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El monasterio de Sant Pere de Casserres está situado en el término municipal de Masías de Roda en la comarca de Osona dentro de la provincia de Barcelona. Está ubicado en la parte interior de un meandro del rio Ter, actualmente forma una península rodeado por las aguas del pantano de Sau.
En el año 1005, la condesa Ermetruit, viuda del conde Guadall II desde el año 980, tomó la decisión de fundar un monasterio en la ya existente capilla del castillo de Casserres, dedicada a San Pedro.
A pesar del documento del año 1005, hasta el año 1010 no se encuentra mencionado un primer abad de la casa: Eicfred. En los años siguientes la abadía se convirtió en un lugar de cierta importancia, tal como lo demuestra la documentación existente. Del mismo modo el lugar fue beneficiario de otras donaciones, especialmente de la vizcondesa Engúncia, nuera de la fundadora.
Cuando se fundó el monasterio, la antigua iglesia dedicada a Sant Pere se encontraba en mal estado de conservación y la casa vizcondal comenzó la construcción de un nuevo edificio, la obra se prolongó en el tiempo y que se debió consagrar en el año 1053.
El vizcondado de Osona, conocido como Cardona, había trasladado su sede a este último lugar, fue receptivo a la reforma cluniacense y en el año 1079 Ramón Folc I de Cardona hizo donación del monasterio a Cluny. Esta abadía de la Borgoña reunió un importante conjunto de posesiones alrededor de Sant Pere de Casserres, bienes que se extendían en un amplio espacio geográfico.
Tenía entonces un prior, diez o doce monjes, cuatro o cinco sacerdotes beneficiados y diversos sirvientes y donados. Lo protegían y se hacían enterrar aquí muchas casas nobles de la región, como los Savassona, los Tavertet, los castellanos de Cabrera.
En el siglo XIV comenzó su decadencia por las dificultades económicas, la peste negra y el establecimiento de un régimen comendatario (1376). En el siglo XV sufrió los efectos de la situación política del país, además sufrió varios terremotos entre los años 1425 y 1448. El priorato de Casserres se mantuvo durante el siglo XVI, aunque muy posiblemente ya no tenía comunidad.
En 1573 los jesuitas de Betlem de Barcelona se hicieron cargo del monasterio y de sus posesiones, propiedad que mantuvieron hasta el 1767, cuando pasó a la corona y fue vendido a particulares (1773). Durante el siglo XX se valoró la importancia histórica del lugar.
El monasterio de Sant Pere de Casserres fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1931.
Se trata de un antiguo monasterio benedictino compuesto por la iglesia dedicada a san Pedro, un claustro y varias dependencias monacales.
La iglesia de Sant Pere de estilo románico, tiene planta cuadrangular y es un poco más ancha que larga. Consta de tres naves separadas por dos pilares cruciformes que soportan los arcos torales. Las naves están cubiertas por bóveda de cañón y acabadas en ábsides semicirculares con cubierta de cuarto de esfera. El interior de los ábsides estaba cubierto con pinturas murales de las que casi no queda nada actualmente. En el exterior están decorados al estilo lombardo, con friso de arcuaciones ciegas y lesenas. El ábside central en lugar de arcuaciones, tiene ventanas y un friso de dientes de sierra. Tiene un campanario de torre de planta cuadrada y compuesto de dos pisos, en el más alto tiene dos ventanas de arco de medio punto en cada uno de sus lados. Esta cubierto por tejado a cuatro vertientes.
El claustro es de plana rectangular y está formado por cuatro galerías, la norte y la oeste están formadas por arcos de medio punto que descansan en columnas simples con capiteles decorados con motivos vegetales y geométricos poco elaborados. Estos son replicas de los originales que están actualmente en el Museo Episcopal de Vic.
Las columnas descansan sobre una plataforma que sobresale a poca altura sobre el suelo del patio. Otra excepción son las columnas simples de los ángulos, cuando lo más común es que se encuentres pilares o gavillas de fustes.
Las galerías este y sur están compuestos por pilares cuadrados y arquitrabe. Estos dos modelos diferentes de galerías es consecuencia de que la construcción del claustro fue hecha en dos fases históricas diferentes, uno es de la fase de su construcción original y otra tuvo lugar después del terremoto de 1428.
A lo largo de la galería este, la más antigua, se encuentran las siguientes dependencias:
- Escritorio-biblioteca, que tiene dos pisos; en el de arriba hay restos de pinturas.
-Sala capitular de dimensiones reducidas.
-Dormitorio abovedado y con dos puertas, una al este y otra al sur que comunicaba con las letrinas (hoy desaparecidas). Estas puertas son adinteladas y con tímpano liso.
El muro norte del claustro está pegado a la nave sur de la iglesia. En la reconstrucción se ubicaron allí dos arcosolios funerarios. La galería sur acoge el refectorio cubierto con y la cocina. En la galería oeste está la cilla (despensa o bodega) y sobre ésta, en el segundo piso, la celda privada del abad. Se accedía a la cilla por un vestíbulo especial abierto en la base de la torre campanario.
Existió una hospedería que no estuvo anexa a la distribución del claustro sino que se encuentra distante, en un edificio exento, un poco al norte de la iglesia. Comprende dos plantas y sus muros son de mampostería.
Leyenda
Cuenta la leyenda que tres días después del nacimiento de un niño, éste habló para profetizar que moriría a los 30 días, e indicó que su cuerpo fuera puesto sobre una mula y que allí donde se detuviese, se debía levantar un monasterio dedicado a San Pedro. Se identifica a este niño como un miembro de la familia vizconde. El cuerpo del Niño Santo fue objeto de mucha devoción en el monasterio durante años, pese a la oposición de las autoridades eclesiásticas. También se cuenta que en época de sequias se sacaba en procesión las reliquias del niño hasta el rio Ter e incluso sumergían los restos en sus aguas. En 1966, la “reliquia” fue robada, recuperándose en 1988.
