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Cerco Amurallado de Artajona

Cerco Amurallado de Artajona fue construido por los canónigos de San Saturnino de Toulouse en el siglo XI cuando Pedro de Roda, obispo de Pamplona, les donó Artajona

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El recinto amurallado medieval de Artajona, construido por los canónigos de San Saturnino de Toulouse en el siglo XI, cuando Pedro de Roda, obispo de Pamplona, les donó Artajona. La primera referencia al recinto data de 1109 y la planta y disposición actual del cerco es del siglo XIII.  Es el recinto más importante y mejor conservado del antiguo reino de Navarra.

Tiene  un trazado irregular en forma de riñón debido a la orografía del terreno. Tiene unos 700 metros de perímetro y constaba de una muralla perimetral con 17 torres intercaladas. Hoy quedan en pie 9 de las torres de planta cuadrada, 2 de los 3 portales primitivos: San Miguel y Remagua y la iglesia-Fortaleza de San Saturnino, del siglo XIII. Ésta última fue parte esencial del conjunto defensivo, como lo evidenciaron sus robustos muros y contrafuertes, el paso de ronda sobre las bóvedas de la nave, el aljibe o pozo de agua, el calabozo y la elevada torre-campanario, del siglo XIV, utilizada como atalaya de vigilancia.

El modelo de torre empleada en el Cerco de Artajona, denominado bestorre, desempeñaba la doble función de actuar como refuerzo de los paramentos de la muralla y como punto de vigilancia y defensa. Las bestorres quedan abiertas hacia el interior del recinto y eran las más aptas para flanquear murallas urbanas. Tenían al menos tres niveles de ocupación: el primero era un almacén de víveres y municiones; un segundo a la altura del paseo de ronda que se empleaba como sala del cuerpo de guardia y; un tercero donde se realizaban las funciones de vigilancia

En un extremo del recinto restan los cimientos de un espectacular donjón de planta circular, de 11 metros de diámetro y de 3 de espesor en el muro, que pudo llegar a tener 30 metros de altura y que fue la primitiva torre del homenaje.

El lugar ha sido, a lo largo de los siglos, anhelado por reyes, señores y clérigos, lo que dio lugar a luchas y asedios que hicieron necesarias varias reconstrucciones de las torres y murallas, especialmente durante el reinado de Carlos II el Malo, en el siglo XIV. Artajona presume de ser el único lugar del mundo dónde las campanas se bandean al revés. La más antigua de las que se conservan data de 1735 y la más grande pesa 1801 kg.

Catalogado como Monumento Histórico-Artístico, el proceso de restauración duró desde el año 2003 hasta el 2009 supuso el colofón a una serie de labores llevadas a cabo desde los años 70 para poner fin al peligro de ruina que presentaba.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y Fotografías propiedad de Juan Andrés Caballero Díez

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