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La leyenda negra del primer Carlista: el general Jorge Bessières y el 20 de Mayo de 1823.

La leyenda negra del primer Carlista: el general Jorge Bessières y los acontecimientos que tuvieron lugar en Madrid el día 20 de Mayo de 1823.

 

Fuente de la Cibeles Fuente de la Cibeles

“Vista de la Fuente de Cibeles y de la Puerta de Alcalá en Madrid” Laborde, compte Alexander de.1806/20.

 

La leyenda negra del primer Carlista: el general Jorge Bessières y el 20 de Mayo de 1823.

 

Introducción:

 

El motivo para escribir este ensayo viene de la lectura de un artículo redactado en 1996 en relación a “ papeles viejos y el paso del tiempo”:

 

“..Los documentos son la voz de tiempo viejo, que nunca enmudece, y rescata el ayer, con sus protagonismos, sus errores y sus glorias, para el gozo, casi voluptuoso, de los amantes de la Historia, buceadores de archivos, ensimismados tantas veces ante el mensaje vivo de los polvorientos legajos” cita, Juan Van Halen Poeta.

 

Efectivamente, esos documentos viejos, son el alma de las antiguas historias; historias que a su vez en ocasiones y muy raramente, muestran su belleza en todo su esplendor, haciéndonos retrotraer al paso del tiempo, colocando sujetos, actos, ocurrencias, épocas y glorias de tiempos pasados.

 

Para los amantes de la historia, y ya no digamos, para aquellas personas que hacen de su profesión la lectura de la historia, bucear entre legajos antiguos y tener la suerte de localizar documentos que no solo hagan mención a los hechos ya pasados, sino que sean fuentes primarias de conocimiento de actos específicos de la historia, resultaría equivalente a encontrar el Santo Grial. En muchas ocasiones, estos escritos permiten demostrar y probablemente subsanar, las afirmaciones o ideas preconcebidas de actos pasados, y especialmente, aquellos relacionados con nuestro turbulento siglo XIX.

 

 

paso del Bidasoa paso del Bidasoa

 

 

Paso del Bidasoa : realizado por el Ejército Francés bajo las órdenes de S.A.R. el Duque de Angulema, el 7 de Abril de 1823.Museo zumalacárregui

 

Sin estos encuentros fortuitos, los hechos narrados seguirían reflejando una “verdad parcial”, sin tener en cuenta otros puntos de vista que en ocasiones quedan “escondidos” en otros legajos que no tuvieron la suficiente difusión.

 

A principios del siglo XIX y mientras España basculaba entre el absolutismo y las corrientes liberales, nos encontramos con la figura del militar Jorge Bessières que en 1823 entró en la historia arrastrando una leyenda negra. Este general quedó marcado como un sujeto oscuro, agitador, cínico, de sable fácil, versátil, hombre que cambiaba fácilmente de pensamiento en función de sus intereses, ya fuera un exaltado liberal o intransigente realista. Tan cambiante en sus pareceres que su final, no deja de ser un epitafio a su ambivalencia política, siendo fusilado por mandato de Fernando VII. El mismo rey al que Bessieres había ayudado a recuperar su trono.

 

Pero el hecho que marcó su vida y forjo una leyenda negra entorno al personaje de Jorge Bessieres fue precisamente el intento de entrar a la fuerza en Madrid un 20 de Mayo de 1823 a la cabeza de tropas realistas, queriéndose adelantar a las tropas que bajo el nombre de los Cien Mil Hijos de San Luís y con su misma pretensión, habían atravesado la frontera para reponer en el trono de España al exiliado Fernando VII. Aquel asalto terminó en un completo fracaso, una lucha y matanza que fue juzgada como innecesaria, donde Bessieres adquirió un protagonismo negativo, llevándose a la tumba con él, su leyenda. Pero realmente ¿fue así?

 

 

Fernando VII Fernando VII

 

 

 

Grabado Fernando VII

Historia de España en el siglo XIX: sucesos políticos, económicos, sociales y artísticos, acaecidos durante el mismo: detallada narración de sus acontecimientos y extenso juicio crítico de sus hombres. 1902. Museo Zumalacárregui.

 

 

 

Para ello, empezaremos a recorrer de la mano de Pío Baroja, al personaje, el tiempo, la acción y su final para seguidamente con documentos en la mano, desconocidos hasta este momento y recogidos en la Real Academia de la Historia, poder ahuyentar parte de la leyenda negra de este personaje, también llamado el primer carlista, por su supuesta adhesión a los postulados de Carlos V.

 

 

Antecedentes:

 

La figura de Jorge Bessieres fue muy novelada tanto por los ilustres escritores Galdós como por Baroja; siendo considerado como uno de los guerrilleros más conocido del siglo XIX.

Baroja lo trata en 9 novelas suyas como en otros tantos artículos. En su novela titulada “Memorias de un hombre de acción”, “Con la pluma y con el sable”, Baroja detalla lo siguiente sobre Bessières:

“. Otro extranjero, francés, que dejó un rastro de pasión y de inconsciencia en España, fue Jorge Bessières, que murió fusilado por su paisano el conde de España en Molina de Aragón.

La historia de Bessières era curiosa. En 1809, el guerrillero catalán don José Manso supo que las tropas francesas de Barcelona forrajeaban en las cercanías de Hospitalet con una escolta de 30 a 40 caballos e igual número de infantes. Manso, al frente de su partida, se colocó en sitio estratégico, cortó la retirada a los franceses, hizo 34 prisioneros y se apoderó de 36 caballos. Cogió además un furgón con sus mulas y dos caballos del general Duhesme. El furgón iba guiado por un cochero llamado Jorge Bessières.

Bessières, prisionero de los españoles, se ofreció a asesinar al gobernador francés de Barcelona, Mauricio Mattieu. Había sido ordenanza de un ayudante del gobernador y pensaba valerse de su condición para acercarse al general Mattieu. Bessières intentó el asesinato, pero no lo pudo realizar. No se sabe si a consecuencia de estos atentados o si por alguna hazaña de guerrillero, Lacy lo hizo capitán. Después de la guerra de la Independencia, Bessières quedó retirado, se estableció en Barcelona, se casó con una mujer llamada Juana Portas ensayó varias industrias, entre ellas una tintorería.

Bessières intervino en las conspiraciones de Barcelona, estuvo relacionado con Lacy y en 1820 ayudó a proclamar la Constitución. Luego, en 1821, tornó parte en un complot

republicano en Barcelona, en compañía de un fraile. Condenado a muerte y preso en la ciudadela, fue indultado por el general Villacampa. Se decía que la influencia de los comuneros, entre los cuales, como se sabe, había muchos espías reaccionarios, le salvó.

