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Complutum ciudad romana Alcalá de Henares

El yacimiento arqueológico de Complutum son los restos de una antigua ciudad romana. Fue construida en el siglo I d.C. refornmado en el siglo III d.C.

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Complutum prerromano

La existencia de un gran núcleo habitado entre el páramo y la vega, explica la permanencia de numerosos y diminutos asentamientos en los alrededores del cerro de San Juan del Viso (como por ejemplo, los de los cerros del Ecce Homo y del Salto del Cura). Estos lugares ejercerían la función de granjas agrícolas y ganaderas que abastecerían al principal núcleo alcalaíno, que posiblemente debido a su tamaño necesitaría proveerse en otros núcleos. Seguramente que en la vega del Henares, la que se divisa desde la cumbre del cerro de San Juan del Viso, y los cerretes que la rodean, como los que he mencionado, existieron esas pequeñas granjas de las que hablo. Ante algún ataque, sus habitantes se refugiarían en el Cerro del Viso. Hoy día desde lo alto del Viso observamos la extensión de Alcalá de Henares a sus pies, con las vías de comunicaciones herederas de lo que en su día fue una calzada romana que unía Emerita Augusta (actualmente Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza).

Así pues, todo hace suponer que el primitivo asentamiento prerromano complutense estaba situado en la superficie del cerro de San Juan del Viso, desde donde sus pobladores controlaban el cruce de caminos del Henares inferior, y la vega donde cultivaban sus proveedores. Actualmente no hay restos visibles del primitivo asentamiento carpetano. Es de suponer que debía ocupar parte de la superficie ahora ocupada por un olivar y parte de un trigal.

El cerro posee una plataforma de unas 75 hectáreas, y es una fortaleza natural poco accesible excepto por el sur, que es por donde se accede a través de una carretera que atraviesa la Urbanización Zulema. Por el sur, salía en dirección sureste una vía que comunicaba el valle del Tajo con la costa levantina, dirigiéndose por Segóbriga (Saelices, Cuenca) y Saltigis (Chinchilla de Monte-Aragón, en Albacete) hacia las ciudades costeras de Valentia (Valencia), Ilici (Elche) y Cartago Nova (Cartagena).

También podemos subir al cerro andando desde una pista que bordea la urbanización, que dejamos a la derecha. Una vez en el cerro, nos encontramos en un cerro testigo desde donde divisamos Alcalá entre pinares.

A pesar de la inexistencia de vestigios visibles, el lugar es ideal para instalar un asentamiento que controlase el cruce de caminos entre la vega del Henares y el sur. Algún resto se ha documentado, no solo en San Juan del Viso, si no también en el Salto del Cura: restos cerámicos y numismáticos que denotan cronología carpetana.

En las fuentes no encontramos ninguna referencia a su conquista, por lo que es de suponer, o que no era muy importante para los conquistadores, que lo dudo, pues el lugar es completamente estratégico, o sus habitantes pactaron muy pronto con los romanos para evitar la que les podía caer encima. Prefirieron el mal menor.  Sí que hay alusiones a este asentamiento del Viso: sus habitantes fueron testigos de la retirada de Quinto Sertorio hacia Valentia en el año 75. Así que en esta época, el oppidum complutense contaba con un desarrollo urbano, quizás todavía de corte indígena más que desarrollado. Pero nada conocemos de su estructura interna. La prospección del cerro ha demostrado un amplio vacío topográfico, muy de acorde con el urbanismo castreño: amplias zonas vacías y tendencia a la dispersión humana característica de esta región, aunque sí que conocemos un desarrollo urbano que cuenta con manzanas y calles, como el caso de la Gavia, en Vallecas. En resumen, solamente sabemos de la existencia de un oppidum carpetano por estos pagos debido a los materiales encontrados. Los posibles restos urbanos podrían encontrarse muy arrasados por las tareas agropecuarias que desde muy antiguo se han ejecutado en el Viso.

