- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
Es uno de los pocos ejemplos conservados de collegium iuvenum, un colegio donde los jóvenes retoños de las familias ricas de las ciudades recibían en un ambiente lúdico y religioso, la instrucción necesaria para el cumplimiento de los cargos curiales. Está ubicada a las afueras de Complutum y conserva restos de dos etapas constructivas: la primera, del siglo I d.C., de la que quedan arranques de muros; y de la importante segunda etapa se conservan los restos del edificio reformado a fines del siglo III d.C.
El colegio se compone de diferentes estancias en las que se desarrollaba la actividad cotidiana de los estudiantes: salas para baños, zonas de reunión, de culto y un jardín.
La sala abovedada
Es una estancia cuyo uso se desconoce, pero es de construcción muy peculiar, pues tiene una cubierta revestida por dentro de tubuli fictile, piezas cerámicas en forma de botella sin fondo (tubulares) ensambladas entre sí para formar una bóveda aislante y ligera. Los arqueólogos han pensado que podría utilizarse como vestuario o apodyterium, sala de lectura o biblioteca o de uso religioso.
El patio central
El patio central cubierto distribuye el resto de las piezas, pero también es la zona fría o frigidarium del complejo termal que incluye el edificio. Tiene dos zonas pavimentadas con mosaico: la oriental alberga el mosaico de tema marino firmada por el maestro Hippolytus, y el área occidental, separada de la oriental por un pórtico, con un mosaico de motivos geométricos de flores con cuatro pétalos, desde donde se accedía a una piscina trilobulada.
La piscina trilobulada fue construida durante la reforma del siglo III d.C. Era una piscina completamente cerrada y cubierta por una cúpula, forrada de mosaico parietal, elaborado con una técnica de gran calidad. Posiblemente el motivo de este mosaico fue algún tipo de paisaje.
El hipocausto
De esta área sólo se conservan los pilares de ladrillo. Estaba formado por caldarium y tepidarium, que, como ya hemos visto en la parte del foro de la Complutum imperial, eran las zonas caliente y templada del complejo termal. Los pilares sostenían un suelo de mosaico, y formaban una zona subterránea hueca por la que circulaba el aire caliente originado en el praefurnium, constituido por dos hornos, desde donde se impulsaba por sendos fuelles, que ayudaba a la distribución de la calefacción por toda el área.
Las letrinas
Letrinas como las existentes en la casa de Hippolytus, grandes y cuidadosamente decoradas, eran relativamente frecuentes en establecimientos y sobre todo en las sedes de los Colegios.
En el perímetro de la estancia estaban los conductos de agua, limpia y de desagüe, los asientos para los usuarios y pilas para el aseo. Estos últimos elementos podían estar construidos con muchos tipos de materiales, probablemente mármol, con cabeceras y brazos ricamente decorados.
El agua limpia entraba desde la canalización principal que discurría por el patio central y circulaba por el lado occidental de la letrina. Por los lados norte y este podía circular también agua limpia, procedente de la misma canalización principal o bien agua reutilizada procedente del desagüe de la piscina cuadrada situada al norte de la letrina. Las conducciones de los lados norte y este tenían como objeto limpiar los residuos de los usuarios. Este sistema anular de aguas desaguaba por la esquina suroccidental.
El jardín oriental
Estaba constituido por un paseo de tierra batida flanqueado por dos filas de exedras semicirculares, bancos corridos para sentarse, construidos en tapial y revestidos de pintura o placas de mármol.
Las exedras tenían la función de teathron: un espacio de reunión necesario en todos los colegios de cierto nivel pues permite la realización de actividades como formación, deliberación, elección de magistrados, cenas comunes, eventos todos ellos necesarios en estas instituciones, por ser uno de los servicios que ofrecen al colegiado, como por ser necesarios para el propio buen funcionamiento del colegio, dirigido por magistrados electos. Sobre las exedras se alzaba un sistema de celosías.
Dentro del jardín hubo árboles y plantas autóctonas, como han demostrado los análisis polínicos: roble y aromáticas, pero también palmeras y jazmines, importadas de tierras lejanas. Debió existir también un avidario (una especie de zoo exclusivamente de aves), a juzgar por los restos encontrados de pelícano.
La recreación del mundo oriental hace de este jardín un hecho bastante excepcional en el mundo romano.
El mosaico de Hippolytus
En el emblema del mosaico de la parte oriental del patio central cubierto se encontró la inscripción: ANNIORUM (hédera) HIPPOLYTUS TESSELLAV [IT]: “De los Annios (la casa, el edificio), Hipolito lo hizo (el mosaico)”.
El mosaico se compone de un extenso campo geométrico, hecho por pintores y musivarios locales, y de un emblema con figuras hecho para ser visto desde la piscina de agua fría. El emblema se encargó a Hipólito, mosaicista de cierto éxito que operaba en el África Proconsular (Túnez). Es un mosaico que sigue los patrones de un género norteafricano típico de los siglos III y IV d.C.: escenas de pesca y marinas, que representaban el aspecto idílico del hombre con la naturaleza, frecuente en la prosa y la poesía latinas. También mostraba la fauna mediterránea, con fines didácticos: murena, pulpo, calamar, dorada, erizo de mar, langosta, gamba, delfín, atúnidos, todos ellos representados con exquisito detalle por el maestro, ante los que los niños pescadores no son más que tema secundario.
La sala de culto a Diana
Es una capilla de culto a la diosa Diana, asociada a la caza, y posiblemente a Hércules, patrono de la juventud. Se ha encontrado un fragmento de un conjunto escultórico de la diosa y restos de la columna que lo sustentaban. La importancia religiosa del complejo está también remarcada por el hecho de que la familia de los Annios, los patronos del collegium, habilitaron su mausoleo enfrente de la casa de Hippolytus para que los colegiados la tuvieran a la vista y recordasen en todo momento quienes eran los benefactores.