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Necrópolis del Pla dels Albats

Necrópolis del Pla dels Albats debe su nombre a las numerosas tumbas de niños y recién nacidos que en catalán significa bebés muertos antes de recibir los Sacramentos

Originalmente se encontraba en el barrio medieval extramuros entre los siglos X y XII ya que la ciudad medieval se extendió más allá del recinto amurallado. El barrio extramuros ocupaba los dos montículos frente a las murallas separados por el fondo de Les Feixes. Las casas parcialmente excavadas en la roca son el principal testigo directo de la ocupación de la zona extramuros. La carencia de excavaciones no permite determinar la distribución espacial de las casas, aunque resulta evidente la adaptación del tramado urbano a la orografía.  El nombre de la necrópolis se debe a las numerosas tumbas de pequeño tamaño correspondientes a niños y recién nacidos encontradas y que en catalán (albats) significa bebés muertos antes de recibir los Sacramentos o tener uso de razón.

En la actualidad están documentadas más de un centenar de tumbas antropomorfas en el exterior del recinto. Las sepulturas, como las del interior, están excavadas en la roca, son de planta rectangular con la cabeza diferenciada del resto del cuerpo y más estrechas en la parte de los pies. La mayoría presentan un encaje en la misma roca para la tapadera. Esta consistía en una o diversas losas que protegían el cuerpo del difunto. Las sepulturas siguen la orientación este-oeste.

Durante el primer cuarto del siglo X la necrópolis y la capilla de Santa María ya eran utilizadas, en la actualidad sólo quedan unos restos de la capilla. La investigación arqueológica podrá confirmar la funcionalidad religiosa del edificio en ruinas y su cronología. Del edificio en ruinas se conserva parte de la pared norte, y el muro de poniente. El templo tenía una sola nave dividida en dos estancias comunicadas a través de un gran arco del que se conserva el arranque.

 

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 Capilla de Santa María

Citada en los textos medievales como Santa María foris murum, el templo se encuentra en la actualidad en ruinas. Su construcción fue probablemente al mismo tiempo que la de la iglesia prerrománica de San Miguel durante la primera mitad del siglo X  o anterior.  El edificio tenía una sola nave y en la actualidad solo quedan en pie algunos tramos de muro, este estado se debe al abandono progresivo de  la montaña llegada la paz  en el siglo XII, la vieja ciudad fue perdiendo población a favor de la nueva Vilafranca y quedando solo como fortaleza a partir de los s XIV y XV.

 Albados (Albats)

Se trata de  criaturas muertas antes de llegar a tener uso de razón, por lo que se creía que no tenían la marca del pecado original.

Era muy extendida la creencia de que los albados (albats) protegían como espíritus benéficos los miembros de la familia a la que pertenecían. Como consecuencia, y durante los primeros siglos de la Edad Media, era habitual la costumbre de enterrarlos en el subsuelo del hogar o en frente de la casa, para que el espíritu del niño no inquietara y continuara protegiendo los vivos.

Esta costumbre ancestral, está  documentada en yacimientos ibéricos y perduró incluso después de la implantación del cristianismo.

Durante el Medievo se encuentran también enterramientos de albats cerca de los presbiterios de las iglesias, y en la mayoría de los casos eran venerados como reliquias.

 

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de M. Carmen Diez Carrera

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