- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
El acceso al yacimiento de la Ermita de los Remedios no tiene pérdida. Se halla a mano izquierda a 2 Km saliendo de Colmenar Viejo (Madrid) tomando la carretera de Guadalix de la Sierra, pasando la FAMET.
Datos de Geolocalización de la Ermita de los Remedios. Latitud. 40º42’11’’ N; Longitud. 3º46’09’’ O; Altitud. 997 m.
El yacimiento de Remedios, que se incluye dentro de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, debe su nombre a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, patrona de Colmenar Viejo, y lugar de culto tradicional y simbólico para los colmenareños.
La necrópolis de inhumación de época visigoda, fechada entre los siglos VI y VII d.C., se descubrió en 1969 a consecuencia de los trabajos de reforma efectuados en la ermita. Es posible que se trate de la necrópolis asociada a dos núcleos rurales cercanos, que permanecen sin excavar: Navalmojón, al norte y Los Villares, al sur. Las inhumaciones se relacionan con un edificio o santuario de culto, que ocuparía parte del emplazamiento que ocupa la actual ermita, bajo la cual es visible un enterramiento excavado en roca.
La tipología de las tumbas halladas es muy habitual en este tipo de necrópolis, pues se trata de enterramientos en cistas y también excavados en roca, con humildes ajuares compuestos principalmente por jarritas y anillos. Estos objetos permiten fechar el hallazgo entre los siglos VI y VII d.C. El grupo que habitó el área de los Remedios es una población cristiana de características rurales. La religión cristiana estaba plenamente asentada en la zona en esa época, como demuestra la existencia relativamente temprana de los obispados de Segovia y Complutum, documentado éste desde el año 400. Pero es innegable el carácter sagrado del lugar desde fechas muy anteriores.
En cuanto a los rituales cristianos, se han ido superponiendo unos a otros desde época visigoda hasta la actualidad, ya que a partir de finales del siglo XVII, el santuario se convierte en lugar emblemático al adquirir protagonismo la advocación a Nuestra Señora de los Remedios, convertida en titular de la ermita y patrona de Colmenar Viejo.
Las últimas intervenciones arqueológicas en los alrededores de la ermita han sacado a la luz materiales cerámicos y líticos de época prehistórica, entre los que destacan un vaso campaniforme del Calcolítico o Edad del Cobre, que data de unos 2000 años a.C. Pero el hallazgo más significativo, sin lugar a dudas, es la necrópolis visigoda asociada al templo que se levantó en el lugar en el que se edificó la actual ermita. Se han descubierto un número máximo de 11 individuos inhumados: dos jóvenes (de hasta 19 años) y el resto adultos (19-34 años). Se han podido detectar 3 individuos de sexo masculino y uno femenino, siendo imposible distinguir el sexo de los restantes. La acidez del terreno y las plantaciones vegetales posteriores han dificultado el estudio de los cadáveres. Las patologías que sufrieron en vida son bastante habituales: artrosis, traumatismos, fracturas, defectos dentales tipo caries y otros síntomas asociados a una alimentación deficitaria en nutrientes esenciales.
El ritual funerario de la inhumación se generalizó en la Península ya en época romana, durante el siglo III. Los cuerpos se depositaron en los enterramientos de la necrópolis de los Remedios en posición de decúbito supino[1], envueltos en un sudario, aunque en otras ocasiones eran introducidos en un ataúd o en parihuelas. Como era lo normal en los enterramientos cristianos, se orientaron las sepulturas de oeste a este, manteniendo la cabeza hacia occidente, mirando hacia oriente.
Generalmente, en las sepulturas de los Remedios se han encontrado inhumaciones dobles, con la excepción de una de ellas, que contuvo tres individuos, lo que hace sospechar de la existencia de una especie de panteón familiar. Las jarritas halladas en las inhumaciones parecen tener carácter simbólico. El ajuar funerario se completaba con anillos y otros adornos personales.
Las sepulturas visibles dejan pequeños espacios entre ellas, a modo de deambulatorios dentro del recinto funerario. Los enterramientos son de planta trapezoidal, y aprovechan la roca de gneis como base, levantando sus alzados laterales a base de piedra y mampostería irregular. Se cubrían con una, dos o tres losas o lajas horizontales.
[1]Posición anatómica del cuerpo humano que se caracteriza por la posición corporal acostado boca arriba.