Otros aseguraron que la conspiración de Bessières iba dirigida más contra el Gobierno francés que contra el español y que Villacampa conocía sus intenciones.

Bessières, indultado, fue encerrado en el castillo de Figueras; de aquí huyó a Francia, y apareció poco después transformado en realista; los liberales dijeron que Bessières se había hecho rico asesinando a su antiguo amo, que le trataba como a hijo más que como a criado; luego, cuando la reacción de 1823, se afirmó que Fernando VII estaba en relaciones con él ya desde la época de la conspiración republicana de Barcelona, y que le ascendió a general, a causa de documentos comprometedores que guardaba el ex tintorero.

 

 

 

Jorge Bessières Jorge Bessières

“Retrato del General Jorge Bessières, por

Vicente López y Portaña 1772–1850”

 

Bessières, al que algunos confundían con el general francés duque de Istria, con quien no tenía parentesco alguno, era más que nada un atolondrado ambicioso, enloquecido por el éxito.

Nunca había sido creyente, y entre sus amigos decía que era republicano, a pesar de estar en las filas realistas. Desvalijaba las iglesias sin miedo, y en sus correrías por Castilla el año 23 bebía tranquilamente durante las comidas en el cáliz de la iglesia de Auñón, lo cual no deja de ser extraordinario, teniendo en cuenta que iba acompañado del fraile Bartolomé Talarn.

El final de Bessières fue trágico; la Sociedad El Ángel Exterminador, después del triunfo del absolutismo, puso a Bessières en relación con el padre Cirilo y Calomarde. Estos y Fernando VII aconsejaron al revoltoso francés que se sublevara contra el predominio de los masones en el Gobierno.La sublevación no tuvo éxito.

Fernando VII, al saber su fracaso, envió como a un perro de presa al conde de España contra Bessières.Un francés contra otro francés.

La patrulla de don Saturnino Abuin, el Manco, fue la que capturó a Bessières en Zafrilla. Si Bessières era hombre que cambiaba de casaca con facilidad, Abuin no lo era menos. Abuin había sido empecinado y antiempecinado, absolutista y liberal.

Abuin prendió a Bessières y lo condujo, con sus oficiales, a presencia del conde de España a Molina de Aragón.

Bessières, preso, se creía seguro; tenía una carta de Fernando VII en la cual le ordenaba el alzamiento. El conde de España trató a Bessières como a un compañero y a un paisano; le convidó a cenar con él y estuvieron los dos hablando en catalán y en francés largo tiempo. A los postres, el conde preguntó a su comensal con gran amabilidad por qué se había sublevado, y Bessières mostró la carta del rey. El conde de España, tranquilamente, cogió la carta y la quemó en la llama de una bujía.

—¿Qué feu, general? —gritó

Bessières en catalán, abalanzándose al conde de España—. Qu'en perdeu. —Oui peut-étre, mais je sauve le roy —dijo el conde de España en francés, con una contestación a modo de Duguesclín.España llamó a sus ayudantes e hizo que se llevaran a Bessières.

Bessières, al verse sin la carta del rey, comprendió que era hombre muerto. Al día siguiente un Consejo de guerra sumarísimo condenaba a ser pasado por las armas al mariscal de campo don Jorge Bessières y a sus compañeros. Pocas horas después de la ejecución, todos los papeles de Bessières eran entregados a las llamas..”

 

Dejando atrás esta introducción, la biografía históricamente aceptada de Bessieres nos indica que sirvió en los ejércitos napoleónicos durante la Guerra de la Independencia Española y se pasó en los últimos momentos a las filas españolas, donde alcanzó el grado de teniente coronel. Durante el Trienio Constitucional, en julio de 1821, participó en un intento de sublevación republicana en Barcelona junto con el mexicano Oronoz y Francisco Brotóns. Condenado a garrote vil, se suspendió la ejecución gracias a la enérgica protesta del pueblo.

La conducta seguida contra él le llevó, por odio hacia los liberales moderados, al bando absolutista. Llegó a ser nombrado mariscal de campo por actos de servicio realizados a Fernando VII, entre los cuales figuraba, el retorno al absolutismo y principios legitimistas. En 1823 tras solicitar la facción realista la vuelta de Fernando VII a la península para restablecerlo en el trono, se pidió ayuda a las potencias afines a su ideología, y los franceses crearon un ejército de más de 100000 hombres que habían de penetrar en España el 07 de Abril de 1823. Bessieres formó parte muy activa de este ejército

Según las crónicas fue un paseo militar. Para la ocupación de la capital del Reino, se había pactado un convenio con el general que comandaba las tropas liberales que defendían Madrid, Jose de Zayas, para que sus tropas abandonasen sus posiciones sin lucha, entrando así las tropas realistas en la ciudad con orden. Sin embargo, el general Jorge Bessières, como avanzada del centro del Ejercito Francés a las órdenes del Mariscal Obert, intentó entrar por su cuenta en Madrid, siendo conminado por el General Zayas a retirarse, al haber pactado el convenio. Ante su negativa se produjo una batalla de la que Bessières tuvo que retirarse dejando bastantes heridos y muertos. La entrega pacífica de Madrid había dado paso a una lucha que tuvo un claro efecto negativo en la sociedad de la capital, así como en el resto de potencias Europeas.

Tras acompañar al Rey Fernando VII en su retorno al trono, entre 1824 y 1825 Bessieres radicalizó su postura y ayudado por otros individuos, conspiró para derrocar a Fernando VII. Pero el rey mandó detenerlo y fusilarlo en 1825, con la acusación de haber pactado con su hermano, Carlos V el Pretendiente, con el fin de instaurar un monarca con ideas más absolutistas que las que por entonces mostraba Fernando VII.

 

 

 

Gaceta extraordinaria Gaceta extraordinaria

Gaceta extraordinaria de Madrid de 28 de Agosto de 1825, del fusilamiento de Jorge Bessières, en Molina de Aragón por el Conde de España.

 

 

 

 

Leyenda negra:

 

Lo Sucedido el 19 y 20 de Mayo de 1823

 

Vamos a dar paso a la narración de los hechos que mencionan los periódicos mas importantes de la capital Diario de la Capital y la Gaceta Española, y que describían el convenio celebrado con los franceses para la entrega de Madrid, detallando lo ocurrido el 19 y 20 de Mayo de 1823; así como a varios documentos, algunos de ellos inéditos que tratan los hechos.

 

Uno de estos documentos fue emitido por el general José Zayas** como capital general de Madrid, donde describe la entrevista que tuvo con Jorge Bessieres. Curiosamente Zayas entregó la versión de sus actos a Abel Hugo**, hermano del famosoVictor Hugo, recogidos en 1825 en el libro Histoire de la campagne d´espagne en 1823.

