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Situado sobre una colina junto al actual pueblo de Ribelles, en el municipio de Vilanova de l'Aguda (en la Noguera), ante el valle del Llobregós.
La situación privilegiada del castillo en lo alto de la colina, las murallas que lo rodean, el foso que las defiende y la altura de la torre del homenaje son buena muestra de su importancia estratégica.
El castillo Junto con la iglesia y el cementerio, forman un curioso conjunto. En el cementerio se encuentra una capilla y un gran panteón para sus varones.
Según la tradición de las llamadas "Baronías de la Fama", su origen se remonta al siglo VIII, aunque documentalmente solo puede probarse que existía ya a finales del siglo X.
El castillo de Ribelles, de probable origen islámico (algunos precisan que hacia la mitad del siglo XI la frontera sarracena discurría por Montsec, la comarca de Meiá y los castillos de Puentes, Sanaüja, la Aguda, Ribelles y Solsona), una de las primeras menciones documentales de la frontera esta datada entre los años 1042 y 1075 en una sentencia por los limites de los términos entre los castillos de Guissona y Ribelles. En el año 1067 se encuentra una mención a castro Ribelles.
Los varones de Ribelles se encuentran ampliamente documentados a partir del siglo XI y tienen un papel relevante en la política de conquista y repoblación de los condes de Urgell. Los primeros miembros del linaje son Adalet de Ribelles y su hijo Ramón y Gombau de Ribelles constan como poseedores del castillo y de las tierras. En el siglo XIII algunos miembros del linaje Ribelles sirvieron a Jaume I en la conquista de Valencia donde se origina otra rama. Al principio del siglo XV, una rama se estableció en Cerdeña. En este momento, la gran familia Ribelles, que señoreaba en diferentes castillos de Urgell, como el de Solsonés, la Segarra y la Conca de Tremp, se desvincula de la baronía y desde 1418 fueron varones los Puentes, el primero fue Gispert de Pons señor de Tárrega. En 1671 pasa a los marqueses de Tamarit los que la venden a la familia Duran, estos en 1871 a José de Bofarull y Rafart a quien fue reconocida como titulo del reino en 1872 por el rey Amadeo I. Después, la baronía pasó a Llabrés, residentes en Palma de Mallorca, que hicieron restaurar el castillo. Aunque durante los siglos XV y XVI se realizaron un gran número de obras de ampliación, el paso de fortaleza medieval a palacio neogótico es obra de los Bofarull a principios del siglo XIX. De esta época son el jardín, las ventanas, molduras y el perímetro amurallado con las torres redondas, las almenas y el foso, del que aún se conservan algunos tramos. El recinto de la fortaleza se construyó adaptado a las rocas inmensas del terreno que han pasado a formar parte de la construcción.
Según la leyenda, el año 734 entró en Cataluña el caballero Otger Gotland, "El Catalon", con los nueve Barones de la Fama. Estos Nueve Varones de la Fama, también conocidos como Los Nueve Caballeros de la Tierra, eran los más esforzados barones de Cataluña, que mantenían el anhelo de reconquistar los territorios ocupados entonces por los sarracenos. Estos Nueve caballeros eran los señores de: Ribelles (Gisbert de Ribelles), Cervelló, Erill. Montcada, Cervera, Pinós, Anglesona, Alemany y Mataplana. Otger Cataló, el padre de la patria, los conjuró a luchar hasta la muerte por la tierra que los había visto nacer hasta liberarla del poder de la "media luna" sarracena, que les había impuesto una cultura diferente de la que era su fe originaria. Los nueve caballeros unieron sus espadas, jurando ante el altar de la virgen negra de Montgrony cumplir su palabra con lealtad. Parece que hacia la mitad del siglo XI la frontera sarracena discurría ya por el Montsec, la comarca de Meià y los castillos de Ponts, Sanaüja, la Agulla y Ribelles.
El cerro sobre el que se asienta el castillo forma dos alturas: la mas occidental está ocupada por el castillo y el pueblo, la segunda por la antiquísima ermita de Sant Miquel.
El conjunto lo forman un conjunto amurallado sobre la colina, que albergan dos cuerpos de murallas bien conservadas: en el primero, la muralla rodea el castillo, el patio de armas y el jardín. El edificio del castillo propiamente dicho está formado por cuatro cuerpos mayores: la torre del homenaje, el castillo viejo, la iglesia románica y el llamado castillo nuevo. En el segundo recinto se halla el pequeño cementerio y una capilla. Toda la construcción descansa sobre grandes rocas que sobresalen del cerro.
El edificio del castillo tiene una planta de 1100 m, más el patio de armas en la entrada y el jardín posterior.
El conjunto muestra claramente varias fases del proceso constructivo. A la primera fase en el siglo X corresponde la torre del homenaje de planta cuadrada de 72 m2, la torre fue transformada en campanario, del que cuelgan dos campanas, durante la Guerras Carlistas con el propósito de salvarla, ya que los edificios militares eran sistemáticamente destruidos en esta época. Posteriormente, según una escritura del año 1010, al pie de torre se construyó la capilla, de un depurado estilo románico.
Iglesia de Santa María de Ribelles
La iglesia se encuentra dentro del recinto del castillo. Las primeras noticias que tenemos de la misma datan del año1141 en que el obispo Pere de Urgell concedió a Santa María la Sede eclesiástica de Ribellas. Su historia está estrechamente ligada al castillo.
Está incluida en las construcciones del castillo. Se trata de una edificación de una sola nave, cubierta actualmente con bóvedas de cuatro puntos, aunque originalmente era de bóveda de cañón. Encabeza la nave un ábside semicircular abierto mediante un estrecho arco presbiteral. La puerta se abre a la fachada de poniente.
El elemento más llamativo es la fachada del ábside donde se desarrolla una decoración de tipo lombardo formada por series de dos arcos entre lesenas cortas que arrancan de un zócalo alto. La iglesia es una obra del siglo XI plenamente integrada en la arquitectura lombarda.
Conserva vestigios de la pintura del Pantocrátor en el interior del ábside, que han sido recientemente restaurados. En el siglo XVII se abrieron dos pequeñas capillas góticas laterales desde las que se accedía directamente al castillo y en el siglo XVIII se añadieron una nueva nave lateral y la sacristía.
La iglesia durante la Guerra Civil Española fue saqueada al igual que el castillo.
Actualmente el castillo se encuentra parcialmente en ruinas.
D. Pedro Llabrés de Bofarull, Barón de Ribelles entre los años 1967 y 2007, ha llevado a cabo importantes y continuas obras de restauración y de consolidación del conjunto, en algunos casos con ayudas parciales del Gobierno de la Generalitat de Catalunya y la Diputación de Lleida.
Conforme a la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español está declarado Bien de Interés Cultural y la Generalitat de Catalunya lo declaró Bien Cultural de Interés Nacional el año 1983.
