Monasterio de San Saturnino de Tabérnolas

Los orígenes del monasterio son confusos la tradición popular nos dice que en el siglo VI llegaron a este lugar las reliquias de Sant Serni. Lo que provoco la construcción de un monasterio visigótico. Entre los años 776 y  799 el obispo Leidrad de Lyon, nuevo obispo de la Seu d'Urgell, reorganizó el monasterio bajo la regla benedictina.

Durante los siguientes siglos el monasterio fue consolidándose y aumentando su patrimonio. Entre los siglos X y XI se produce el momento de máximo esplendor, hecho que comportó la construcción de un nuevo cenobio, consagrado el año 1040 por los obispos Eriball de Urgell y Arnulf de Ribagorça. Se consagró en honor a la Virgen y de los santos Miguel y Saturnino. En el siglo XI el poder del monasterio era tan grande, que ayudó a los condes de Urgell en la reconquista. A cambio obtuvo varias posesiones en las fronteras del condado y en Castilla, León, Extremadura y Asturias.  Durante ese periodo las posesiones del monasterio se extendían desde el Berguedá hasta Andorra, pasando por el Pallars o la Cerdaña. Unas bulas de Urbano II en el año 1099 y Calixto II en el año 1119 confirmaron unos privilegios de inmunidad y exención que le dejaban bajo dependencia directa de la Santa Sede.

Durante el siglo XIV el  monasterio inició su decadencia, hasta que en 1592 fue suprimido por el Papa Clemente VIII. A partir de ese momento pasó a ser la parroquia de Anserall. El monasterio cayó en el abandono y comenzó su ruina. Poco a poco se fue deteriorando el conjunto y las dependencias se fueron hundiendo. Los capiteles del claustro estuvieron una temporada en el museo Maricel de Sitges, dónde fueron vendidos a compradores norteamericanos.

La iglesia permaneció en estado ruinoso durante dos siglos, hasta que en el año 1971 se inició una discutida restauración.

La iglesia tenía planta basilical con tres naves separadas por pilares en forma de T. De los orígenes solo queda la gran cabecera de la iglesia con el ábside orientado hacia el oeste, es el único caso a todo Cataluña, y responde a la tradición carolingia, este ábside se abre en otros tres más pequeños, símbolo de la Santísima Trinidad.  Es bastante curiosa la disposición absidal, de tres ábsides en cruz dispuestos en torno a un ábside mayor, interiormente, el ábside central todavía tiene otras tres absidiolos vaciadas en el grueso de su muro.

También se conserva el transepto que está rematado por unas grandes absidiolas. Se sabe que constaba de tres naves aunque de estas sólo quedan unos pequeños vestigios de muros con arcos. La nave central estaba cubierta con bóveda de cañón, mientras que las laterales tenían bóveda de cuarto de círculo. Aún puede verse una base redonda del campanario primitivo. Del claustro situado en el sur no queda ningún vestigio, era gemelo del de la Catedral de Santa María de Urgel.

En el Museo Nacional de Arte de Cataluña se conserva el baldaquino más un frontal con los dos laterales de altar del siglo XII, en el que aparecen representados obispos con aureolas y en la catedral de Seo de Urgel varios documentos, entre ellos el cartulario de la abadía.

Fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1931

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Bibliografía, Créditos y menciones