 

También se incorporan dos cartas inéditas manuscritas en francés de Jorge Bessières, remitidas a su superior en aquel momento el general Obert, jefe de la 4 división del 1ºer cuerpo, que muestran datos y hechos que no se ajustan a la narración histórica actualmente aceptada como veraz…

 

 

Acontecimientos:

 

Diario de la capital del día 21 de Mayo de 1823 Orden del día de José Zayas

 

El periódico madrileño Diario de la Capital publicaba el día 21 la siguiente orden del día Comandancia general D. Jose de Zayas, teniente general de los Ejércitos Nacionales, Caballero Gran Cruz de la Orden de S. Fernando, ayudante de campo de S. M., Comandante de la Primera División del Tercer Ejercito de Operaciones, y que a la postre era uno de los que habían convenido la entrega en ausencia de lucha de la capital a manos francesas:

 

Hago saber que el día 24 del corriente entrará el ejército francés en esta capital según el convenio hecho, después de haber relevado una brigada de él á las 9 de la mañana todas las guardias y puestos, que cubrirá hasta dicho momento las tropas de mi mando.

Encargado de conservar el orden durante este intervalo, espero de la sensatez y cordura que caracteriza á este ilustre vecindario, que no me pondrá en la dura precisión de haber de apelar á la fuerza que tengo á mis órdenes, y aun á las del ejército francés, si necesario fuere, para reprimir y castigar, como lo verificaré infaliblemente con todo el rigor de las leyes militares, cualquiera desorden que pueda alterar en lo más mínimo la tranquilidad pública.

La rigorosa disciplina que haré observar á las tropas de mi mando será el mejor garante de la firme resolución en que me hallo de velar muy de cerca por la quietud y seguridad de los dignos habitantes de esta heroica capital, y del deseo que me anima de no llevar al separarme de su seno mas recuerdos que los de las virtudes que en todos tiempos lo han señalado. Madrid 20 de Mayo de 1823. = Josef de Zayas”.

 

 

 

General José Pascual Zayas General José Pascual Zayas

 

 

 

El general José Pascual Zayas y Chacón, por Vicente López Portaña. Ca. 1818. (Museo de Bellas Artes de Cuba)

 

 

Continuaba con el relato de los acontecimientos el diario dando cuenta de la llegada de una columna de avanzada francesa al mando del general Bessieres y de lo ocurrido ante su empecinamiento de entrar en la ciudad sin esperar al resto de tropas y mandos superiores:

 

En el día de ayer estábamos todos los habitantes de esta heroica capital en medio de una situación de incertidumbre y de pena, tranquilos con la confianza que tenemos en el patriotismo y virtudes del comandante general el Excmo. Sr. D. Josef de Zayas , y tanto mas cuanto ya casi ninguno ignoraba la capitulación estipulada entre este y el Excmo. Sr. general en gefe del ejército francés, cuando contra las esperanzas de todos los hombres sensatos se presentó en las puertas de Alcalá una columna de mas de 100 hombres de infantería y caballería al mando de Bessieres, de la cual destacó una avanzada de diez lanceros, que llegaron hasta el edificio de la aduana con algunos paisanos dando voces alarmantes

 

 

Edificio de la aduana Edificio de la aduana

Edificio de la aduana, cerca de la puerta de Alcalá.

 

cuyo inesperado acontecimiento hizo que este Sr general destacase una compañía, la que les hizo fuego , y a sus resultas se retiraron precipitadamente hasta la Cibeles, en cuyo punto se hallaba el jefe Bessieres, al que pasó a hablar personalmente el Sr. comandante general de esta plaza, y le hizo ver que debía retirarse, pues de continuar en el puesto que ocupaba quebrantaría, como ya tenia quebrantado , uno de los artículos de la capitulación que había hecho con el Sr. general en jefe del ejército francés, á cuyo solo nombre debía entregar la plaza; que estos pactos debían ser escrupulosamente observados en las leyes de la guerra; y á saber el Sr. General francés estos sucesos le serian del mayor desagrado, respecto á que le había manifestado los mas vivos deseos de que se conservase la tranquilidad, y al efecto ofreciéndole auxilios de su fuerza.

A pesar de estas sólidas razones Bessieres contestó que él estaba acostumbrado á vencer y que tenia determinado entrar y apoderarse en el acto aunque fuese a viva fuerza de la plaza: á lo que replicó el Excmo. Sr. general Zayas , que se pusiese á la cabeza de su columna, se batiese , y siendo vencedor entraría, y no de otro modo: á consecuencia de lo cual este señor general dio las órdenes mas activas y oportunas para que la tropa de todas armas avanzase contra la de Bessières, que desde la puerta de Alcalá hacia un fuego vivo; mas esta guarnición despreciándolo, y atendiendo solo á su valor avanzó, los hizo poner en retirada, y entre las dos ventas hizo frente á nuestra vanguardia, y se empeñó acción general; mas el acierto con que la artillería disparó solo seis granadas, causó algún desorden, y avanzando á continuación el escuadrón de caballería al mando de don Bartolomé Amor, causó una total dispersión ; resultando de la acción como unos 80 muertos, muchísimos heridos y unos 700 prisioneros, logrando fugarse Bessières con solos seis u ocho caballos: este es el resultado según hemos sido informados, y que da margen a hacer tristes reflexiones sobre las resultas , á

 

no haber desplegado todo su zelo y patriotismo este señor general, y un valor decidido esta heroica guarnición.

A las siete entró un oficial parlamentario del ejército francés, que se aseguraba venia á ofrecer tropas para mantener el orden...”

 

Por su parte, en el diario la “Gaceta Española” del 26 de Mayo de 1823 se narraban los acontecimientos de la siguiente forma:

 

 

-Hemos recibido muchas cartas de Madrid, en las que se refieren los asombrosos acontecimientos que han ocurrido en aquella capital en los días 19 y 20. Aunque en ellas hay alguna variedad en cuanto á ciertas circunstancias, todas convienen en lo esencial y mas interesante de los hechos. Hemos preferido la publicación de la siguiente, que presentamos á nuestros lectores, por creerla la más segura y fidedigna.

No es este el momento de hacer todas las reflexiones que estos nuevos y extraordinarios acontecimientos dan de sí; pero á lo menos haremos dos: Primera: Que por ellos se confirma y prueba con la mayor evidencia que no es el verdadero pueblo español el que desea el trastorno del régimen actual, sino cierto número de gente perdida , lo mas vil del populacho, y unos pocos ambiciosos, hípocritas, cubiertos con la máscara de una falsa lealtad al Rey , á quien ofenden del modo mas audaz y criminal. Segunda. Que las valientes tropas que componen el ejército español están bien decididas á castigar á todos los enemigos de nuestra Constitución y de nuestra independencia, y que la presencia misma del ejército francés no arredra ni arredrará jamás á los amantes de la libertad de su patria en el cumplimiento de sus deberes. El DOS de Mayo de 1808; el SIETE de Julio de 1822, y el VEINTE de Mayo de 1823, serán unos monumentos eternos de la lealtad y valor de la capital de las Españas, y de su decisión por la gloria y la independencia de la Nación española.

