Iglesia de San Millán Segovia

La iglesia dedicada a San Millán es el templo más monumental de la ciudad de Segovia. Se encuentra situado en el arrabal mayor, fuera del recinto medieval, en una amplia plaza donde antes se asentaban moriscos y tejedores. Fue centro de la antigua morería y el sitio más bello de la ciudad, se mantuvo muy bien conservado hasta principios de siglo, que se modificó sin respeto urbano, afortunadamente la Iglesia sobrevivió siendo uno de los mejores templos de la ciudad y del románico en general, declarado Monumento Nacional en Junio de 1931.

Segovia es una de las ciudades con más arte Románico de España y posee el encanto de villa medieval, tan solo superada por la de Zamora.

El templo primitivo se cree que se edificó en el 1080 cuando Raimundo de Borgoña, primer marido de la reina Doña Urraca, repobló la ciudad. Más tarde cuando la reina enviudó se casó con Alfonso I, en 1109. En el año 1111 comenzaron las obras de edificación del nuevo templo de San Millán, que duraron hasta 1126, influyendo en la planta del templo el que el monarca fuese rey consorte de Castilla, ya que es un reflejo de la catedral de Jaca, capital de Aragón, aunque existen diferencias entre ambos.

El templo segoviano es un proyecto de gran envergadura, el más monumental de toda Segovia, se construyó a base de tres naves rematadas a oriente por tres ábsides, conservando la torre del edificio anterior, que está adosada al lado norte del transepto que no sobresale de la planta. Tiene pilares cruciformes y cilíndricos en la segmentación de sus cinco tramos con sus semicolumnas adosadas y arcos en la cabecera del templo. El central es el más alto, ancho y profundo y, sin duda, el más bonito, con arquería ciega de seis arcos sobre parejas de columnas, más dos pares de arcos sobre columnas exentas en los tramos rectos, que recorre la parte inferior de los muros. Los capiteles de las columnas de algunos pilares tienen bastante escultura entre las que se muestran el viaje de los Reyes Magos a Belén, la Virgen con el Niño y la Huida a Egipto.

Más tarde se le añadieron dos galerías porticadas en sus costados meridional y septentrional, que le transfieren elegancia. La talla de sus columnas, como ocurre con la mayoría de las galerías y puertas de los templos de  capitel, están deteriorados, al sufrir la piedra caliza  la erosión a lo largo de los siglos. También le añadieron un cuarto ábside, que hoy hace de sacristía y despacho parroquial, adosado al  lado norte.

El templo es uno de los más grandes alcanzando dimensiones de Catedral, con 50 m de largo y 20 m alto, hasta la cúpula del transepto. Su esquema de portadas, ventanales, columnas, aleros, etc. creó escuela entre las siguientes edificaciones segovianas. De todo el conjunto, la parte más vistosa es la cabecera junto con los pórticos, mediante columnas e impostas y con tres ventanales de medio punto que permiten la iluminación de su interior.

El ábside central dividido en tres calles por dos columnas, tiene una que se abre con un ventanal de dos arquivoltas. A la altura de los cimacios tiene una imposta corrida de rosetas. Los absidiolos laterales son más sencillos y sólo tienen un ventanal de medio punto sin columnas pero con guardapolvos.

De la Iglesia también destaca su altar mayor de estilo románico, está compuesto de un crucificado y alrededor diez arcadas cegadas, y piezas de  imaginería para procesiones, como la de  Nuestra Señora de la Soledad al pie de la Cruz y del Santísimo Cristo en su última Palabra,  para la semana Santa segoviana, estas han sido donadas por el escultor Aniceto Marinas, de su cofradía homónima, con sede canónica en el templo.

La puerta norte es como la de las grandes iglesias segovianas, de cinco arquivoltas con rica decoración. Esta  fachada tiene arcos de medio punto enlazados con contrafuertes, al estilo de la catedral de Santiago de Compostela. La fachada meridional tiene una puerta con estructura parecida, con un tímpano esculpido bastante deteriorado. En los pies de la iglesia, junto al muro meridional hay una pila bautismal con gallones en su copa y debido a ellos se puede confundir con una de estilo románico,  aunque sea de estilo gótico.