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El conjunto monumental de las iglesias de San Pedro de Terrassa (La Seu d´Egara) lo forman las iglesias románicas de San Pedro, San miguel y Santa Maria, situadas en la confluencias de los torrentes de Valparadis y Montner, en el antiguo núcleo visigótico de Egara, origen del pueblo de san Pedro hoy Terrassa.
Son el conjunto artístico más importantes de la ciudad y una de las joyas del arte románico catalán, recientemente han sido objeto de una importante reordenación museográfica que fue inaugurada en 2009.
Las tres iglesias se construyeron cerca del emplazamiento de la antigua Egara romana, sobre una iglesia paleocristiana (de la que todavía se conservan restos) como sede del obispado de Egara, constituido sobre el año 450 y que perduró hasta la invasión Sarracena en el siglo VIII.
Destacan los testimonios conservados del periodo del Obispado de Egara (450), pero sobre todo del siglo VI al VIII, con la construcción del gran complejo episcopal formado por las tres iglesias románicas. La zona residencial y los espacios de cementerio.
Los tres elementos artísticos mas singulares son, aparte de los edificios románicos, las pinturas murales altomedieval y románicas y los retablos góticos.
En Sant Miquel y Santa Maria, escenas religiosas del siglo VI, únicas en Europa en su categoría y por su estado de conservación. La Seu d´Egare (siglos V-VIII) es el principal monumento en Cataluña de la época prerrománica y un testimonio excepcional del final del Imperio Romano y de los primeros siglos del cristianismo.
De la antigua Seu d´Egare se conoce el nombre de alguno de sus obispos como el primero Ireneo, y se reunió un concilio provincial de la tarraconense del año 614. Tradicionalmente se había considerado que el conjunto episcopal seguía el modelo bizantino de la antigüedad, con dos iglesias (San Pedro y Santa Maria) y un baptisterio (san Miguel) si bien los últimos hallazgos arqueológicos hacen pensar que la iglesia de San miguel tenía un uso funerario. Después de un largo proceso constructivo, las iglesias quedaron terminadas según la forma actual hacia los siglos XI y XII y son de factura románica, edificadas sobre antiguos edificios prerrománicos de la época visigótica.
En el siglo XII, en Santa Maria se instaló una canónica agustiniana que duró hasta el 1592. Por su parte la iglesia de San Pedro de Egara, sede de la parroquia perdió su condición parroquial el 1601, en que pasó a la nueva basílica del Santo Espíritu del núcleo de Terrassa, hoy catedral del nuevo obispado de Terrassa. En el siglo XIX San Pedro recuperó la parroquialidad.
En el primer tercio del siglo XX las tres iglesias fueron objeto de un profundo estudio y una restauración por parte de Josep Puig i Cadafalch, que también hizo excavaciones en Santa María y San Miguel. El conjunto monumental fue declarado Monumento Nacional el 1931, y Bien de Interés Histórico Artístico el 1985. Hoy día son una de las seis secciones del Museo de Terrassa.
El monumento se ha dotado de unas herramientas museográficas integradas en la habilitación de los edificios que permiten su interpretación histórica y al mismo tiempo su disfrute.
Hoy en día representa un conjunto esencial para comprender el proceso de cristalización medieval y europeo. El paso de los siglos, la majestuosidad de la piedra, la historia del arte y la arquitectura, el testimonio de las creencias de hombres y mujeres de diversas épocas: esa es la clave del mensaje escrito en la piedras milenarias de Sant Pere y de La Seu d´Egara.
Tras años de actuaciones se puede visitar en su nueva reordenación museográfica, en la que se ha dado un papel importante a la antigua rectoría remodelada, actualmente centro de interpretación del conjunto. En el subsuelo de la rectoría se han descubierto los restos del baptisterio de la antigua sede episcopal.
La iglesia de Sant Miquel, se sitúa en el centro del recinto, entre las otras dos construcciones románicas.
Puig i Cadafalch fue el responsable de las primeras excavaciones arqueológicas al principios del siglo XX, y pensó que el edificio era un baptisterio. En la actualidad, se cree que la función del edificio era la de veneran el entierro de un santo mártir, aún no descubierto. La pila bautismal construida por Puig y Cadafalch que durante muchos años marcó esta iglesia, ha sido eliminada en la última restauración.
Este templo funerario es el que menos cambios ha experimentado a lo largo de los siglos. Cuenta con una cripta subterránea dedicada a Sant Celoni y una cúpula sostenida por ocho columnas. Tenía también una galería exterior cerrada con columnas.
Conserva la planta primitiva entera, cuadrada donde se inscribe una cruz griega con nichos en los ángulos, en el muro este se abre el ábside de planta de herradura por dentro y hexagonal en el exterior. En el interior, el centro de la planta cuadrada, se alza un cimborrio cubierto por una cúpula y sostenido por ocho columnas hechas de fragmentos visigóticos reaprovechados, con cuatro capiteles tardo romanos.
Bajo el ábside se encuentra la cripta de Sant Celoni, con capilla absidal trilobada. La puerta de acceso está en el muro sur y data del siglo XVII. Las puertas antiguas del norte y el oeste, hasta hace poco estaban tapiadas. Los muros de tipo romano, con hileras alternadas de pequeños sillares y ladrillos, y las características de la planta y de las aberturas hacen pensar que se trata de un edificio construido entre los siglos IX y X.
Del siglo V- VIII son las pinturas murales al fresco del ábside, con la representación de la contemplación divinidad, preside la bóveda abisal la figura de Cristo entronizado dentro de la mandorla, en el exterior cuatro ángeles sostienen la mandorla. También se representa la simbología de la luna (cara humana con curto de luna) y el sol (circulo con radios). En la parte inferior seis personajes a cada lado geniflexionados (los apóstoles) y cinco círculos en el centro. Toda la pintura presenta motivos decorativos y unos cortinajes a cada lado.