Parece que la Providencia divina ha destinado á esta incomparable capital para ser el teatro de escenas sublimes y el modelo del mundo. Su célebre 2 de Mayo de 1808 fue el primer paso para dar la libertad á la Europa: su inmortal 7 de Julio de 1822 afirmó el sistema constitucional combatido por la intriga y por la fuerza; y el día 20 de Mayo de 1823 acabará de convencer al mundo de que el ejército español y la parte mas sana é ilustrada del pueblo, es decir, aquella parte que por sus luces y buena educación constituye la verdadera opinión publica, y la verdadera voluntad nacional, nunca consentirá en el restablecimiento del poder absoluto, por ser enteramente incompatible con las luces del siglo y con las necesidades de la Monarquía española.

Bien quisiéramos hacer el debido elogio de cuantos hayan contribuido á tan glorioso suceso; pero como en tales casos no se llegan á saber por el pronto con exactitud todas las circunstancias y pormenores, será justo que esperemos á que las noticias de oficio nos refieran en toda su extensión este gran suceso.

He aquí pues el extracto de la carta que hemos citado, y que es con fecha del 20 en la noche:

“ .. Zayas, de quien se dijo que había marchado al campo francés, amaneció aquí. Es constante que la capitulación para entregar la plaza y preservar la capital de un desastre estaba convenida. A consecuencia de esto se fijó un bando anunciándolo así, é intimando á los perturbadores del orden, que no solo obrarían contra ellos las tropas españolas encargadas de la entrega de la plaza, sino aun las mismas francesas. Sin embargo se notaba gran movimiento entre alguna gente de chaqueta y garrote, que ya anoche dieron mucho que hacer á la tropa, obligándola á hacerles fuego varias veces.

A cosa de las dos y media se notaron varias precauciones extraordinarias , como ponerse la guardia del principal sobre las armas, enganchar la artillería, y poner piquetes cerrando todas las avenidas de la puerta del Sol.

Los garroteros no cesaban de correr las calles, y no se puede comparar su descaro sino con la moderación y paciencia de la tropa, pues casi á bayonetazos tenian que hacerles soltar los garrotes, de que la mayor parte se había provisto de las estacas de los tendederos del río.

A este tiempo parece que envió Bessieres un parte al general Zayas, anunciándole que parte de tu tropa se había empeñado en entrar en la capital, y que no pudiendo impedirlo tomase sus disposiciones. El mismo Bessieres trató después con Zayas de su resolución de entrar el primero en Madrid: el general se opuso fundándose en el convenio hecho con las tropas francesas: Bessières insistió diciendo que estaba acostumbrado á vencer y entrar donde quería, y Zayas replico que sabia rechazar y batir; y con esto se fue cada uno por su lado. Zayas tomó sus disposiciones, y mandó que una compañía de cazadores del número 13 saliese por otra puerta á buscar la de Alcalá, disponiendo hiciese lo mismo por otro punto un escuadrón de Lusitania, que según se ha dicho estaba situado en S. Antonio de la Florida.

De los garroteros aficionados parte había salido á recibir á Bessières, y parte estaba en la puerta de Alcalá esperándole. En ambas partes había gran número de mujerotas y muchachos, chisperos etc, siendo tanta su ilusión que equivocando a Zayas con Bessières le tendieron las capas para que pasase, dándole mil vivas. Llevados de este engaño, que Zayas autorizó con su disimulo, se salieron fuera de la puerta hacia las tapias del Retiro, y á poco rato llegó el grueso dé la tropa de Bessières acompañado de la chusma que había salido á recibirle, y de lugareños de los pueblos que venían á participar de la zambra. Algunos lanceros y gente de Bessieres fueron entrando y llegaron hasta muy cerca de la Aduana; pero pronto empezó contra ellos el fuego de guerrilla, y se fueron retirando, al paso que marchaban en su seguimiento la artillería é infantería.

Se sostuvieron sin embargo algún tiempo , aunque retirándose á lo largo de las tapias del Retiro, y hasta mas allá de la venta ó casa blanca; pero al llegar á poca distancia de aquel sitio formaron cabeza de columna los granaderos de Guadalajara para atacar á la bayoneta, a tiempo que llegaron los cazadores, y poco después la caballería.

Entonces se introdujo el desorden , empezó la fuga, las tropas se cansaron hasta saciarse de dar cuchilladas y bayonetazos, concluyendo con traer mas de 700 prisioneros, y dejando en el campo más de 200 muertos y moribundos, entre ellos varios guardas de los que estuvieron presos y hablan salido para el ejército, mujeres, gente de paso etc.

La carnicería ha sido horrorosa, y la lección terrible; pero todo indicaba un saqueo espantoso y millares de desgracias sí no se hubieran cortado de este modo los proyectos de los facciosos y sus secuaces. Entre los prisioneros heridos se halla D. Nicolás Isidro, el cual es probable que haya muerto. Zayas envió inmediatamente un parte al general francés para que activase su venida en muestra del estado de las cosas, y efectivamente han venido dos ó tres oficiales para reconocer los puestos. Estos son los sucesos memorables de este día á un tiempo glorioso, aciago y afortunado…”

 

 

 

 

Plaza de toros de la Puerta de Alcalá Plaza de toros de la Puerta de Alcalá

 

 

 

La plaza de toros de la Puerta de Alcalá, en una vista aérea del Madrid de 1854 dibujada por Guesdon. Se aprecian, además, el Palacio del Retiro, la Puerta de Alcalá y el Real Pósito.

 

 

 

 

 

 

Como ya se ha comentado, Abel Hugo publicó en su Histoire de la campagne d´Espagne de 1823, una carta donde el otro protagonista de esta historia, el general Jose de Zayas, realizaba su propia descripción de lo ocurrido:

 

ZAYAS- Sr. He leído tras las primeras entregas de la l'histoire de la guerre d'Espagne en 1823 que ha publicado, los hechos de una acto que me concierne y presentado de una forma que caen sobre mi, odios por los actos producidos de manera violenta, ajenos y no necesarios y que no representan el mas sagrado de los deberes. Vea aquí lo que pasó:

Antes de salir de Madrid con la armada de la reserva, fui enviado al cuartel general de su S.A.R el duque de Angulema que se encontraba en Buitrago el 17 de Mayo para proponerle dejar en Madrid algunas tropas españolas a la espera de las francesas y con el solo objetivo de en los habitantes cualquier desorden. Dando su consentimiento su S.A.R.

