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Oviedo Prerrománico

Entre los siglos VIII y IX fue la capital de los territorios cristianos, en este reino se construyeron edificios denominados Prerrománico Asturiano.

Si hablamos de sidra, queso de cabrales o carbayón sabremos que nos encontramos en Asturias, allí donde en 722 Pelayo se proclamó rey tras haber vencido a los musulmanes en la batalla de Covadonga, convirtiéndose en el primer foco de resistencia en la Península. Entre lo siglos VIII y IX la capital de los territorios cristianos estuvo en Oviedo, sobre la superficie de este pequeño reino se construyeron edificios que han llegado a nuestros días englobados bajo el nombre de: Prerrománico Asturiano. En su gran mayoría han sido declarados Monumento Nacional y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Estos edificios se caracterizan por sintetizar elementos visigodos y carolingios, pero a la vez romanos y musulmanes. Sus principales impulsores fueron los monarcas que durante este siglo gobernaron: Alfonso II, el Casto (791-842), Ramiro I (842-850) y Alfonso III, el Magno (866-910)

El edificio básico es la iglesia, que servirá de lugar de reunión y refugio, su planta es basilical de tres naves o de cruz latina acusada en el alzado, con la cabecera formada por tres ábsides rectos, con cámara del tesoro, pórtico en la fachada oeste y tribuna a los pies. Se cierra con cubierta a dos aguas, y en el interior, con bóveda de medio cañón, sujeta con arcos fajones y exteriormente con pequeños contrafuertes, que dinamizan la sobriedad de los muros. Su decoración se basa en relieves geométricos y sobretodo, pintura, conservada en gran parte de los edificios con referencias áulicas: destacan los amarillos, que simbolizan el oro, y el rojo, que simboliza la sangre de Cristo.

Oviedo, al ser la capital de aquel pequeño reino, concentra un buen número de ejemplares, casi todos religiosos, pero también alguno civil:

San Julián de los Prados o Santullano

Fue mandada construir por Alfonso II el Casto entre 812-842, dentro de la ciudad, a su alrededor había un palacio, unas termas y otras dependencias levantadas sobre una construcción romana anterior. Destaca su decoración interior a base de pinturas al fresco, es mural y similar a la que hicieron los romanos. En ella se reproducen los palacios que constituían las mansiones de la Jerusalén celeste descritos por Eusebio. El programa iconográfico de las naves y el transepto se divide en varios niveles:

1º- basamento se decora con una especie de marquetería simulada

2º- se representan construcciones simples en los laterales grandes

3º- en la zona más alta vemos palacios. En el muro oriental y occidental se representa una cruz adornada con piedras preciosas y de cuyos brazos cuelgan un alfa y un omega

4º- por último nos encontramos una decoración a base de modillones y motivos vegetales.

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Cámara Santa y Cripta de Santa Leocadia

Ambas estancias se encuentran en la Catedral de San Salvador, que tiene sus orígenes en una basílica mandada edificar por Alfonso II, el Casto sobre las ruinas de una iglesia de 765 que fue destruida por los árabes treinta años después.

La Cámara Santa fue capilla palatina, está adosada a la torre de San Miguel, que formaba parte del palacio de Fruela. Se divide en dos plantas: la parte de abajo que es la cripta y la de arriba que es la capilla de San Miguel.

La capilla tiene planta rectangular, formada por dos zonas:

-antecámara- donde está la entrada

-nave y presbiterio- la primera sufrió remodelaciones, en el siglo XVI se retiró la techumbre de madera sustituyéndola por una bóveda de cañón y se rebajó la altura de los muros externos. En ella, y protegidos por una verja cerrada, hay un espacio que alberga algunas reliquias: Arca Santa, Santo Sudario, Cruz de la Victoria y de los Ángeles, el Arca de las Ágatas, etc. Las seis parejas de estatuas de los Apóstoles, que la preceden son de época románica.

La Cripta de Santa Leocadia es de planta rectangular y se cubre con bóveda de cañón. El espacio interior se divide en dos: la entrada, que está al fondo de la nave y el presbiterio en el que se coloca el altar. En la nave nos encontramos con dos entradas y tres tumbas. El presbiterio conserva su pavimento original, posee un vano con una celosía en la que se ve cruz griega de cuatro brazos iguales. El altar es un bloque de piedra que descansa sobre la tumba de Dulcidio.

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San Tirso

Lo que hoy queda de prerrománico en este templo, es la parte de la cabecera, donde vemos un vano tríforo compuesto por tres arcos de medio punto, el central de mayor diámetro, que descansan en columnas: dos exentas y otras dos adosadas al muro, con capiteles vegetales. El marco que cubre la parte superior de los arcos, nos recuerda al típico alfiz mozárabe, lo que nos impide conocer la datación de esta parte del templo. Está rematado con una cornisa a dos aguas que descansa en los extremos en sendas piezas semicirculares con decoración estriada.

