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El Edificio de las Cariátides conocido como Banco Español del Río de la Plata ya que fue el precursor y primer propietario del mismo es en la actualidad la sede del Instituto cervantes. La denominación del edificio es debido a la presencia de sus cuatro imponentes clásicas cariátides, columnas en forma de mujer, situadas a ambos lados de la entrada principal del edificio.
El edificio fue proyectado en 1910 por los arquitectos Antonio Palacios Ramilo y Joaquín Otamendi Machimbarrena con una altura de 25 metros, lo que suponía superar en 7 metros la altura permitida por las normativas municipales. Cosa común en los proyectos de Antonio Palacios. Finalmente consiguió de las autoridades municipales la concesión de la licencia de obras para su construcción del proyecto original, que se prolongarían hasta 1918. Se construye sobre el solar de lo que anteriormente fue el Palacio del Marqués de Casa-Irujo.
La revolución arquitectónica que se produce a principios del siglo XX en Madrid con la construcción de la Gran Vía provoca la remodelación de toda esta parte de la Calle Alcalá con varios edificios nuevos construidos entre ellos la sede del Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Comunicaciones las dos obras también son de Antonio Palacios.
Debemos destacar que la arquitectura madrileña se ve influenciada en este periodo de tiempo por el tipo de edificios construidos en ciudades como Boston y Chicago o los que se construyen en Inglaterra.
Este edificio posee como novedad que es el primero de oficinas que se edifica en Madrid.
El edificio está compuesto por columnas gigantes de orden corintio que se anteponen a un gran paño acristalado. A su vez, el chaflán presenta una puerta de acceso flanqueada por dos originales cariátides dando un aire de monumentalidad. La entrada da paso a un espacioso primer piso con un gran patio de operaciones. Consta de nueve plantas, siete sobre rasante y dos bajo nivel de las calles. Cuenta con una superficie total construida de 15.234 metros cuadrados y está formado por dos fincas independientes y colindantes entre sí.
En 1947 debido a la fusión entre el Banco Español del Río de la Plata y el Banco Central, se amplió el edificio hacia la calle del Barquillo. Estas obras fueron realizadas por el arquitecto Manuel Cabanyes. En las reformas se perdió el gran vestíbulo central, y la vista de la vidriera en la cúpula.
El edificio cuenta con el máximo nivel de protección, ya que se encuentra incluido en el Catálogo de edificios protegidos del Plan General vigente con Nivel 1 y Grado singular. Con esta categoría se incluyen aquellos edificios considerados relevantes en la historia del arte y de la arquitectura española o madrileña, o que constituyen un hito dentro de la trama urbana de la ciudad.El Hall Central se diseñó en su momento como un apartado reservado a los empleados, y circulando el público por pasillos perimetrales de tres metros de ancho. Junto a estos pasillos se encontraban situadas las taquillas que hacían las funciones de comunicación de los clientes con los empleados en las operaciones bancarias. Los mostradores se han acabado en mármol verde y apliques de bronce. En la actualidad estas zonas abiertas se han despejado, dando lugar a un espacio dedicado a la realización de exposiciones culturales.