De vuelta en Madrid, me quedo en la reserva, con una guarnición de compuesta de doscientos hombres y dos piezas de artillería. El 20 de Mayo un destacamento de alrededor de veinte lanceros del cuerpo del general Bessieres, bajo el salvoconducto de un parlamento, llega por la puerta de Alcalá hasta la Aduana. La agitación producida por esta aparición y sus consecuencias, hacen a que vaya en persona y ponerme delante del general Bessieres, que se encontraba cerca de la puerta de Alcalá. Le hago saber la convención aprobada por su S.A.R el duque de Angulema. El general Bessieres me contesta que aconstumbraba a vencer y que entraría por la fuerza de las armas.

 

 

Puerta de Alcala. Puerta de Alcala.

Puerta de Alcala.Pictures que Sketches in Spain. Taken During the Years 1832-33.

 

Inmediatamente le di a conocer el convenio aprobado por S.A.R el príncipe generalísimo, El General Bessieres me respondió que acostumbrado a vencer, entraría por la fuerza del las armas, y yo acostumbrado a resistir, me opondré, fue toda mi respuesta. Las tropas de la guarnición que vivaqueaban, cerca de la puerta de Segovia, fueron entonces mandadas aproximará la Puerta del Sol. Mandé avanzan una poca de caballería para que hiciesen un reconocimiento por la puerta de Alcalá por dar un poco mas tiempo á la reflexión y al partido dictado por la prudencia. Todo fue inútil; la infantería de Bessieres tomó posesión en las alturas contiguas á la venta del Espíritu Santo, extendiéndose por las tapias del Retiro y de la puerta de Alcalá demostrando evidentemente que solo aguardaban la noche para entrar y aprovecharse de los desórdenes populares, b Entonces, puesto á la cabeza de seis compañías de infantería, y de unos ochenta á noventa caballos, que todo compondrían unos cuatrocientos cincuenta hombres, tomé la dirección de la indicada puerta. Las guerrillas de Bessieres dispararon los primeros tiros; y entonces dióse principio á nuestro ataque que concluyó por la retirada de sus tropas.

Esa misma noche, por la puerta de Alcalá se presenta un oficial superior del cuerpo bajo las órdenes del general Obert, demandando ocupar la capital, pero que desiste al hacerle saber la convención con el S.A.R..

Los informes de los comisarios de todos los cuarteles o regimientos de Madrid, no indican más que tres indivíduos muertos este día en el interior de la villa; y el del Major General Conde de Guilleminot, indica unos pocos heridos y muertos entre las tropas del general Bessieres y unas cuarenta victimas por su imprudencia entre aquellos que secundaron en la agitación al general Bessieres.

Las dos piezas de artillería no llegaron al terreno de la batalla más que después de la retirada y no tiraron mas que tres o cuatro cañonazos sin efecto.

Yo no he sido el causante provocador de este acto; es mas, lejos de ser un caballero y sin ningún informe que pueda lanzarse contra mi persona, me dediqué a elaborar un convenio militar, realizado con el deber final de salvaguardar Madrid de un levantamiento popular y respetado por su S.A.R.

Lamento la perdida de vidas humanas y de la victimas producidas en este triste día; pero una conducta distinta por mi parte, hubiera supuesto comprometer a otras personas e intereses.

Reto a todos los militares que en situaciones análogas, busquen los testigos oculares y libres de partidismos sobre los actos; he afirmado mi conducta con los miembros de la municipalidad al momento, los informes del gobierno y finalmente el testimonio de aprobación realizado y que me fue dado por el S.A.R duque de Angulema, el marqués de Verigny** y M-Mont Gascons.

Las discordias civiles son base para lanzar argumentos infundados y consecuentemente injustos, es deber de un historiador calmarlos, y de entenderlos con imparcialidad.

Reclamo de su parte de que se comprometa a responder a toda narración firmada y que pueda aportar dudas sobre lo que le he narrado.

Tengo el honor de ser de usted, su más humilde servidor. Jose de Zayas.

 

 

Arman Charles Guilleminot, Arman Charles Guilleminot,

 

 

Arman Charles Guilleminot, nace el 2 de marzo de 1774 en Dunquerque y muere en 1840, en Baden, general francés del imperio y de la revolución, mariscal de Francia y embajador de Constantinopla bajo la restauración francesa.

 

Jefe del estado mayor del duque de Angulema en 1823, entró junto a el con los cien mil hijos de San Luís, con el fin de restablecer la monarquía absoluta de Fernando VII. Comenta André Lebourleux en su artículo de 2006 sobre la expedición francesa:: Guilleminot ocupa uno de los puestos más importantes, el lugarteniente General. En su libro “le service pendant les guerres du Premier Empire” el teniente coronel Philipp da una excelente definición de éste cargo del estado Mayor..”es un oficial de un grado muy elevado . Posee una gran personalidad y autoridad. Da órdenes en nombre propio a los generales de división, a los jefes de servicio..”.

 

 

Controversia:

 

Hasta éste momento, básicamente todas las informaciones que narran los actos ocurridos el 20 de Mayo de 1823 desde una de las partes en litigio, relatan tres certezas:

 

- la existencia de una convención verbal entre el general José de Zayas y S.A.R el duque de Angulema, príncipe generalísimo.

 

- el acto de disputa por el cual el general Bessières en honor a su leyenda de guerrillero, pretende entrar en Madrid como vencedor antes que las tropas francesas y la oposición del general Zayas a su intención, como héroe que salvaguarda de la población y descripción de una retirada ordenada.

 

- la entrada dentro de Madrid de una avanzada de lanceros por orden de Bessières y la ruptura por parte de este general del convenio, al disparar primero contra los constitucionales resguardados en la puerta de Alcalá y el causante por sus actos de la masacre posterior realizada por las tropas del general Zayas.