Complutum republicano: la ciudad bajo el trigo

La arqueóloga alcalaína Sandra Azcárraga y un grupo de investigadores del MAR ha descubierto a partir de fotografías por satélite realizada por el Instituto Geográfico Nacional que en lo alto del Cerro del Viso se dibujaban extrañas siluetas gracias al crecimiento del cereal, que crece mucho menos en el suelo con restos de edificios. La existencia de estructuras urbanas enterradas bajo un extenso trigal que ocupa gran parte de la superficie del cerro, hace suponer a sus descubridores que  corresponden a la primera Complutum romana, la de época republicana. Calculan su extensión en 30 ha: 1 km de largo por 300 m de ancho. Una ciudad de tamaño respetable.

Posiblemente, en un principio, sobre el primitivo núcleo carpetano, se superpondrían algunas edificaciones de estilo romano. Según Plinio, esta ciudad sería estipendiaria, vamos, que pagaba tributo a los conquistadores. Ni siquiera con el paulatino abandono posterior del cerro para ocupar la Complutum del valle, San Juan del Viso quedó completamente abandonado, pues debió permanecer una población residual incluso hasta época visigoda.

Con el descubrimiento de una segunda Complutum (o mejor, la primera Complutum), el Corredor del Henares ya tiene dos ciudades romanas: la Complutum del valle sobre la que se asienta parte de la actual ciudad alcalaína y la del cerro de San Juan del Viso, perteneciente al término municipal de Villalbilla. Y una es heredera directa de la otra, puesto que la de Alcalá de Henares, en la vega del Henares, se construyó durante la época del Imperio Romano y fue trasladada de la ciudad del Viso (siglo I a.C.) piedra a piedra.

Posiblemente, como ya he dicho antes, viviendas romanas pudieron intercalarse entre el primitivo oppidum carpetano. Es probable que el origen del asentamiento romano republicano fuese un campamento militar, de la época de Sertorio, o posterior, de tiempos de César. Según el arqueólogo Fernández-Galiano dataría de la época de Augusto, basándose en una intervención arqueológica puntual en el cerro y en los datos obtenidos a raíz de la elaboración de la primera Carta Arqueológica del término municipal de Alcalá de Henares. El poblado carpetano pudo avituallar a los militares vecinos. Con el tiempo, el campamento se fue consolidando en estructuras urbanas de ciudad romana planificada (en damero o plano hipodámico, con calles cortadas en ángulo recto) y con edificios públicos. Se prevé incluso la existencia de un teatro. Incluso se han documentado vestigios de termas como restos del hipocaustum de la zona caliente, de la primera mitad del siglo I d.C. Posteriormente, y bajo los auspicios de buenas perspectivas económicas en el valle, debido al paso de la calzada Mérida-Zaragoza, que contaba en este lugar con una mansión o venta (parada de carros, motel o como queramos llamarla), poco a poco los complutenses de San Juan del Viso se fueron trasladando con sus enseres y reutilizando el material constructivo del cerro en los edificios de la nueva ciudad. Se llevaron la ciudad republicana al valle, casi piedra a piedra. Recordemos que el cerro no se despobló del todo. Y sería la ciudad del valle la que adquirió en época Flavia la condición de municipio. Pero esa es otra historia.

Complutum imperial

Ya hemos visto como muchos de los edificios del cerro son desmontados y reaprovechados en la construcción de la ciudad del valle, que parecía haber comenzado su ascenso a partir de su función de mansión en la calzada que atravesaba la Carpetania desde Emerita a Caesaraugusta. Si bien en la mansión se habían instalado los ciudadanos más avispados de San Juan del Viso, que habían previsto que la apertura de servicios de hospedería en la vía había de reportarles beneficios, ya durante la primera mitad del siglo I d.C., se irían trasladando más personas al valle para atender las crecientes necesidades del nuevo enclave.

La condición de municipio adquirida durante la segunda mitad del siglo I d.C., y en consecuencia un nuevo rango urbano, tenía nuevas responsabilidades y necesidades. Para cubrirlas, se abordó un poderoso desarrollo urbano para dotar a la ciudad de la infraestructura inherente a su nueva posición. Los edificios que albergaron las instituciones del poder municipal, y los dedicados al culto imperial, son buena muestra de ello.

Probablemente la nueva zona urbana fuese recorrida de una punta a otra por la vía Emerita-Caesaraugusta, y habría absorbido a los edificios que formaron parte de la mansión u hospedería. Pero no sólo eso, sino que los hallazgos romanos, arqueológicos y epigráficos, en las inmediaciones de Alcalá de Henares sugieren un intenso hábitat en torno a Complutum, siguiendo el río Henares en dirección suroeste, en forma de explotaciones agrícolas (villae). La elevada concentración demográfica romana en el noreste de la antigua región carpetana es una prueba de que en Complutum, existió una cabeza administrativa, clave para la gestión de la Carpetania.

