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El poblado visigodo de Navalvillar

Los visigodos en Colmenar Viejo

 

El poblado visigodo de Navalvillar es un yacimiento arqueológico visitable de la Comunidad de Madrid, situado en la Dehesa de Navalvillar, en el término municipal de Colmenar Viejo. Los Datos de Geolocalización son: Latitud. 40º41’59’’ N; Longitud. 3º45’21’’ O; Altitud. 972 m.

El poblado es un enclave rural construido preferentemente para acoger ganadería ovina. En la zona excavada pueden observarse diferentes áreas de habitación, almacén y establo para ganado, rodeado por una cerca de piedra. Sus vestigios más antiguos están fechados durante los siglos VI-VII, aunque el lugar fue posiblemente reutilizado en el siglo XIII, en plena Edad Media. 

Poblado Navalvillar Poblado Navalvillar

El almacén se divide en cinco estancias. La más septentrional (que además es la más antigua) es de planta irregular, y se encuentra desconectada de las otras cuatro. Como en época carpetana, los zócalos son de piedra, alzándose sobre ellos un muro de adobe. Junto a uno de sus muros se halló un broche de cinturón de tipo bizantino (siglo VII). Las otras tres estancias, junto al pórtico meridional, se destinaron a almacenar vituallas. La habitación central ha proporcionado un importante hallazgo arqueológico: un dírham, moneda islámica fechada en el año 711, el de la invasión islámica. Este hallazgo señala la temprana ocupación de la región madrileña por los musulmanes, pues atestigua su presencia efectiva en la región durante los años inmediatamente posteriores a la invasión.

También se han encontrado cerámicas de uso cotidiano, restos de pavimento, un mortero y una columna de piedra que pudo sostener parte de la techumbre. En el exterior del muro occidental se ha documentado un horno con escorias de hierro, marcado con gravilla negra.

A poniente se ha documentado un establo para el ganado, con dos estancias contiguas separadas por un muro medianero. Una de ellas estaba cubierta por una techumbre vegetal y la otra con tejas. En la estancia más occidental de este edificio se han hallado restos óseos equinos sobre todo, pero también herramientas e instrumental de hierro: puntas de flecha, herraduras y cuchillos. Y de nuevo en esta zona restos de escorias, tanto dentro del espacio murado como en sus aledaños.

Al este del yacimiento, se ha documentado una zona de viviendas, constituida por seis estancias. Tres de ellas han sido interpretadas por los arqueólogos como viviendas propiamente dichas. En una de ellas se ha conservado un suelo empedrado con evidencias de fuego, considerada por esta razón una cocina. Esta cocina se conectaba con la estancia aledaña mediante un acceso abierto en el muro medianero. La habitación central debió tener un hogar también en posición centrada, con restos de combustión y cenizas.

Al sur de la zona de viviendas se encuentra la zona artesanal, pues se ha atestiguado una estructura semejante a un torno, junto a la cual aparecieron numerosos fragmentos cerámicos, por lo que es bastante probable que la estancia fuese un alfar. De las estancias contiguas desconocemos su funcionalidad, debido a la elevada fragmentación del registro arqueológico.

La enumeración de estas diferentes áreas indica la autosuficiencia del enclave. Me gustaría hacer notar que en esta zona los modos de vida no variaron sustancialmente desde la Edad del Hierro hasta aproximadamente los años 50 del siglo XX.

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto e imágenes propiedad de Diego Salvador Extraido de "Itinerarios arqueológicos madrileños", Diego Salvador (Ediciones la Librería, 2017)