- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
Esta Iglesia también llamada Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús se encuentra situada en unas de las parcelas donde anteriormente estaba la antigua Casa de Vacas de la Montaña del Príncipe Pío. Fue construida como residencia de los religiosos carmelitas siguiendo la corriente del estilo que llamaron ecléctico gótico de finales del siglo XIX con mezcla de estilos modernistas.
El primitivo convento llamado de San Hermenegildo de los Carmelitas Descalzos se mandó construir en el año 1586 por Fray Nicolás de Jesús y María, este edificio se terminó en el 1605, aunque en el siglo XVIII fue demolido.
El templo fue financiado por los reyes Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia por suscripción popular, nombrando como encargado de su trazado al arquitecto Jesús Carrasco Encina, se construyó con hormigón armado, la primera Iglesia en Madrid que utilizaba este tipo de material. Su construcción corrió a cargo de la Nueva Sociedad de Construcciones de San Sebastián.
La primera piedra del templo se colocó el día del centenario de la muerte de Santa Teresa, el 28 de marzo de 1916, aunque no se empezó a construir hasta 1923, siendo inaugurada el 26 de mayo de 1928. El templo pertenece a los Padres Carmelitas Descalzos y consta de Iglesia y Convento.
Este templo de Santa Teresa de Jesús, de estilo neogótico con rasgos modernistas y renacentistas sufrió serios daños durante la quema de conventos del 11 de mayo de 1931. La fachada actual está compuesta de almenas que querían representar una fortaleza basándose en el libro de Las Moradas, escrito por Santa Teresa de Jesús, por eso tiene la apariencia de Castillo Medieval. Tiene unos detalles magníficos en su fachada con un gran cuerpo central flanqueado por dos torreones poligonales.
En el cuerpo central hay tres puertas de entrada al templo, con tres arcos grandes de perfiles quebrados con reja y encima del pórtico hay una escultura de la Virgen del Carmen.
La cúpula que se encuentra situada a 35 metros de altura es de estilo bizantino, y está decorada con azulejos policromados en amarillos, naranjas, rojos y azules, rematada por una corona real. La obra la realizó el ceramista Daniel Zuloaga por encargo de la marquesa de la Floresta, que se encargó también del pago. Es como un mosaico en cerámica esmaltada multicolor. Tiene un tambor compuesto de dieciséis ventanas ojivales que en su momento tenía motivos del “Castillo Interior” de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz la "Subida al Monte Carmelo" desgraciadamente destruidas antes durante el incendio de 1931.
En el interior, destaca la escultura de Santa Teresa, el Retablo y la manera en que entra la luz a través de las vidrieras.
La nave central se encuentra cubierta con una bóveda rebajada de medio cañón, y las naves laterales son adinteladas con casetones. Está sujeto sobre pilastras, con arcos de perfil quebrado, que arrancan de ménsulas aveneradas. Encima hay una galería adintelada rematada con un cuerpo de vidrieras.
El retablo mayor obra de Félix Granda Buila, tiene 19 metros de altura y descansa sobre un revestimiento de mármol. En el carril central, en la parte inferior hay una escultura de San Juan de la Cruz, y en el centro una escultura de Santa Teresa de 4'50 metros con peana todo ello coronado por un calvario. En los laterales del Retablo de madera policromada con relieve hay figuras del Carmelo femenino y esculturas de santos. En el altar hay una mesa sobre un frontal en bronce con los Doce Apóstoles.
Josemaría Escrivá de Balaguer acudía con cierta frecuencia en los años treinta a esta iglesia, llamada popularmente de los Carmelitas de la Plaza de España, para conversar con un fraile carmelita, que murió fusilado durante el conflicto bélico.