Una vez conseguida la promoción jurídica en la segunda mitad del siglo I d.C., el siglo siguiente significó la plenitud de los municipios hispanos, impulsándose desde los más altos estratos sociales de la ciudad la vida municipal a todos los niveles. El fuerte crecimiento urbano y la creciente prosperidad de la cosmopolita Complutum supuso el aporte de numerosos inmigrantes de otras partes de la Península, sobre todo de ciudades y aldeas de la Meseta Norte, como sabemos por su onomástica. La vieja hospedería había sido el germen de una abigarrada ciudad comercial y cosmopolita, que atraía constantemente a gentes de ignotos lugares.

Durante el siglo III d.C., el de la crisis en el Imperio, se observa en Complutum un poderoso desarrollo urbanístico, que supuso un cambio en la estructura del foro. Complutum conoció durante el traumático siglo III y el IV un importante desarrollo, y sólo se observan muestras de decadencia municipal durante el siglo V, cuando la población se desplaza progresivamente hacia el barrio suburbano del Campo Laudable, alrededor de la Catedral. Con la invasión musulmana se funda una nueva ciudad, que se expande a los cerros vecinos. La cantera para la nueva urbe alcalaína serán los materiales de la vieja urbe romana del valle.

Vamos a ver los principales edificios excavados en la Complutum imperial, parte de la cual está debajo de edificios que se construyeron en el gran desarrollo urbano de los años setenta del siglo XX.

Entre los restos que se pueden visitar de la gran Complutum imperial, que tiene cerca de 50 ha, y varias zonas suburbanas, como hemos comentado anteriormente, se encuentra el barrio conocido como Regio II. Es una muestra de la trama urbana hipodámica. También podemos contemplar el foro, el espacio público principal de la ciudad, donde se concentraban los principales edificios públicos.

Casa de Marte

Es una vivienda familiar con atrio central. El atrio es un patio sin columnas y con impluvium central para recoger el agua de lluvia. Alrededor del atrio se construyeron las diversas estancias que constituían el espacio doméstico: dormitorios (cubiculum), cocina (culina), comedor (triclinium) y despacho del dueño de la casa (tablinum)

Otro elemento que podemos observar en la manzana donde se ubica la Casa de Marte es el pórtico, espacio cubierto situado delante de la mayoría de las edificaciones.La ciudad de Complutum contó con una red general de alcantarillado, compuesta de cloacas principales y secundarias, que corrían entre la red octogonal del entramado urbano. En la casa de Marte podemos observar una conducción techada con tejas de cerámica que canaliza las aguas del impluvium de la vivienda y las vierte hacia una cloaca que está a la vista.

Es una vivienda familiar con atrio excéntrico situado al oeste de la vivienda. Es una casa anexa a la de Marte. Es un atrio de tipo toscano, sin columnas, con el impluvium en el centro y su cisterna debajo para recoger el agua de lluvia. El suelo del atrio es de espigas (opus spicatum). Desde el atrio se accedía al resto de estancias: triclinium o comedor, cubicula o dormitorios, culina o cocina y despensa.Casa del Atrio

El Foro

Es la zona monumental de las ciudades romanas. En Complutum está ubicado aproximadamente en el centro de la ciudad, y era el centro neurálgico de la vida urbana. Es una plaza rodeada de edificios de índole administrativa, judicial, comercial y religiosa.

El este del foro de Complutum se encuentra debajo de los modernos edificios de la calle Gonzalo Gil.

En el foro distinguimos dos etapas constructivas: la más antigua data de mediados del siglo I d.C., y la segunda de la segunda mitad del siglo III d.C., que se desarrolló sobre el anterior foro.

El primer foro es de época del emperador Claudio (años 50/60 d.C.) y contiene una basílica civil, las termas norte, y a continuación, el cuadripórtico, que, todavía en proceso de excavación, además es un edifico contiguo al auguraculum. Es un espacio de cuatro lados con acceso porticado al norte. Se construyó en el 50 d.C., y en una fase posterior, acabó convirtiéndose en templo, hacia 340-380 d.C. Al sur del primer foro, se construyó una zona comercial, con un pórtico que albergaba tiendas-talleres u officinae, que en el extremo occidental finalizaban en el mercado (macellum). Al norte del foro existía un 2º pórtico y un edificio sin excavar.

