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La atalaya de Torrelodones está emplazada sobre un cerro al suroeste de la población del mismo nombre y perfectamente visible desde las curvas que forma en ese punto el trazado de la autovía A-6 en dirección a La Coruña. Está situada dentro de la Urbanización Las Marías. Su característica especial y que la diferencia de las atalayas del valle del Jarama, es la cámara rectangular adosada al cilindro del torreón propiamente dicho. El conjunto muestra un magnífico estado de conservación, asociado a una completa restauración efectuada no hace muchos años, aunque el pretil con voladizo que corona la atalaya no tiene demasiado que ver con el primitivo pretil de época islámica, sino que es una invención de los restauradores, que han dejado el torreón como si de una torreta del Exin Castillos (ese juego de construcciones que los de cierta edad conocimos perfectamente en nuestros años mozos) se tratase, algo inopinadamente falso, desde luego. Pero bonito y molón queda, no cabe duda. Más cierto es que la atalaya de Torrelodones está relacionada con la ruta que unía a través del valle del Guadarrama, la cuenca del Tajo con el puerto del León. Algunos de los puentes que describo más abajo, salvarían el río Guadarrama y formarían parte de la misma vía. El uso principal de la ruta a la que me refiero podría ser el de servir de camino trashumante hacia los pastos a uno y otro lado de la Sierra de Guadarrama. La atalaya del Collado de la Torrecilla es el otro resto de fortificación que forma parte de este minúsculo grupo de dos. Está en estado ruinoso, pues sólo conserva el zócalo macizo y trazas de una cámara rectangular adosada, como la de Torrelodones. No se puede acceder a ella por encontrarse dentro del campo de maniobras de la Academia del Cuerpo de Ingenieros de Hoyo de Manzanares.
Parece que estas dos torres están desvinculadas del sistema defensivo del valle del Jarama. Además entre ellas no se visualizan entre sí, pero la construcción es harto semejante. No debieron formar parte de un entramado militar, como las otras, y parece que su función era proteger pasos de vías secundarias. Se asemejan al grupo del Jarama en su forma cilíndrica y su ubicación sobre afloramiento rocoso natural, que se nivelaba gracias a la denominada zarpa escalonada. Posiblemente también debieron contar con tres pisos al menos, y la técnica de construcción es semejante a las atalayas del Jarama, aunque con distinto material. Caliza generalmente en el caso del valle del Jarama, granito en los ejemplares de la Sierra del Hoyo, que son las materiales que más a mano tenían los constructores.
¿Qué es esa estructura de planta rectangular que ambas atalayas tienen adosadas? Posiblemente fuese una cámara de guardia, que además protegería el acceso a la torre. En ella pudo además almacenarse leña y servir como pequeño establo para animales de pequeño tamaño. No pudo albergar caballerías, a juzgar por la dimensión de la puerta de acceso. Pero también desconocemos si estas estancias adosadas fueron construidas en época islámica o posteriormente. Desde luego, en las del valle del Jarama no hay restos de estos habitáculos y todas poseen un aspecto similar, por lo que esas cámaras bien pudieron ser añadidos posteriores a la caída de la Marca Media en poder de los cristianos a finales del siglo XI.