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El conjunto arquitectónico de la Casa y Torre de los Lujanes, se encuentra situado en la Plaza de la Villa de Madrid.
La Torre y la Casa son de diferentes épocas; La Torre de los Lujanes data de la segunda mitad del siglo XV y la Casa de finales. Este conjunto arquitectónico es uno de los más antiguos de la ciudad y se situaba en el eje de la vida urbana, cuando la plaza se llamaba de San Salvador.
La familia de los Luján, un antiguo linaje aragonés de la aldea de Luján en Huesca se instaló en la plaza de San Salvador construyendo en el año 1494 una casa de planta irregular con un patio central donde residió la familia Lujan llamados popularmente Los Lujanes de donde la casa recibía el nombre, hasta entrado el siglo XVIII.
Todo el conjunto es de estilo mudéjar y consta de un caserón señorial y una torre con una puerta en forma de herradura que recuerda orígenes árabes en la fachada de la calle del Codo rematada por una torreta que está cubierta a cuatro aguas.
La historia de la Torre de los Lujanes ha sido larga y azarosa, incluso objeto de leyenda sobre la estancia en la Torre de Francisco I como queda recogida por Lope de Vega en una carta, aunque la leyenda existe no acaba de ser fiable del todo, aun cuando Lope de Vega nació en la casa justo de al lado de la Torre de Lujanes.
Durante la primera mitad del siglo XV vivió allí el contador mayor del reino, Gonzalo García de Ocaña y en el año 1450 la compró Pedro de Luján quien fue camarero del Rey.
En el siglo XIX, la casa pasó por diferentes ocupantes, la ocupaban un pintor de cámara de Su Majestad, un capitán del ejército retirado, un propietario, sirvientes y confiteros, uno de ellos luego compositor llamado Federico Chueca. A principios del mismo siglo la torre se eligió para colocar una estación del telégrafo óptico de la línea que va a Aranjuez.
Un poco antes en 1854 el Ayuntamiento aprobó un plan de alineación de la plaza de la Villa para que pudieran pasar los carruajes, pero este afectaba directamente a la Torre por lo que su dueño, el Conde de Oñate pensó que era mejor derribarla. Afortunadamente el Marqués de de la Vega de Armijo consiguió un permiso de la Reina que prohibía cualquier obra que la afectara, instando a las instituciones a que se quedaran con ella.
De esa forma el Estado compró los dos edificios y la fachada de la Torre reformada colocando unas almenas de cartón.
Ha sido a partir de 1858 sede de varias sociedades como la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales así como de la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Hasta que 1991 el edificio fue rehabilitado fecha en la que el Ayuntamiento lo cedió Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de forma definitiva, excepto la planta baja.
