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Este edificio fue construido alrededor del año 1900 como vivienda. Tras la Guerra Civil fue el único edificio que quedó en pie, aunque con algunos daños. Al acabar la contienda su planta baja fue utilizada como cocina y las habitaciones de las plantas superiores fueron compartidas entre varias familias. Llegaron a habitarlo los escasos 200 vecinos que quedaron tras la guerra.
Coincidiendo con el 50 aniversario de la Batalla de Brunete, se decidió rehabilitar este edificio. De la construcción original quedan las cuatro fachadas y la escalera imperial que une la planta baja con el primer piso. Estilísticamente responde a un estilo de síntesis de elementos historicistas. Las fachadas desarrollan sus muros en tongadas y verdugadas de inspiración neomudéjar junto a vanos ligeramente arqueados con jambas y dinteles de ladrillo.
A lo largo de sus doscientos años de edad, el edificio ha sufrido importantes modificaciones de uso y de distribución interior. La “Casona” es Bien de Interés Cultural, encontrándose protegida su estructura.
