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Se trata de un bunker rectangular de hormigón con acceso posterior en uno de los lados de su muro y con una única tronera escalonada para evitar la entrada de proyectiles en el interior del bunker. Es de forma rectangular y la cubierta no termina en ángulo recto como suele ser habitual sino que se encuentra rematada con una suave ondulación. En su construcción fue usando canto rodado de río, demostrando una vez más que se usaban los materiales más cercanos para la construcción de las fortificaciones.
Pertenecía al Ejército popular republicano y está situado en el margen izquierdo del río Tajuña con la confluencia con el río Jarama. Se encuentra muy cercano a los restos de unas construcciones que debieron ser unas cuadras con anterioridad a la Guerra Civil.
Se trata de un búnker de tipo de nido de ametralladora de hormigón armado, parcialmente enterrado, debido al hundimiento paulatino del mismo causado por el paso del tiempo al carecer la estructura de cimientos y encontrase en un terreno arenoso. Tanto es así que imposibilita prácticamente su acceso.
Este bunker fue construido con posterioridad a la Batalla del Jarama para proteger este flanco de posibles ataques franquistas, es el quinto de un conjunto de seis bunkers acabados, de iguales características. La construcción de este fortín fue realizada en el año 1938.
Se encuentra rodeado de trincheras de defensa en las cuales resulta fácil descubrir varias entradas semienterradas y casi cegadas a cuevas que cumplirían con el fin de pequeños almacenes y lugares de refugio.