 

 

 

 

Sin embargo, queda por escuchar la versión del general Bessieres. Desde la entrada de los Cien Mil Hijos de San Luís, este militar se encuadra dentro de las tropas de la avanzada del 1er Cuerpo del 4º Batallón francés, que cerca de Torrejón conviene con la autorización de sus superiores, el avance de sus tropas a Madrid, y la toma de control de la capital para evitar desordenes y proteger a la población. De hecho, en su apoyo el general Conde de Vitré dejó un escuadrón, no dudando en felicitarle felicitándose por su entrada en la capital, tal y como así lo tenían dispuesto. Dice Vitré lo siguiente el 20 de Mayo de 1823 a las 3h ½ mediante copia certificada el año de 1824:

 

 

Carta general Conde de Vitré 1 Carta general Conde de Vitré 1

 

Carta general Conde de Vitré 2 Carta general Conde de Vitré 2

 

 

 

 

 

 

Carta general Conde de Vitré

 

Carta general Conde de Vitré 3 Carta general Conde de Vitré 3

 

Además se disponen de varias cartas del puño y letra de Bessierrs, donde el 21 de mayo y desde un punto cercano a Canillejas en Madrid, el general Bessières se dirige por conducto interno a sus superiores, en este caso al general Obert dando fe desde su punto de vista y con multitud de datos tácticos, de lo ocurrido en Madrid el 20 de Mayo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1ª carta manuscrita del general Jorge Bessières el 21 de Mayo de 1823

 

 

 

 

Respondido el 22

Registrado por la 4 División

 

Baldago... el 21 de Mayo de 1823

 

 

Mi querido General:

 

Llego en este instante y me hacen entrega de la carta que usted me hace el honor de escribirme así como la del Mayor General que estaba adjunta el cual no estaba al corriente de la convención convenida por S. A. R EL Príncipe General en Jefe; me puse en marcha para llegar a Madrid después de los deseos manifestados en Alcalá y renovados por mas de 4000 habitantes venidos de Madrid a mi encuentro.

Mi deseo era preservar la capital de los enormes gastos de contribución que pedían los constitucionales y de impedir los asesinatos que se estaban cometiendo.

Entre ayer entre las 10:00 y las 11:00 horas de la mañana en Madrid; después de haber penetrado en el interior de la villa, recibí aviso de un Capitán que el General Zayas venia a parlamentar.

Hice enseguida retirar mis tropas que había puesto en batalla delante de la puerta de Alcalá esperando los arreglos que me quería proponer el General.

Me pedía tiempo para suministrar a sus tropas y me prometía abrir las puertas. Lleno de plena confianza que deposité en el, esperaba la puesta en marcha de los acuerdos, cuando le veo llegar a la cabeza de una columna de infantería de 180 caballos y de 2 piezas de cañón. Me ataca mi avanzada que había puesto en la fontana de Flores. Cuando su infantería se mueve la hago cargar con mi Caballería para dar tiempo a mi infantería en su retirada cosa que se me dio bastante bien; después le forcé por dos veces a entrar en la capital. En este momento, la caballería enemiga salió de tal forma progresiva, que la mía no se encontraba en situación de resistir y se retira bastante rápidamente y pongo a cubierto mi infantería de los cuales algunos fueron muertos y muchos cogidos prisioneros.

Operé después un movimiento retrogrado con el deseo (tal como había sido convenido entre nosotros) de llamar la atención del enemigo y de llevarlo hacia la caballería francesa. Pero fallamos en el intento. El regimiento de cazadores enviado por el General Conde de Vitre llego bastante más tarde y cuando yo ya había tomado posición en el pueblo de Canillejas.

He llegado a este punto a las 8 de la noche, me quedaré en esta posición para observar y de esta forma tendrá conocimiento de todo cuanto ocurra.

El General Conde de Vitre al cual le he escrito, se une a usted para darle los diferentes detalles que refuerzan mi escrito.

Me gustaría unirme a usted mi estimado General, a fin de estar siempre de acuerdo con las órdenes que usted podría dar.

Reciba por favor, la estimación y consideración más distinguidas con las cuales tengo el honor de ser vuestro más humilde y más obediente servidor.

 

El comandante General de las tropas Realistas de Aragón y de la Castilla.

 

General Bessières

El general Jorge Bessières, sin tener conocimiento alguno de las críticas vertidas y escritas contra su persona, siendo consciente y humano de lo ocurrido pero sin dejar de ser el subordinado que está bajo la cadena de mando, y apenas transcurridas 24 horas del aciago día del 20 de Mayo, ha escrito a su superior en un francés muy correcto y claramente puntualizando lo siguiente:

 

- parece existir la convención verbal pero la cadena de mando está rota desde el Príncipe generalísimo duque de Angulema, pasando por el propio jefe del estado mayor Conde de Guilleminot, el General Obert y Bessieres marcha a Madrid según los deseos manifestados por sus superiores y totalmente confiado de sus órdenes. No ha sido informado del convenio.

 

- los motivos son evitar los gastos extraordinarios que se aplican al pueblo de Madrid y detener la violencia tal como estaban las cosas.

 

- y que de ninguna manera fue él quien empezó la acción, ya que pleno de confianza, en su posición y a propuesta del general Zayas, espera que este se retire en orden pero cae en un engaño y éste le ataca primero obligándole a defenderse.

 

- finalmente se adviene desde el principio a lo que las órdenes superiores le manden en su actual retirada.

 

Consecuentemente, no puede resistir, pierde algunos hombres y le hacen bastantes prisioneros. Incluso convienen una acción envolvente con la caballería francesa que va con él pero desiste finalmente y se retira.

 

La narración de la carta tiene todo el peso moral y justifica el punto de vista del general Jorge Bessières, cuyos actos han sido realizados siempre bajo la cadena de mando y es más, realizados según lo que estaba pactado. Pero es que incluso, y esto si que es importante, desconociendo lo que pudiera recibir de sus informes, el día 22 de Mayo, vuelve a escribir al general Obert..

 

 

 

Marc Antoine Marie Obert Marc Antoine Marie Obert

 

 

Marc Antoine Marie Obert, participa en la expedición de los cien mil hijos de San Luís, para liberar al Rey Fernando VII, prisionero en Cádiz, hecho que le valdrá el título de comendador de San Luís, en 1823. Jefe de la 4 división del ejército del 1 er ejército, de la expedición en España.

 

..una segunda carta muy consecuente con los hechos acaecidos, en los que reclama la mediación de sus superiores, la devolución de los prisioneros que le han sido apresados justificando sus conductas pasadas con el enemigo, su humanidad hacia con ellos, poniéndose como siempre a las órdenes de sus superiores y recibe del general Obert, marcado en la propia carta enviada, en el ángulo superior izquierdo y contestada por este general …”. Se hizo lo que era conveniente, nota del general Obert”.

 

 

 

carta manuscrita del general Jorge Bessières del 22 de Mayo de 1823

 

 

 

 

 

 

 

Se hizo lo que era conveniente Baldago.. el 22 de Mayo de 1823

(Nota del General Obert)

 

Mi querido General:

 

Tengo el honor de pedirle sea mi interprete cerca de su S. A. R El Príncipe General en Jefe y de solicitar los buenos servicios para que bien pueda ordenar a Zayas o L´Abisbal en la evacuación de la capital de todos los prisioneros que se me hicieron después de los días de Aranda así como del día 20 y también de los paisanos que vinieron a recibirme con el grito de Viva el General Bessieres, los cuales fueron dichos a mi entrada en Madrid.

