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Algunas hipótesis, poco plausibles, por otra parte, hacen derivar el nombre de Extremadura del latín Extrema Dorii (Extremos del Duero, o "En el otro extremo" del Duero), referenciando la posición de la región al sur del río Duero.
Según otras hipótesis de mayor calado científico, el término Extremadura ya era utilizado durante la Reconquista para denominar a los territorios fronterizos ubicados en la frontera de los reinos cristianos de León, Portugal y Castilla con los reinos musulmanes de Badajoz, Lisboa y Toledo. Según avanzó la Reconquista hacia el regiones meridionales, los territorios ocupados eran denominados con el nombre de Extremadura, que derivaba del término "extremo", en el sentido de "frontera". Primero se llamaron así las actuales provincias de Soria, Ávila y Salamanca, cuando éstas eran el límite sur de las tierras conquistadas por las huestes cristianas. Tras la reconquista de los territorios de Cáceres y Badajoz, esta región acaparó la denominación de Extremadura.
Pero es que también la palabra Extremo para designar los límites de un reino, ya se encontraba en los anales del siglo IX referidos a Castilla: en la Cronica Albeldense, del año 893, se refiere al ataque musulmán a Pancorbo, como a las regiones fronterizas de Castilla. El término de Extremadura, como región fronteriza también aparece en el siglo XI en el norte de Aragón, tan alejado del río Duero, que pueda pensarse que la primera hipótesis fuera la plausible. Existe constancia de un pacto de amistado y no agresión, signado en abril de 1069, entre el rey pamplonés. Sancho el de Peñalén, y el de Zaragoza, Almuktadir, en el que se aseguran las fronteras, designadas como extrematuras. Esta no es la única mención de extremaduras en la frontera navarro-aragonesa, puesto que en el siglo XII, las tierras orientales de Sos del Rey Católico son denominadas Extremadura. Entre 1124 y 1128, se han fechado documentos que hacen al rey aragonés Alfonso I dueño de la Extremadura. Y evidentemente, no se refiere más que a las tierras de frontera de su reino: "Regnante Adefonsus rex in Aragon et in Pampilona et in Superarbi (Sobrarbe) et in Ripa Curça (Ribagorza) et in Castella et in Strematura, y Facta carta XVI kalendas ianuarii i Tulliten (Tudela), era MCLXVI. Regnante rege Adefonso in Aragone et Pampilona el Superarbe, in Ripacurcia et in Extrematura."
Gervasio Velo Nieto, en su libro "Coria, Reconquista de la Alta Extremadura", hace referencia a escritos que mencionan el nombre de Extremadura en la Edad Media, y en dicha obra cita una donación realizada por Alfonso VII, el "Emperador", que dice así: "Facta carta apud Salmanticam Kdas Maii era M.C.C.XVII. (1217) Regna(n)te Donno Alfonso Legione, Castella, Asturiis et Strematura". O un documento de 1221 de Fernando II, hijo del anterior: "... Facta carta Caurie XI Kalendas Mai. Era MCCXXI, Regnante Rege Domino Fernando Legione, Galletia, Asturiis, Strematura.", donde se refiere a los países donde reinaba este monarca, uno de los cuales esra conocido como "Strematura". ¿Tierras de frontera? Lo más posible es que así fuera. Y en otro documento de 1237, el mismo autor aporta otra mención: "Rudrico petri tenent Strematuram, Cauriam et Granatam", y otra más: "Roderico Petto tenente Extrematuram et Transerram".
En este siglo XIII, las lenguas romances se estaban formando, y los términos con que estos escritos se refieren a Extremadura, uno es latino: "Extrematuram", mientras que "Strematura" y "Strematuram" ya están en lengua romance, probablemente leonés, por ser León el reino occidental, aún bastante primitiva, al menos en su forma escrita.
En aquel tiempo, el primer poeta en lengua romance castellana, Gonzalo de Berceo, ya se refiere a Extremadura, con la forma escrita "Estremadura", en las estrofas 180, 573 y 730 de la "Vida de Santo Domingo de Silos".
Es más que probable que el vocablo Extremadura, proceda del superlativo irregular latino "extremus, a, um" y del sufijo latino "-tura", que dan "Extrematura" que pertenece a la primera declinación,y formada para designar algunos territorios ubicados en la Península Ibérica. Para castellanos, leoneses y portugueses, su raíz, significaba "lo más exterior, lo más externo, lo más de fuera", el conjunto de tierras exteriores, las fronteras de los tres reinos, en los distintos momentos de la Reconquista. El nombre ha ido denominando las regiones conquistadas en el sur según progresaba la Reconquista en estos reinos: León, Castilla y Portugal, por lo que hay una Extremadura leonesa, otra portuguesa y otra castellana, de ahí el lema del escudo de la ciudad de Soria: "Soria pura, cabeza de Extremadura.". Soria fue durante un tiempo la Extremadura de Burgos, puesto que Burgos terminaba en las postrimerías del siglo XI en las tierras sorianas. A partir del siglo XIII, este vocablo dejó de estar de moda en Castilla, y las regiones disputadas con el reino granadino pasaron a llamarse simplemente "Frontera".