En el último tercio del siglo III d.C. se acometió una importante reforma, para ganar espacio y monumentalidad para las tareas de gobierno, judiciales y administrativas. Al oeste, la basílica aumenta de tamaño a expensas de las termas norte, que desaparecen para dejar paso a la curia, no obstante, manteniendo la estructura del hipocaustum bajo el suelo, para mantener caldeada la estancia en invierno. La reforma del pórtico comercial va a consistir en nuevo solado, el edificio del mercado se derriba para construir una plaza, que sigue manteniendo la función de mercado, pero con quioscos de madera. Junto a la plaza se levantan las Termas Sur, que sustituyen a las extintas Termas Norte.

Auguraculum

Es un edificio público que todavía se está acondicionando en el momento en que escribo estas líneas (octubre de 2012). En él, los sacerdotes augures y otros especialistas en adivinación se dedicaban a sus menesteres de conocer la voluntad de los dioses, básicos en el devenir de la vida cotidiana de los habitantes de Complutum y de la vida pública. Nada se hacía sin consultarlos. En este recinto se han localizado dos pozos de ofrendas y seis pequeños depósitos de sacrificio con restos de animales, mayoritariamente gallináceas. Otro de los depósitos contiene una inhumación infantil y restos de instrumentos de medida (peso), y una estatuilla de Mercurio, mensajero de los dioses, dios del comercio, los navegantes y los ladrones y guía de las almas de los muertos hacia el más allá.

El auguraculum es una obra de cimientos de cantos, zócalo de mampostería y alzado de ladrillos, que contuvieron una pintura mural. Esta pintura representaba la cabeza de una “Tyche”, una figura femenina con corona. Era la divinidad de la ciudad. Se está trabajando en devolver los restos derrumbados a su posición vertical, mediante la técnica arqueológica de la “anastilosis”.

Termas Norte, Curia y Criptopórtico

Construido junto a la basílica en la época de Claudio (años 50/60 d.C.), las Termas Norte se usaron primero como baños públicos. A fines del siglo III d.C., durante la gran reforma del foro, se transformó en una Curia, espacio donde se reunía el senado municipal.

Del caldarium de este conjunto termal primitivo se conserva la infraestructura de la calefacción. En grandes hornos en la zona del praefurnium se encendían grandes hogueras. Con fuelles se empujaba el calor, que circulaba por los tiros y acababa entrando en una cámara de pilas de ladrillo, que sostenían el suelo que pisaban los usuarios de los baños. El suelo estaba constituido por ladrillos de grandes dimensiones y un pavimento continuo, el opus signinum.

El criptopórtico es un espacio subterráneo sobre los que descansan otros elementos que pueden levantar una o dos plantas más, sobre todo en los foros. El criptopórtico de Complutum (siglo III d.C.) se construyó con opus caementicum en las paredes y bóvedas y el suelo, de rombos cerámicos. Servía de entrada monumental a la Curia.

Aunque los arqueólogos no se ponen de acuerdo sobre su función, pudo ser un tabularium, esto es, un archivo municipal donde se guardaban las leyes promulgadas por la Curia y documentos principales de la ciudad. Se accedía desde el exterior, por su lado sur, y desde el foro a través de la Curia. Es una galería subterránea, construida con gruesos muros y pavimentada con ladrillos romboidales. En la parte superior se levantaba otro piso que se abría a la calle. Por el oeste soportaba la fachada monumental.

Basílica

Construida en época del emperador Claudio y e intensamente rehabilitada en el último cuarto del siglo III d.C., que son los restos visibles. Era un edificio cubierto, con una nave central rodeada por un pasillo, del que la separaba una fila de columnas. El suelo era un opus signinum, compuesto de cal, arena, piedra y ladrillo triturados, que ofrecía un aspecto pulido en su momento de uso. Las paredes se revestían de revoco o revoque blanco (revestimiento exterior de mortero de agua, arena y cal o cemento, que se aplica, en una o más capas, a un paramento enfoscado previamente) y decoradas con mármoles. En las basílicas se cerraban acuerdos comerciales y se administraba justicia. La planta de este edificio fue la que utilizaron como modelo los primeros cristianos para la construcción de iglesias (planta basilical).

