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El Palacio de Linares, llamado en sus inicios Palacio de Murga, por ser el apellido del dueño original, que no fue nombrado Marques de Linares hasta el año 1873 por el rey Amadeo I de Saboya, poco antes de su abdicación. Obtuvo el título gracias a su gran labor en dicha ciudad en la que se encuentra entre otras la construcción del Hospital de los Marqueses de Linares obra que impulso al ostentar el cargo de senador del Reino.
Don Mateo Murga Michelena, compra el solar al Ayuntamiento de Madrid en el año 1872 y el arquitecto Carlos Colubí se encarga de la construcción del palacio que comienza en el año 1877 y es inaugurado en el año 1900. Aunque los marqueses de Linares se mudaron al edificio en 1884 antes de su completa finalización.
El palacio consta de cuatro pisos sótano, entresuelo, planta noble, y tercera planta.
También intervienen en la construcción los arquitectos Adolf Ombrecht y Manuel Aníbal Álvarez este último se encargó de la escalera de mármol del jardín, las cabellerizas y la Casa de Muñecas.
Se encuentra ubicado en los terrenos donde anteriormente estaban los antiguos Molinos de Plata y del Pósito Real de Madrid, gran almacén de cereal pensado para atender posibles crisis de abastecimiento en la ciudad.
El palacio se caracteriza por su piedra caliza en el exterior con la que se construyo y el interior del palacio está ricamente adornado con abundantes tapices, los cristales de Amberes, las lámparas y bronces de París, así como numerosas pinturas de artistas de Francisco Pradilla, Manuel Domínguez, Casto Plasencia y Alejandro Ferrant, entre otros. La presencia de ricas telas y objetos preciosos se alterna con materiales como el mármol, el bronce, las maderas finas y el mosaico.
Edificado con gran calidad y riqueza en sus materiales, como puede apreciarse en la escalera del vestíbulo, de doble derrame, realizada en mármol de Carrara y decorada con balaustradas y esculturas de Jerónimo Suñol. También los elementos decorativos del exterior, ángeles, jarrones y escudos nobiliarios, fueron obra del escultor.
La decoración se inspira en diversos estilos, pasando de los lujosos Luis XV y Luis XVI al pomposo Rococó o al sobrio Luis Felipe.
El edificio durante años no mostro sus múltiples bellezas, pues en vida de los marqueses rara vez fue abierto para una fiesta y a su muerte pasó a manos de su ahijada, casada con el duque de Villapadierna, que cerró sus puertas definitivamente.
El Palacio ha tenido diferentes propietarios en sus más de cien años de vida, entre ellos la compañía marítima Trasmediterránea, la Confederación Española de Cajas de Ahorro, Ayuntamiento de Madrid, Emiliano Revilla y desde el año 1992 es la sede de la Casa de América. Coincidiendo con los actos del quinto centenario del descubrimiento de América y de Madrid capital cultural europea se inaugura la Casa de América,
Actualmente sus señoriales espacios albergan todo tipo de eventos tanto institucionales como comerciales.
Es Monumento Histórico Artístico desde el año 1976.
Los polvorientos salones del palacio fueron empleados, en 1981 cuando aún permanecía cerrado, para el rodaje de la película Patrimonio Nacional de Luis García Berlanga.
La leyenda
Una turbia leyenda persigue al Palacio de Linares. Según se cuenta en la villa de Madrid, el palacio de Linares contiene los fantasmas de los descendientes de los primeros marqueses de Linares, así como el de una niña, su supuesta hija.
Según la leyenda, José de Murga y Reolid le habría confesado a su padre, el rico comercial Mateo Murga y Michelena, haberse enamorado de una muchacha humilde, hija de una cigarrera de Lavapiés. Al conocer su padre el nombre de la joven, habría mandado a su hijo a estudiar a Londres, con el fin de hacerle olvidar tal amor de juventud.
La razón de su reacción era consecuencia de que esa muchacha humilde era su hija ilegitima fruto del amor extramatrimonial del propio Mateo con la madre de ésta, y por tanto, serían hermanos de padre. A la muerte de Marques el joven regresa de su exilio y renace su amor terminando casándose con su amante. Y posteriormente encontró José una carta de su padre dirigida a él en la que le explicaba las razones de su oposición a tal relación. José y Raimunda, conscientes del pecado incestuoso que habrían cometido, se habrían dirigido al Papa Pío IX, quien finalmente les habría otorgado una bula papal denominada Casti convivere, esto es, vivir juntos pero en castidad. No pudiendo resistir la tentación engendraron una hija, a la que habrían asesinado siendo niña para evitar un gran escándalo. Dicha niña llamada Raimundita, habría sido emparedada o ahogada, y enterrada en el propio palacio y, según tal leyenda, hoy en día, seguiría su espíritu paseándose por los grandes salones del viejo palacio.
En mayo de 1990, Televisión Española daba a conocer unas estremecedoras psicofonías captadas en el Palacio de Linares de Madrid por una desconocida doctora llamada Carmen Sánchez de Castro. En las que se oía una supuesta niña. Las cuales resultaron ser falsas pero dieron pie a un resurgimiento y mayor popularidad de la leyenda.