Sabemos que el rey Alfonso III donó este templo a su esposa doña Jimena.

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Fuente de la Foncalada

Citada por ser la única obra de la arquitectura civil encontrada, se inspira en las construcciones romanas, de hecho fue levantada cerca de la calzada que unía el norte con el sur de la región. Su nombre proviene de fontem calatam, es decir, fuente invocada. En  época altomedieval, tenía como función la de albergar el nacimiento de un manantial cuyo agua era retenida en el estanque. Se situaba extramuros de la ciudad y está formada por un canal de abastecimiento, una construcción y una pileta que contiene el agua. La construcción es rectangular, cubierta al interior con bóveda de cañón peraltado, posee un arco semicircular formado por dovelas de piedra resaltadas en el lado este, siendo similar el del lado oeste, sólo que en este caso es ciego. Se remata con un frontón triangular en cuyo vértice podemos ver la cruz de la Victoria, con el alfa y el omega apocalípticos. Entre ésta y el arco semicircular ya citado, se leen varias inscripciones:

(HOC SIGN)O TVETVR PIVS.HOC VI(NCITUR INIMICVS)

“Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo”

(SIGNVM SALVTIS PO)NE DOMINE IN FONTE (ISTA VT NON PERMITAS) INTROIRE ANGELVM PERCV(TIENTEM)

“Señor, pon el signo de la salvación en esta fuente para que no permitas entrar al ángel exterminador”

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Santa María del Naranco

Estamos ante el Aula Regia de Ramiro I, acabada de construir en 842, es un edificio de planta rectangular, dividido en dos pisos y en cuyos lados más largos encontramos dos salientes por los que se accede al piso superior, conservando el del norte una escalera de dos tiros. La planta baja está cubierta con una bóveda de cañón recorrida por arcos fajones, que descansan sobre el muro, en su parte baja vemos un banco corrido. Está flanqueada por dos cámaras laterales que se cubren con madera: la del lado este comunica con la central y se cree que fue un aljibe, y a la del lado oeste sólo se accede por el exterior, se desconoce su utilidad, los hay que piensan que fue una garita. A la sala central se le han dado varios usos, sin saber cual es el correcto: oratorio palatino, cámara donde se recibía en audiencia,…

La planta superior es la planta noble, similar a la inferior su bóveda de cañón está peraltada, los arcos fajones que la sujetan descansan sobre ménsulas, que al exterior resultan pequeños estribos. Está recorrida por una arquería ciega que apoya en dobles columnas con fustes sogueados. En los laterales hay dos miradores cubiertos con bóvedas, al exterior se estructuran en tres pisos, correspondiendo el central con la planta noble. Estos miradores se abren por medio de tres arcos de medio punto peraltados, siendo el central de mayor tamaño. El mismo esquema, pero más reducido, lo vemos en los ventanales de las dos cámaras del tesoro. Su decoración, se basa en la escultura, ya hemos citado los fustes sogueados, también encontramos capiteles con animales y medallones ubicados en las enjutas de los arcos, con temas zoomorfos y de combate. En los muros hay pilastras hechas en bajo relieve, que serán largas en el exterior y cortas en el interior.

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San Miguel de Lillo

Iglesia palatina de Ramiro I, edificada en el 842. Originalmente tenía planta basilical, pero a causa de un corrimiento de tierras por la humedad de la zona, sólo se conserva un tercio de la misma: el vestíbulo, en cuya parte superior está la tribuna real, flanqueada por dos pequeñas estancias, y el arranque de sus tres naves. Se cubre con bóveda de cañón seguido la nave central y más bajos las laterales. Este cerramiento está favorecido por un sistema de soportes a base de arcos que descansan en columnas. Estas columnas se apoyan en basas cuadradas decoradas por arquillos que albergan figuras. Las jambas están decoradas en el interior con relieves planos. El ábside conserva algunos de sus vanos con celosía calada. Poco queda de la pintura mural, estando en el muro sur y este de la nave meridional.

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Santa María de Bendones

En las afueras de Oviedo, se cree que fue edificada entre el 792 y el 842, aunque no hay ningún documento que lo atestigüe, la datamos por su similitud constructiva con otros templos de época de Alfonso II. Durante la guerra civil sufrió numerosos desperfectos, que provocaron un derrumbe parcial. Estamos ante un templo de planta rectangular, con un pórtico triple de ingreso y arco de medio punto. Tras el pórtico accedemos a una nave, en menor altura, en cuyos muros norte y sur tiene dos capillas rectangulares que están más bajas respecto a la nave y a la cabecera. Ésta se constituye con tres ábsides, en el central hay un ara prerrománica y es la única parte del edificio que estaba abovedada. En la capilla sur encontramos el altar original. Conserva restos pictóricos: un modillón en la cabecera y en la capilla sur: un zócalo y un vaso con guirnaldas. En el exterior del templo se ven celosías reconstruidas que iluminan la nave central.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Vanessa Montesinos.