Termas Sur

Como ya hemos dicho en otro sitio, las Termas Sur fueron construidas durante la remodelación del espacio forense a fines del siglo III d.C. para sustituir a las antiguas termas Norte, cuando éstas se reconvirtieron en Curia.

Las Termas  Sur es un edificio más pequeño que su antecesor, debido a problemas de espacio para encajarlas en el nuevo Foro. Así que se ubicaron en el único espacio posible del entorno del Foro: contiguas a la trasera de la Basílica y cortando el Decumano IV, que anteriormente había sido una calle contínua.

La arquitectura de las nuevas termas son de tipo lineal, con una sucesión de ambientes que siguen un eje lineal. Al Norte, un pequeño vestuario o apodyterium y un frigidarium con piscina de agua fría incluida. Al sur, el tepidarium (zona templada) y más al sur todavía se situaba el caldarium, la estancia más cálida del edificio termal. De estas dos últimas estancias sólo se conserva la infaestructura para el sistema de calefacción y sobre las pilas de ladrillo se acomodaba el suelo que pisaban los clientes. Tras el caldarium, se situaba el praefurnium (el horno, vaya), desde donde se hacía funcionar el sistema termal, con hoguera y fuelles incluidos.

El Mercado (Macellum)

Los restos del mercado de Complutum corresponden a dos etapas diferentes: el construido en los años 50/60 d.C., que fue un edificio con patio central de planta rectangular. El patio tiene acceso directo desde la calle, en este caso el Decumano IV, y rodeándole por tres lados, diferentes establecimientos. En esta época, el mercado parece ser que pertenecía a los dueños de la casa de los Grifos, que linda con el mercado en su cara oeste. En la reforma del siglo III, se derribó el primer mercado, y se sustituyó por una plaza, con suelo de ladrillos. Los establecimientos de los tenderos pasaron a ser quioscos de madera removibles. Fue un mercado de carne y productos básicos (macellum).

La casa de Leda

Durante el desbocado crecimiento urbanístico de Alcalá en los años 70, se destruyó gran parte de la llamada Casa de Leda, una domus o casa familiar uno de cuyos suelos tiene un famoso mosaico con un emblema central que representa los amores de Leda y Júpiter. La vivienda estaba rodeada por sus cuatro lados por pórticos que se abrían a calles empedradas. Sería posiblemente una casa de atrio similar a la casa de Marte.

El mosaico de Leda, que pavimenta una estancia de 5x6 metros nos muestra en su emblema central a una joven que sujeta con su brazo derecho un manto sobre el pecho para evitar que un lujurioso Júpiter, transformado para la ocasión en un cisne, se lo arrebate de su pico. Un texto con la inscripción “Advlterium Leda Iovis” completa el cuadro. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Regional.

La casa de los Grifos

Es una gran casa privada construida hacia los años 50/60 d.C. Es una domus del tipo de peristilo, en la que un jardín central rodeado por un pasillo porticado, articula las diferentes estancias de la enorme vivienda. La casa conserva la mayor parte de sus pinturas, ya que se derrumbaron sus paredes debido a un incendio fortuito, lo que contribuyó a su mejor conservación. Se ha construido una cubierta para proteger los restos de la vivienda.

Se han encontrado gran cantidad de pinturas murales: grifos bien conservados, las del despacho del dueño de la casa, pinturas de estilo pompeyano, que representan una arquitectura figurada con dos columnas jónicas sobre un zócalo que imita placas de mármol, en cuyo centro destaca un plinto amarillo con una flor. Otros restos pictóricos incluyen paneles con fondos blancos y líneas de encuadramiento, bandas de separación con salpicones de color rojo y estancias más decoradas con repertorios ornamentales vegetales o de candelabros, cráteras, fuentes, clípeos, sítulas y cornucopias.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Diego Salvador Conejo

Geolocalización:

© Colaboradores de OpenStreetMap
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Comentarios sobre 

16:43 26/11/2012

Parece mentira las cosas maravillosas que tenemos tan cerca y sin saberlo!!

MARIS