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Barcelona Modernista

A finales del siglo XIX surge en Barcelona este movimiento Modernista del cual el máximo representante es Antonio Gaudí con varias obras en la ciudad Condal.

A finales del siglo XIX surge una reacción contra la civilización industrial, que había favorecido el crecimiento de ciudades y el resurgimiento de la burguesía, en detrimento de la naturaleza. Este movimiento verá sus primeros pasos en Bélgica gracias la creatividad del arquitecto Víctor Horta, quien en 1893, diseña una villa en Bruselas en el nuevo estilo. En Francia, Nancy, se convierte en la capital del Art Nouveau. Este estilo seguirá expandiéndose; en Alemania es conocido como Jugendstil (estilo joven); en Italia como Estilo Liberty y en España como Modernismo.  

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A mediados del siglo XIX hubo dos hechos importantes que afectaron al crecimiento de la ciudad. Uno de ellos fue la Desamortización de Mendizabal (1855-95), que afectó a toda España, por la que se expropiaron  tierras de la Iglesia; y el otro fue el derribo de las murallas medievales que cercaban Barcelona. El encargado de urbanizar toda esta área fue el ingeniero y urbanista Ildefons Cerda, es lo que hoy conocemos como el Eixample. Lo que en un principio se planificó como un lugar donde pudieran habitar las diferentes clases sociales juntas, se vio truncado por la aparición del ferrocarril, que dividió en dos la zona, siendo uno de sus lados el elegido por la burguesía para construir sus viviendas en el nuevo estilo modernista. Estos edificios fueron realizados por arquitectos de la talla de Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner o Gaudí, entre otros; en ellos vemos múltiples referencias a la naturaleza, a las formas sinuosas del rococó francés, al arte celta y sobre todo al medieval. Mientras que el en resto de España se imita lo que viene de Europa, en la zona mediterránea veremos un estilo propio.

Se conservan más de cien ejemplares diseminados por la ciudad: casas, palacios, un hospital, un templo, un parque que fue proyectado como una pequeña ciudad, farmacias, bares y elementos de mobiliario urbano como bancos y farolas. Como es imposible citarlos todos, haremos un breve recorrido por algunos, invitándoles a conocerlos  en su próxima visita a Barcelona.

Comenzaremos nuestro recorrido por lo que fue el recinto de la Exposición Universal de 1888, campo de pruebas para la arquitectura de estilo modernista, que se desarrollo en el parque de la Ciudadela. El proyecto se le encargó a Joseph Fontserré, al que ayudó un joven Antonio Gaudí. Se reaprovecharon algunos de los edificios que componían la ciudadela militar; aunque una cuarta parte del recinto fue de nueva construcción. De todo aquel complejo, sólo quedan unos pocos edificios en pie: el Arco del Triunfo de José Vilaseca, el Castillo de los Tres Dragones de Luís Doménech i Montaner, el Museo de Geología obra de Antoni Roviera i Trias, el el Hivernáculo de Josep Amargós; el Umbráculo, de Josep Fontserè; y una parte de la llamada Galería de las Máquinas, ocupada actualmente por los servicios del Zoo.

Es en el Eixample y sobretodo en su arteria principal, el paseo de Gracia, donde se concentra el mayor número de edificios de estilo modernista, aquí se ubica lo que se conoce como la Manzana de la Discordia, formada por la Casa Batlló de Gaudí, la Casa Amatller de Puig i Cadafalch y la Casa Lleó Morera de Domènech i Montaner.

 

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La Casa Batlló es un encargo que Gaudí recibió de reformar un edificio de 1875 por parte del industrial José Batlló Casanosvas. La obra se efectuó entre 1904-06, ocupándose de la fachada, el piso principal, el patio de luces, la azotea y elevó su altura un quinto piso. En la fachada predominan las curvas, con columnas con formas óseas y decoradas con elementos vegetales. Las ventanas poseen cristales de colores y las primitivas barandillas de hierro se han cubierto por antifaces. Toda ella está revestida con fragmentos de cerámica y de cristal de varios colores, que se conoce como trencadís. Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenarios, que minimizan los esfuerzos de la cubierta; cubiertos con ladrillos y con cerámica vidriada de colores amarillo, verde y azul, en forma de escamas. En la azotea vemos chimeneas helicoidales con elementos cónicos, y rematadas con bolas de cristal que se han rellenado con arena de varios colores. Desde el año 2005, la casa Batlló forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, dentro del Lugar “Obras de Antonio Gaudí”

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Al lado, nos encontramos con la Casa Amatller edificada por Jose Puig i Cadafalch, por encargo del chocolatero Antoni Amatller, entre 1898 y 1900. Este palacio gótico posee una fachada plana decorada con esgrafiado de estucos ocres y blancos. Se remata con un frontón triangular almenado, con azulejos vitrificados rojos y dorados. Tiene dos puertas simétricas unidas por una escultura de San Jorge realizada por Eusebi Arnau. El vestíbulo estaba pensado para el acceso de carruajes, por lo que es bastante amplio, en su interior alberga dos escaleras de acceso a los pisos. En 1976 fue declarada monumento histórico-artístico.

