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EGARA

Egara era un municipio (Municipium Flavium Egara) de la Hispania romana que corresponde a la actual ciudad de Tarrasa, a unos 20 km de Barcelona.

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Casi con toda seguridad el municipio Flavio de Egara es la continuación del asentamiento ibérico denominado Egosa, citado por Claudio Ptolomeo en su Geografía, de la cual se han encontrado algunas piezas de cerámica con inscripciones ibéricas en la confluencia de Vallparadis y Montner, en el subsuelo de la iglesia de san Pedro. Asimismo se han encontrado monedas iberas fuera del barrio de san Pedro.

La Égara ibérica (Siglos IV a.C. - II a. C.)

La situación privilegiada de dominio del Istmo de San Pere entre la confluencia y configuración del torrente de Vallparadís, con una riqueza de agua, vegetación y fauna importantes, posibilitaría una ocupación estable y estratégica desde época antigua. De esta manera, se  constata  la presencia de un poblado ibérico en el istmo de san Pedro que queda testimoniada por el material cerámico recogido en los niveles de inutilización de los silos, y permiten sugerir una ocupación continuada desde el siglo IV antes de nuestra Era, con presencia de fragmentos de cerámica de importación griega, conocidas como "figuras rojas" hasta la romanización.

Pese al estado deficiente de hallazgos de estructuras, se han conservado restos de muros que configuraban las casas de tapia. También, en una de ellas se localizó una fosa fundacional, con los restos de un cordero, y que corresponde a un acto ceremonial de buenos deseos para el nuevo hogar. Asimismo, diversos utensilios de hogueras completan los hallazgos relacionadas con el poblado Ibérico de Egara. Finalmente, se tiene que destacar el hallazgo de diversas estructuras relacionadas con el trabajo de la metalurgia del hierro, con la presencia de cuatro hornos de enriquecimiento del hierro.

También diversos fragmentos cerámicos con letras ibéricas permiten conocer algunos de los nombres propios y palabras abreviadas de los egarenses. Entre otros destaca el nombre entero de TALSKUBILOS, del siglo II a. C.

En cuanto al poblado ibérico de Egosa, parece ser que fue abandonado y sus habitantes se trasladaron al otro lado del torrente de Vallparadis, concretamente en el medio de la actual calle de Sant Antoni, donde se han encontrado varios objetos y cerámicas. Aquí debió fundarse la Égara romana, en la época del emperador Vespasiano (69-79 a. C)

La Égara romana (siglo II a.C.-n.e.)

Durante la romanización de Hispania desarrollada durante los siglos II a. C y I a. C. , se creó una red de vías de comunicación que unían las diferentes ciudades de nueva creación así como las explotaciones rurales denominadas villas, precursoras de las posteriores masías. En cuanto a lo concerniente a los asentamientos de tipo rural, se tiene constancia material o documental de la creación de diversas villas romanas situadas por los alrededores de Tarrasa, concretamente en Can Amat, Aiguacircuit, Ca n´Anglada, can fatjó, Can Poal, las Martinas, Sant Pere, Can Jofresa y Can Bosch de Basea. En los últimos yacimientos arqueológicos se han llevado a cabo diversos trabajos de excavación.

El poblado ibérico seria romanizado conservando su topónimo indígena de Égara. En tiempo de Vespasiano (69-79) adquirió la  municipalidad, municipium flavium Egara. Testimonios de dicho status municipal se conservan reutilizados, como materiales de obra románica de la iglesia de Santa María, entre otros, dos pedestales  horríficos, con una datación entorno el año 140. Aparte de estos hallazgos mencionados y de otros ejemplos epigráficos de carácter urbano, nada indica la presencia de estructuras que relacionen con el municipio Flavio de Égara.

Los restos romanos conservados permiten distinguir dos grupos de estructuras diferenciadas en el espacio, de carácter industrial y de habilidad. Los restos de carácter industrial se relacionan con un buen número de silos del almacenaje, silos de dolia, dos pozos, diversos depósitos y una tahona para cocer piezas de cerámica de vajilla. Entre el ábside de Sant Pere i Sant Miquel se localizó una zona relacionada con uno de estos espacios asociados a un complejo industrial, indeterminado,  con presencia de retazos agujeros de palo, cubetas, un pozo, una tahona y algunas estructuras de cierre.

Al sur de la espuela se localizaron una serie de estructuras, que pese a no haberse podido excavar y con una intervención destinada solamente a su documentación y delimitación, han permitido reconstruir una serie de habitaciones que posteriormente se ha comprobado que fueron reaprovechadas como zona residencial del obispo de Ègara. Estas habitaciones parece ser que originariamente formaban parte de un domus, sin concretar su construcción  y que forman parte de una zona residencial a partir de la cual se articulará, transformándola y adaptándola, el futuro complejo cristiano.

En cuanto al hallazgo de piezas relevantes de este periodo cabe destacar el hallazgo, en niveles de inutilización del siglo XI-XII, de dos piedras de Montjuïc esculturales y que parecen pertenecer a un monumento funerario de época augusta. Se trataría de un tramo de friso, con motivos vegetales, al igual que el reaprovechamiento al portal románico de Santa María y una acótera angular donde se dibuja en relieve muy marcado el ninguno de un sátiro.

Dentro del conjunto monumental de la Seu d´Egara se pueden apreciar restos arqueológicos de los siguientes periodos:

 

La Ègara ibérica (siglos IV a.C. - II a.C.)

La Ègara romana (siglo II a. C. - n.e.)

La creación del Obispado de Ègara (alrededor del año 450)

Conjunto Paleocristiano - Fase pre episcopal I (mediados del siglo IV)

Conjunto Paleocristiano - Fase pre episcopal I (mediados del siglo IV)

Conjunto Paleocristiano - Fases pre episcopales III i IV (antes del año 450)

Conjunto Paleocristiano - Fase pre episcopal V (alrededor del año 450)

Conjunto Paleocristiano - Fase episcopal (450 - siglo VIII)

Época carolingia (801 - siglo X)

Época románica (siglos XI - XII).

El conjunto fue declarado Monumento Nacional en 1931, y Bien de Interés Histórico Artístico en 1985.

Actualmente forman parte de una de las seis secciones del Museo de Terrassa y es firme candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de M. Carmen Diez Carrera.

Geolocalización:

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