Para apoyar mis derechos en el favor que pido, diría y afirmo las conductas que he tenido después de mi entrada en Castilla. Digo que mas de 3000 prisioneros han sido enviados por mi persona, y que también algunos milicianos nacionales caídos en mis manos, les he distribuido monedas para facilitarles el regreso a sus casas; que además he tratado con honestidad las familias incluso las mas exaltadas de los diputados de las Cortes y las he preservado de las manos casi siempre de los daños de las guerras de la revolución.

Si como espero, su S. A. R quiere tomar en consideración mi demanda, le tendré en un reconocimiento profundo y en cuanto a usted, mi querido general, no tenga duda de las mías en concreto hacia usted.

Ocupo siempre la misma situación, a la espera de las órdenes que quisiera darme y hacerme llegar.

Reciba, por favor mi querido general, la consideración que le tengo, y con la cual tengo el honor de ser su muy humilde y obediente servidor.

 

El comandante General de las tropas Realistas de Aragón y de la nueva Castilla.

 

General Bessières

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El general Jorge Bessières quedo acampado a la espera de nuevas órdenes del ejercito francés cerca de Canillejas hasta finales del mes de mayo y calmada la situación general, ya el 6 junio publica el “Manifiesto que hace á la Nación Española el Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos D. Jorge Bessières en junio de 1823”, en donde se defiende de las acusaciones que sobre su postura política y sus acciones respecto a la defensa de participar expresamente en las filas realistas para su propio beneficio, o de indecibles vicios y carencia de virtudes que pudiera tener; y la regencia ya instalada en Madrid, lo exculpa asignándole una división con el último fin de rescatar y restaurar a Fernando VII en el trono.

Por otro lado, tras el desastre producido y evitando males mayores, el generalísimo príncipe Duque de Angulema, acelera el ejército y en base al pacto establecido, entran sus vanguardias en Madrid, el 22 y 23 de Mayo, con su plana mayor en olor de multitudes, triunfantes e invictos.

 

 

 

 

 

 

Conclusión:

 

Así pues, es seguro que no habremos dado una respuesta final sobre algunas de las incógnitas que perviven sobre el personaje y centrados en los actos ocurridos en la tragedia de Madrid tal como los hemos narrado en éste artículo.

 

Lo expuesto en estas líneas, no puede ser más que una breve exposición, una especulación con documentos en la mano con el último propósito de crear una duda razonable sobre la actuación de un “hombre de acción”, personaje histórico de acción, de sable fácil, muy esquivo en la historia de España, muy novelado, con rasgos de aire de grandeza, solitario y aparentemente muy chaquetero, con trágico final y del que no se conserva ninguna información fiable de primera mano en los archivos españoles, y que realmente no facilitan concretar sus motivaciones y trayectorias generales y menos las individuales.

Es posible que tanto los órganos oficiales del bando constitucional como posteriormente de la regencia legitimista ya instaurada en Madrid, pudieran haber hecho desaparecer cualquier documento, prensa o noticia que fuese en contra del poderío de la avanzada de los franceses, minimizando la afrenta de la convención y la derrota que sufrió la avanzada de Bessierers en su intento de entrar en Madrid. También es plausible que estos mismos poderes dieran paso a la publicación de aquellos datos que convirtieran a Bessieres en un “cabeza de turco”, concentrando en su persona todos los errores cometidos, quedando marcado su destino.

 

Para finalizar, queremos dejar constancia el punto de vista que tiene la historia del personaje de “un hombre de acción” como Jorge Bessiéres, aquel que hablaba tan mal el castellano como el francés, relatado desde nuestra óptica actual según algunos autores, para comprobar cual ha sido la evolución y matices del mismo y por los cuales, este personaje ha sido pincelado con el pasado de los años. Armengol y R. Quirós dicen:

 

“..con la derrota final del absolutismo, Bessières se convertirá en un personaje ya no mítico sino verdaderamente histórico, aunque es cierto que rodeado de una aureola cada vez más tendente a juzgar su singularidad política y no sus hechos; así se llega a literatos como Galdós o Baroja como de la tradición oral, le convertirán en un paradigma del citado “hombre de acción”,hecho a sí mismo sin ningún escrúpulo; esto le dio popularidad entre ciertos autores posteriores, aunque significase una falsificación del personaje histórico y el oscurecimiento de su vida. Sin embargo, la historiografía española ya desde los años 50 de la pasada centuria le rescataría “históricamente” para mostrarle como un importante artífice del movimiento carlista(aunque él nunca lo imaginase) durante la “Década Ominosa”, integrándole en los grandes procesos políticos de este desconocido periodo de la Historia española del siglo XIX”.

 

“..¿Quien fue en realidad Jorge Bessiéres?...pasó por la vida con etiqueta de agente provocador...Parece que sirvió a unos y a otros por dinero o capricho y no parece que tuviera ideología alguna a fuerza de haber servido en todas las garitas. ¿Le dejamos en “aventurero francés, versátil, cínico”?..

 

Pero a la vista de estos documentos inéditos que hemos presentado deberíamos de reflexionar sobre si realmente la historia que nos ha llegado hasta nuestros días sobre Jorge Bessieres se ajusta a la realidad, o si por el contrario su leyenda negra no deja de ser un “artefacto” del relato de la historia escrita que ensalza a algunos figurantes, en detrimento de otros.

 

Agradecimientos:

 

A Jesús Arrate por su paciencia, su ayuda y sus correcciones en la elaboración del artículo que presentamos.

 

 

Biografías:

 

**José Pascual de Zayas y Chacón; La Habana, 1772 - Chiclana, Cádiz, 1827. Militar español. Perteneciente a una distinguida y acomodada familia establecida en Cuba, fue enviado a España en 1789 y sentó plaza de cadete en el Regimiento de Infantería de Asturias. Tras servir en diversas guarniciones y recién salido de subteniente, le tocó vivir en Ceuta el terrible terremoto del 9 de octubre de 1790, del que sobrevivió milagrosamente (fue sacado de entre los escombros en los que pereció su coronel, con quien vivía).

 

Participó en la guerra contra la República francesa (1793), en la que obtuvo el grado de teniente. Tras firmarse la paz, fue destinado con su compañía al cuidado de uno de los buques que traían caudales de Veracruz a Cádiz, y después de uno de esos viajes tomó parte activa en la batalla de la Coruña contra los ingleses, a las órdenes del general Conde del Donadío (26 de agosto de 1800), en la que resultó herido y fue ascendido a capitán.