La tercera en discordia es la Casa Lleó i Morera, reforma efectuada por el arquitecto Doménech i Montaner en 1902, de la casa Rocamora de 1864. Sobre un edificio neoclásico, el arquitecto dispuso toda una serie de elementos modernistas aplicados a las vidrieras, los mosaicos, las marqueterías, pavimentos o esculturas; en las que el estilo floral llega a su máximo apogeo. No puede visitarse su interior, aunque merece la pena pararse a contemplar su exterior.

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Muy cerca de estas tres edificaciones, en el mismo paseo de Gracia, pero en la acera de los pares, nos encontramos con uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, la Casa Mila o como todos la conocemos: La Pedrera. Realizada por Gaudí entre 1906 a 1910, por encargo del abogado Pere Milà i Camps y su mujer, como edificio de viviendas. La fachada está realizada con piedra calcárea, excepto la parte superior que se cubre con azulejos blancos. Se sale a la azotea por medio de escaleras rematadas con cruces de cuatro brazos iguales, muy características de Gaudí. Podemos ver chimeneas recubiertas de fragmentos de metal que simulan yelmos de guerreros. En los balcones, el hierro forjado de las barandillas nos recuerda a las plantas trepadoras. El trastero es diáfano gracias a que se sustenta en arcos catenarios. Alberga dos patios interiores, uno de planta oval y otra circular, en cuya ornamentación destacan motivos marinos: olas de mar de yeso, pulpos, caracolas y flora marina. En 1969 fue declarada Monumento Histórico Artístico y en 1984 la UNESCO la incluyó dentro del Lugar Patrimonio de la Humanidad “Obras de Antoni Gaudí”

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En la Diagonal, está la Casa Terrades o de les Punxes, está construida en 1905 por Puig i Cadafalch, es el encargo de las hermanas Terrades, que deseaban unificar tres inmuebles de su propiedad. Estamos ante un edifico que nos recuerda un palacio gótico, con seis torres coronadas por agujas de forma cónica (que le dan el sobre nombre de Punxes) En la fachada se utilizó ladrillo, salvo en el primer piso que es de piedra y como motivos ornamentales encontramos plafones de cerámica con motivos patrióticos y forjados en los balcones. En 1975 fue declarada Monumento Histórico Nacional, su interior no puede ser visitado.

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Dejemos de lado los edificios de viviendas y enumeremos otros más funcionales. El Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, en el que Domènech i Montaner proyectó un edificio principal y numerosos pabellones, en un entorno en el que se beneficiaban de la luz solar y el aire fresco. Las obras duraron desde 1902 a 1930 y podemos distinguir elementos mozárabes, góticos, neogóticos y estilos germánicos. Los pabellones son diferentes, se rodean de jardines y se unen por medio de galerías subterráneas. La fachada del pabellón de acceso es de ladrillo visto, decorado de mosaicos que forman temas históricos y capiteles y ménsulas de piedra con forma de ángeles. En 1978 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La obra culmen del modernismo es la Sagrada Familia, templo iniciado por Gaudí en 1883 y que a día de hoy no se ha terminado. Josep María Bocabella ideó erigir un templo dedicado a la Sagrada Familia, para lo que adquirió una manzana entera, el primer proyecto seguía el estilo neogótico, pero disensiones entre el arquitecto y el asesor de Bocabella hicieron que la obra recayera en Gaudí, que la replanteó por completo, salvo la parte que estaba ya edificada: la cripta. Planificó elevadas torres cónicas helicoidales que sobresalían de las cubiertas, dándole esbeltez al templo. Las fachadas están salpicadas de esculturas que narran la vida de Cristo, siguiendo un repertorio iconográfico similar al de las catedrales medievales, pero al gusto modernista. También, igual que los edificios religiosos del medievo su financiación corrió a cargo de donaciones. Esta obra sobrevivió a Gaudí, que sólo pudo realizar una de las torres campanario y la fachada del Nacimiento. En el museo del templo se conservan los planos, fotografías de distintos momentos de la construcción, fragmentos de maquetas, iconografía y trabajos realizados en hierro forjado, madera y metal diseñados por el arquitecto.

Otra de las obras destacadas de Gaudí es el Park Güell, ideado como una urbanización para las clases privilegiadas, fue un encargo del empresario Eusebi Güell que se construyó entre 1900 y 1914. Se proyectaron 60 viviendas con amplias zonas verdes, pero sólo lograron venderse dos parcelas, ante el fracaso se pararon las obras, cuando se habían construido tres cruces que identificaban el lugar donde iría la iglesia (el Calvario), los dos pabellones de entrada, los muros de contención y la red de caminos que rodeaban la gran plaza sustentada por columnas. Desde 1918, el solar pertenece al Ayuntamiento, que lo convirtió en un parque público, donde podemos disfrutar de formas onduladas que semejan ríos de lava, paseos cubiertos con columnas en forma de árboles, estalactitas y mosaicos de colores realizados a base de pedazos de cerámica o de vidrio.

Estas son algunas muestras del modernismo que podemos encontrarnos en la capital catalana, pero no quiero acabar sin mencionar dos edificios en Las Ramblas, como son el mercado de La Boquería y la Antigua Casa Figueras y un café que sirvió como punto de reunión para artistas de la categoría de Pablo Picasso o Santiago Rusiñol: Els Quatre Gats.

 

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Vanessa Montesinos.