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Escondida en un aparcamiento de la calle Santander, a pocos metros de la Torre del Oro de Sevilla, se levanta la Torre de la Plata.
Conocida como torre de los Azacanes en tiempos de Alfonso X el Sabio, se trata de una torre octogonal almohade del siglo XIII (1252/1289) que se unía a la Torre del Oro por un lienzo de la muralla de la ciudad. Probablemente, en su origen los paramentos de la torre estuvieron cubiertos por un enlucido encalado, de ahí el nombre de Torre de la Plata con el que siempre se ha conocido a esta atalaya.
A partir del siglo XVI, la torre se vio rodeada de casas, almacenes y depósitos, perdiendo progresivamente su definición estratégica y su visibilidad. En el siglo XVIII fue parcialmente ocultada por la construcción de una serie de viviendas de fachada manierista según el proyecto del arquitecto italiano Vermondo Resta. A finales del siglo XX, fue utilizada como cobijo por indigentes, hasta que fue parcialmente restaurada en 1992. Actualmente se planea la rehabilitación de la zona.
En cuanto al paño de muralla adyacente a la torre, se integra en el conjunto de la Casa de la Moneda y formaba parte de la coracha que unía a la Torre de la Plata con la Torre del Oro, a través de una torre intermedia más pequeña.
