hacer la visita guiada y ver también La Casita del Príncipe.

Sonia

19:50 02/01/2013

Dato curioso el de la leyenda, no sabía nada de ella.

Diego

11:37 03/01/2013

Que preciosidad, tengo muchas ganas de visitarlo

Carmen

11:14 10/04/2013

Es una verdadera maravilla!!!

MARIS