Monumento a los Caídos por España

El Monumento a los Caídos por España era el Obelisco o Monumento a los Héroes del Dos de Mayo hasta el año 1985 cuando se reinauguro el monumento, es el equivalente en otros países a la tumba del soldado desconocido.

Está ubicado en la Plaza de la Lealtad de Madrid, donde las tropas francesas al mando del general Murat fusilaron a gran número de madrileños tras el levantamiento del 2 de mayo de 1808.

El monumento está compuesto por cuatro cuerpos. Alberga un sarcófago con las cenizas de los fusilados en dicho lugar  con un medallón en bajo relieve que representa los bustos de los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, artífices de la sublevación contra los franceses en el cuartel de artillería de Monteleón. Donde finalmente el 1 de mayo de 1840 fueron definitivamente inhumados los dos capitanes.

Cuenta con cuatro  estatuas representando la Constancia, el Valor, la Virtud y el Patriotismo. Estas estatuas fueron modeladas por Esteban de Agreda en 1823 pero de su ejecución se encargaron José Tomás (El Valor), Francisco Elías Vallejo (La Constancia), Francisco Pérez del Valle (El Patriotismo) y Sabino Medina (La Virtud). Remata el monumento  un obelisco de 56 metros de altura. También contiene una urna que contiene las cenizas de los madrileños fusilados en estas jornadas.

Comenzó su construcción el 21 de abril de 1821 por el arquitecto Isidro González Velázquez pero se detuvo su construcción con la vuelta del absolutismo a España, ya que la idea del monumento partió de las Cortes liberales de 1822 y no se retoman las obras hasta 1836 y es inaugurado el 2 de mayo de 1840.

Fue restaurado y reformado en 1985 por Joaquín Roldán, siéndole dado una forma de altar e instalándose una llama de gas que arde permanentemente en memoria de los caídos y reinaugurado en el mismo año por el rey Juan Carlos I.

Como anécdota debemos mencionar, que a principios de los años 90 del siglo XX se corto el suministro de gas de la llama que arde en el monumento, por falta de pago del Ministerio de defensa.

Heroínas del dos de mayo.

En el contexto de las celebraciones del 2 de mayo de 1814 no se sabía prácticamente nada de quienes habían sido los fallecidos en los enfrentamientos con el ejército francés. La mayoría permanecían anónimos, únicamente había dos héroes conocidos Daoíz y Velarde.  Pero el problema es que eran militares y eran necesarios héroes del pueblo y que mejor que coger a dos mujeres que lo representen. Y es cuando aparecen falsas leyendas sobre las víctimas del levantamiento del 2 de mayo.

Manuela Malasaña

El capitán Goicochea, uno de los supervivientes del Parque de Artillería de Monteleón había citado en sus declaraciones una niña que había llevado munición a su padre el 2 de mayo de 1808 y que murió de un balazo durante la batalla. Años después en 1817 don Antonio Garcia Bermejo dijo haber identificado a esa niña. Se trataba de Manuela Malasaña Oñoro de 15 años y de profesión bordadora.

El problema de esta historia es que la niña era huérfana y difícilmente pudo dar munición a su padre y quizá la teoría más probable de su muerte fuera la expuesta por su tía, Marcela Oñoro, cuando hizo la solicitud de pensión: la fusilaron junto al Parque por haberla encontrado unas tijeras, propias de su oficio.

Madrid dedicó a su memoria un barrio, el barrio de Malasaña y una calle.

Clara del Rey

La leyenda cuenta que convenció a su marido e hijos para pelear en el Parque de Artillería de Monteleón, donde murió después de contribuir a organizar la defensa. Pero lo cierto según reconoció su hijo Juan, es que la pobre mujer  murió por el impacto de un cascote de metralla perdido que le impacto en la cabeza cuando estaba esperando en la puerta de su casa a varios familiares que si pelearon en Monteleón.

En la fachada de la iglesia de la Buena Dicha en la calle Silva, 25 tiene Clara del Rey una lápida conmemorativa. Madrid dedicó a su memoria una calle.

No quiero quitar merito a la intervención del pueblo en el levantamiento del 2 de mayo, solo comentar, que a las personas que hoy en día se les reconoce su gesta con el nombre de Manuela Malasaña y Clara del Rey, casi seguro se llamaban de otra forma.

No existe un balance de víctimas preciso pero entre varias fuentes sería algo aproximado a lo siguiente:

409 muertos 39 militares 370 civiles

170 heridos 28 militares 142 civiles.

De estas cifras es fácil comprender qué papel desempeño el pueblo en estos enfrentamientos.