 

El teniente general Gonzalo O'Farrill le nombró su ayudante cuando, en 1805, fue con una división a establecer en Toscana al nuevo rey de Etruria; y tras dos años en Florencia, Zayas ascendió a sargento mayor. A finales de 1807 regresó a España y se incorporó como comandante en el Regimiento de la Princesa. En abril de 1808, la Junta Suprema de Madrid le comisionó secretamente para que pasara a Bayona, junto con Evaristo Pérez de Castro, a informar al rey del verdadero estado de las cosas, pero el viaje fue totalmente inútil. De vuelta a España, se dirigió a Valladolid para ponerse a las órdenes del teniente general Gregorio de la Cuesta, quien le ascendió a coronel de Infantería y le encargó la organización de uno de los regimientos que a la sazón se estaban improvisando.

 

Tras una serie de tropiezos, pasó con Cuesta a Extremadura, donde en enero de 1809 combatió al mando de una brigada de infantería, lo que le valió el ascenso a brigadier por la Junta Central, primero, y, tras la batalla de Albuera (16 de mayo de 1811), a mariscal de campo. Fue designado ayudante del gobernador de Sevilla, por decisión de la Junta interina, tras los disturbios del 24 de enero de 1810. Luego se situó con sus tropas en Cádiz y en Ronda y, a las órdenes de Blake en Murcia y Valencia, hasta conquistar Cuenca el 28 de noviembre de 1811. Acorralado por el ejército francés en Valencia, se vio obligado a capitular el 9 de enero de 1812, y fue luego conducido al castillo de Vincennes, cerca de París.

 

Aunque se dice que se hizo masón en la logia de Montpellier o de Marsella, al ser liberado en 1814 marchó a Valençay, y acompañó a Fernando VII en su regreso a España; de hecho, fue el primer comisionado que el monarca despachó a manifestar su voluntad a las Cortes del Reino, reunidas ya en Madrid. Pronto ascendió a teniente general (1814), y recibió asimismo la gran cruz de San Fernando (1815), manteniéndose de cuartel en la capital.

 

 

 

En 1815 rehusó el virreinato del Perú y fue nombrado segundo cabo de Castilla la Nueva (1817-1819). Al proclamarse de nuevo la Constitución en 1820, fue el primer general a quien el rey nombró su ayudante de campo. Fue diputado a Cortes por la Habana entre 1820 y 1822 y miembro de la Diputación permanente de las Cortes en 1821. El 7 de julio de 1822 se encargó de la defensa de palacio e impidió la comunicación de los rebeldes con el monarca. Capitán general de Madrid en marzo de 1823, se encargó de dispersar las fuerzas facciosas de Bessières. Hecha la entrega formal al duque de Angulema, se dirigió con su columna hacia Andalucía y, después de la capitulación de Cádiz, pidió y obtuvo su cuartel para Chiclana.

 

Reinstaurado el absolutismo, la Junta Superior de Purificaciones le despojó de empleo, sueldo y condecoraciones, entre las que se contaban la banda de San Fernando, la de Carlos III y la Primera cruz laureada de San Fernando de 3ª clase. Pasó sus últimos días aquejado de gota, y a expensas de su hermana y de sus íntimos amigos Andrés Arango y el general José Mª Cadasal. Días antes de morir, pero sin llegar a tener noticia oficial de ello, le habían sido restituidos sus empleos y honores.

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**Joseph-Abel Hugo (París, 15 de noviembre de 1798 – Paris, 7 de febrero de 1855) fue un escritor, periodista e hispanista francés, hermano de los también escritores Eugène Hugo y Víctor Hugo.

 

Fue bautizado muy tarde, porque su familia era revolucionaria. Su padre fue Joseph Léopold Sigisbert Hugo (1773‑1828), general de los ejércitos napoleónicos, luego nombrado conde, que participó en la invasión de España. En Madrid Abel y sus hermanos se formaron en el Seminario de Nobles cuando reinaba el rey José I. En 1814 el Conde d’Artois le hizo con sus hermanos caballero de la Orden de Lys en reconocimiento por el papel jugado por su madre en la conspiración Malet. Fundó en diciembre de 1819 la revista Le Conservateur Littéraire. En la Sociedad de Buenas Letras de París ofrece cursos de español. Víctor Hugo entrará gracias a él en dicha Sociedad. En 1822 publica su traducción del Romancero, que su hermano citará en el famoso prefacio de su Cromwell: "Les admirables romanceros espagnols, véritable Iliade de la Chevalerie" (Los admirables romanceros españoles, verdadera Iliada de la Caballería).

 

Abel apadrina al hijo de Víctor Charles en 1826. Se casa al año siguiente con Julie Duvidal de Montferrier, y tendrá su primer hijo, Leopoldo, en 1828, y el segundo, Jules, en 1835. Abel trabaja en la Revue des deux mondes en 1833, y hace aparecer La France pittoresque, ou description pittoresque, topographique et statistique des départements et colonies de la France, offrant en résumé pour chaque département et colonie l'histoire, les antiquités, la topographie, la météorologie, l’histoire naturelle, la division politique et administrative, la description générale et pittoresque du pays, la description particulière des villes, bourgs, communes et châteaux, celle des mœurs, coutumes et costumes etc.; avec des notes sur les langues, idiomes et patois, sur l'instruction publique et la bibliographie locale, sur les hommes célèbres, etc., et des renseignements statistiques sur la population, l'industrie, le commerce, l'agriculture, la richesse territoriale, les impôts, etc., etc. Accompagnée de la statistique générale de la France sous le rapport politique, militaire, judiciaire, financier, moral, médical, agricole, industriel et commercial (por departamentos, en tres volúmenes) en 1835. De 1836 a 1843, sale una Histoire générale de la France par les manuscrits en 5 volúmenes, seguida en 1838 de una France militaire: histoire des armées françaises de terre et de mer, de 1792 à 1833 de 1792 a 1837, también en cinco volúmenes. Con Couché hijo escribió Histoire de la campagne d'Espagne en 1823 (Paris, Lefuel: 1824), 2 vols. e Histoire de l'empereur Napoléon (Paris: Perrotin, 1833).

 

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**Verigny fue enviado a Madrid, tan pronto como S.A.R el duque de Angulema tubo conocimiento de lo que habia pasado entre las tropas del general Zayas y el general Bessieres; no era ayudanete de campo de S.A.R, más bien coronel del cuerpo real del estado mayor agregado al estado mayor del ejército.

 

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** Conde de Vitré, mariscal de campo, perteneciente a la 4 división del general Obert del primer cuerpo en España. Tomó parte entre otros en el ataque a Logroño el 17 de Abril de 1823 como cuerpo de vanguardia y de choque.

 

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Román Garrido Yerobi