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Buitrago de Lozoya

Visita guiada a Buitrago de Lozoya y al Frente del Agua en Buitrago de Paredes, donde descubriremos los restos arqueológicos de la Guerra Civil

Buitrago de Lozoya

Aunque hay indicios de un origen anterior fundada por los romanos, Buitrago de Lozoya adquiere importancia en época de dominación árabe.

Y es que las murallas y el castillo de Buitrago de Lozoya fueron un importante enclave musulmán durante los primeros siglos de la ocupación árabe de España. Este lugar tenía un elevado valor estratégico como baluarte defensivo de Toledo contra los castellanos que, a poca distancia, en el Puerto de Somosierra, tenían la entrada natural para sus correrías.

Buitrago es reconquistada por Alfonso VI entre los años 1083 y 1085, y posteriormente concede categoría de villa en el fuero de 1096.

El monarca castellano pretendía repoblar y reforzar una población estratégicamente situada en el paso natural de la Sierra de Guadarrama entre las dos Castillas como expresa textualmente dicho fuero: "para que pasasen los de Burgos y Castilla a Toledo y los de Toledo a Castilla".

De su pasado medieval, Buitrago de Lozoya conserva dos importantes monumentos: la iglesia mudéjar y gótica de Santa María del Castillo y el propio recinto amurallado.

Recinto amurallado

El conjunto que forman la muralla y el alcázar de Buitrago del Lozoya fue declarado Monumento Nacional en 1931. Se trata del recinto amurallado mejor conservado de la Comunidad de Madrid y es la gran joya patrimonial de este término municipal, centro neurálgico del Valle Medio del Lozoya. La localidad con más historia de la Sierra Norte madrileña es además, desde el año 1993, Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. Buitrago fue fundado por los romanos, comenzó a vivir su etapa de mayor esplendor a finales del siglo XI y llegó a convertirse en una importante ciudad comercial durante la Edad Media.

La muralla, que se construyó en distintas fases, comenzó a levantarse durante el periodo musulmán, dentro del proceso de reforzamiento de la frontera que emprendió Ab-al.Rahman III para controlar las rebeliones internas y las incursiones cristianas a través del Sistema Central. Las obras continuaron durante los primeros tiempos de la Reconquista y las restauraciones fueron continuas durante los 400 años posteriores.

Presenta las características propias de las fortalezas musulmanas y cuenta con un perímetro aproximado de 800 metros, tres puertas, numerosos torreones macizos, una parte de la barbacana –que no sobrepasa los cuatro metros de altura y los dos de grosor– y una coracha –apéndice de muralla que se introduce en el río y cuya función era cubrir el acceso al agua en caso de sitio–.

Castillo medieval de la familia Mendoza

Adosado a la muralla, se alza sobre el río formando una auténtica fortificación que tenía fines defensivos en la época de la Reconquista. Tenía planta rectangular, un patio de armas central y varios torreones.

El castillo o alcázar está ligado a la familia Mendoza, de la que pasó a depender la villa en el siglo XIV. La construcción que ha llegado hasta nuestros días data de ese siglo o del siguiente, cuando se convirtió en residencia del Marqués de Santillana y su familia, futuros duques del Infantado. En él residieron la reina Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja, que aspiraba al trono de Castilla-León (sobre el que por cierto versan las visitas teatralizadas). Además ha acogido a reyes invitados por los Mendoza, como Juan II o Felipe III.

Sufrió un deterioro considerable durante los siglos XIX y XX, por lo que apenas queda nada de su interior y el espacio se aprovecha para la organización de diferentes eventos culturales, especialmente durante el verano cuando acoge el Festival Marqués de Santillana de música antigua y música clásica. 

Iglesia Santa María del Castillo

La iglesia comenzó a construirse a principios del siglo XIV, probablemente sobre una antigua mezquita. Fue concluida en el año 1321, si bien fue reestructurada en el siglo XV como evidencian las ventanas y las dos portadas de estilo hispano-flamenco, muy difundido al final de la Edad Media por el área septentrional de la Comunidad de Madrid. El estilo de la nave era originalmente gótico, cubierta con bóveda de crucería de la que hoy aún se pueden apreciar los arranques de los nervios en las fachadas desnudas de su interior. El ábside tiene forma poligonal y es de mejor fábrica que el resto de la nave, puesto que se construyó con sillares de granito bien trabajados, en contraste con el resto de la nave, hecha con sillarejo sin trabajar.

En 1936 ardió todo el conjunto perdiéndose entonces los retablos, cuadros y tallas con que contaba la iglesia. Pero hay que decir que la actual iglesia, especialmente su interior, fue muy reconstruida en 1945 tras los destrozos de la Guerra Civil. El incendio provocó además el desplome de la techumbre gótica, la cual ha sido transformada en neomudéjar tras la restauración realizada en 1982. Hay que destacar aquí que el artesonado que cubre el altar mayor es original del siglo XV, ya que procede del antiguo Hospital de San Salvador. Todas las obras de restauración fueron llevadas a cabo por los alumnos de la Escuela-Taller San Francisco de Asís, en la que se enseñan diversos oficios a chicos y chicas de edades comprendidas entre 13 y 16 años.

Nos interesa especialmente la torre campanario adosada al muro septentrional. Según la fuentes que se consulten la fecha posible de construcción de este bello campanario oscila entre el siglo XIV y el XV y por tanto contemporánea a la iglesia superviviente. En cualquier caso, se demuestra cómo la tradición e inercia románica se perpetúa en tiempos teóricamente ocupados por el gótico.

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