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Regiones Devastadas Villanueva del Pardillo

El Servicio Nacional de Regiones Devastadas fue creado durante la Guerra Civil por el Ministerio del Interior (enero de 1938) para regularizar la vida pública

 

En los años 40 Villanueva del Pardillo es “adoptado” por Regiones Devastadas para reconstruir su casco histórico destruido durante la Batalla de Brunete (1937). El nuevo núcleo poblacional se levantará en la zona norte respecto a su antigua situación, permitiendo que el escombro fuera usado como material de relleno en la construcción de la nueva localidad. El casco realizado por Regiones Devastadas es el que mejor se ha conservado de la Comunidad de Madrid, conservando casas de la época en calles próximas a la Plaza Mayor como: la calle Cervantes, la calle de los Mártires, calle del Campo, Calle la Paloma, y en la calle Míster Lodge.

A partir de dos calles principales que se unen en la Plaza Mayor, se crean un conjunto de manzanas con viviendas muy austeras. Los proyectos se inspiran en la arquitectura popular de carácter agrícola, con casas de una o dos plantas. Las primeras se distribuyen con cocina-comedor y dos habitaciones, y las segundas añaden dos dormitorios en la planta alta, además de un trastero. Los materiales que se usan son el tapial y el adobe para los muros de carga, enlucidos en blanco y cubiertos con techumbre a dos aguas de teja árabe.

En la década de los 60 se consolida la actuación de Regiones Devastadas y la ciudad se va desarrollando hacia el sur, ocupando la zona en la que una vez estuvo el primitivo núcleo.

 

El Servicio Nacional de Regiones Devastadas fue creado durante la Guerra Civil por el Ministerio del Interior (enero de 1938) para regularizar la vida pública de las zonas que iban liberando. Se llevaba una labor de reconstrucción controlada, en las localidades que habían perdido más del 75% del patrimonio inmueble. (Decreto 25/03/1938). En agosto de 1939 sube de rango convirtiéndose en una Dirección General, este organismo será utilizado como modelo para propagar las ideas políticas Nacionales. Su primer director fue Joaquín Benjumea.

Al incluir todo el territorio nacional, se constituyen secciones provinciales, sobre todo en primera línea de batalla. Toda decisión, proyecto o ejecución pasará por la sede central, ubicada en Madrid. Para sufragar los costes se crea el Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, que concederá préstamos a bajo interés y a largo plazo. El Estado se hacía cargo de todo, podían expropiar cualquier terreno (de manera forzosa o con compensación económica) Se concedían o denegaban los permisos, podían reducirse los plazos, y a veces se empezaban las obras sin que “el papeleo” estuviera resuelto.

Toda esta labor comienza gracias al Decreto de Adopción, una vez que el pueblo es “adoptado” los técnicos visitaban la zona y cuantificaban los daños y planificaban la reconstrucción, no siempre siguiendo las directrices de la población devastada, a veces era más sencillo y económico, reconstruir en sitios próximos, así la labor de desescombrar no corría prisa. Así lo hemos visto en Villanueva del Pardillo, cuyos cascotes sirvieron de material de relleno para las nuevas construcciones.

Durante la década de los 40 se reconstruyen numerosas localidades restableciendo el poder político, el religioso y el militar, ubicados en la Plaza Mayor, y a su alrededor se creaban las viviendas que habitaba la población que quedaba, ya que en su mayoría emigraba a la ciudad en busca de una vida mejor. Se quería combatir la despoblación rural.

Dirección General se dividía en diferentes secciones: Expedientes, Contabilidad, Materiales y Transportes y Reconstrucción. La mano de obra empleada la formaban los presos del bando perdedor, que lograban así que sus largas penas se redujeran.

La División General de Regiones Devastadas desaparece en 1957, momento en el que se da por finalizada la reconstrucción. En febrero de ese año pasa a pertenecer a la Dirección General de la Vivienda, incluida dentro del recién creado Ministerio de Vivienda. Una Comisión Liquidadora se hace cargo del personal, de los expedientes y demás documentos y en 1960 deja de existir.

Villanueva del Pardillo estaba incluida dentro de la comisión que trabajaba en Brunete y en las localidades de alrededor, devastadas en julio de 1937.

 

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