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Basílica de San Miguel

Basílica Pontificia de San Miguel construida en el siglo XVIII por orden de la reina Isabel de Farnesio es uno claro ejemplo de barroco italiano en Madrid

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La Basílica Pontificia de San Miguel también conocida como Basílica de San Miguel es una de las más interesantes iglesias de Madrid, a pesar de sus pequeñas dimensiones, es una creación del mejor barroco italiano del siglo XVIII en Madrid, edificada por orden de la reina Isabel de Farnesio en el año 1739, cuando su hijo D. Luis Antonio de Borbón era Arzobispo de Toledo, lo que incluía Madrid. Fue construida sobre en el solar que ocupaba la antigua parroquia de los santos Justo y Pastor, terminándose en el año 1745. Se encuentra junto al  Palacio Arzobispal en el corazón de la zona conocida con el nombre de Madrid de los Austrias.

El edificio, es de planta de cruz latina, obra del  arquitecto italiano Santiago Bonavía, aunque inicialmente se le encargo a Teodoro Ardemans y fue terminado por Virgilio Rabaglio. Destaca especialmente la fachada, de forma convexa, rematada por dos torres con chapiteles, de influencia oriental, y un frontón, igualmente curvo.

La fachada cuenta con varios conjuntos escultóricos como las alegorías de la Caridad, de la Fe, de la Esperanza y de la Fortaleza, obra de Roberto Michel y Nicolás Carisana situadas en los dos cuerpos superiores. Sobre  la puerta,  un bajorrelieve, realizado por Carisana, donde se muestra el Martirio de los Santos Justo y Pastor.

El interior destaca la gran altura, con muchas capillas, altas, abiertas y poco profundas. El crucero apenas se insinúa. La mayor parte de la iglesia está hecha en estuco imitando mármoles y bronces. Destaca la originalidad de las cubiertas, basadas en arcos entrelazados árabes y en un complicado despiece de arcos en todas las direcciones como el realizado por Guarino Guarini en Turín en siglo XVII.

Las bóvedas están pintadas al fresco en el siglo XVIII por los hermanos González Velázquez.

También en los retablos de esa época trabajó Ventura Rodriguez, que era el preferido por el Infante D. Luís.

La iglesia pasó a llamarse de San Miguel, Santos Justo y Pastor, en tiempos de José Bonaparte, cuando  se fusionó con la parroquia que estaba dedicada a San Miguel que ocupaba el solar del actual mercado de ese nombre. Debido a su incendio en 1790 y su saqueo durante la invasión francesa que obligaron a ese traslado. También se trasladaron a San Justo, algunas de las obras de arte que contuvo, como la figura del Arcángel o el tabernáculo de bronce y piedras semipreciosas regalado por el cardenal Zapata y realizado en Roma.

En el siglo XIX el templo cambio su denominación únicamente por la de San Miguel y los feligreses de los santos Justo y Pastor pasaron  a la iglesia del antiguo Convento de las Maravillas.

En 1892 se entregó a la Nunciatura apostólica, adquiriendo el título de basílica pontificia, al trasladarse a Leganitos la parroquia de San Miguel. Como consecuencia de haberse derribado en 1885 la iglesia y hospital de los italianos en la carrera de San Jerónimo, antigua institución que desde el siglo XVI que pertenecía a la colonia italiana de Madrid.

En el año 1885, el palacio construido por el infante D. Luis junto a San Justo, fue convertido en residencia de los nuevos obispos de Madrid.

El templo, ya de la Nunciatura, fue regido por los PP. Redentoristas y quedó bajo la advocación de San Miguel, que permanece hasta hoy.

En esta Basílica estuvo enterrado el músico Luigi Boccherini, tan querido por el infante D. Luis, hasta que en 1927 Mussolini dio orden de trasladarlo a Lucca.

En 1930, el nuncio monseñor Tedeschini concedió a la iglesia el título de Basílica menor. En noviembre de 1959 fue encomendada al Opus Dei, siendo Nuncio Apostólico Mons. Hildebrando Antoniutti.

Es Monumento Histórico Artístico Nacional desde el año 1984.

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