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"Casa Zoilo", es una taberna de solera que se mantiene todavía viva, situada en el nº 4 de la C/Huerta del Bayo, casi esquina a la calle de Embajadores. A pesar de las reformas realizadas en su interior a lo largo de décadas, todavía podemos ver en el exterior una fachada magnífica.
Seguramente Casa Zoilo se abrió al construirse el inmueble que la alberga hacia 1865. Sabemos que en 1880 pertenecía a José Hermida, y posiblemente por entonces era una bodega de tamaño bastante más reducido que el que posee en la actualidad. El establecimiento daba a la calle y se dividía en dos partes: el propio despacho de vinos y una vivienda habitada por los dueños.
Como la vida sigue su curso, la taberna cambió de dueños. En 1911 estaba regentada por Antonio Pérez y en 1930 por Mateo Sánchez quien, hacia 1940, se la vendió a Zoilo. Mateo Sánchez le dejó al nuevo dueño un reloj de pared que aun preside la taberna. Zoilo había combatido en las filas del ejército republicano en el asedio de Madrid durante la guerra civil, resultando herido. Fue al salir del hospital cuando adquirió el local, proporcionándole su denominación actual. Y no solamente eso, sino que amplió el espacio destinado a taberna y despacho de vinos, eliminando la antigua vivienda en 1952. A Zoilo le sucedió en la regencia de la taberna en 1980 su propio sobrino Ángel, que había comenzado a aprender el negocio junto a su tío en los años 60. La taberna fue la sede de una de las peñas del barrio, que tanto proliferaban entonces, y lugar de encuentro de los anticuarios del Rastro y de los vendedores del antiguo mercado de abastos de San Fernando.
Ángel y su mujer Mari le han dado a Casa Zoilo un sello de calidad que ha sido reconocido en barrio tan castizo. La pareja se jubiló en octubre de 2015, y el día de su despedida, recibieron un regalo inolvidable por parte de sus clientes. Entre las especialidades de Casa Zoilo, muy comentadas no sólo por los parroquianos de toda la vida, sino también por jóvenes clientes que han acudido al establecimiento atraídos por la fama de las tapas caseras elaboradas por Mari, encontramos empanadillas, deliciosas patatas revolconas, croquetas, y queso manchego, regadas todas ellas con la típica “cañita” de Mahou o un buen botellín, el vermouth de grifo y los chatos de vino de Rioja. Si bien, las tapas y su acompañamiento líquido hacieron de Casa Zoilo una de esas tabernas típicas de los barrios más castizos de Madrid, también funcionaba (y funciona hoy) como casa de comidas. Cierto que la carta no era muy extensa, pero no estaba exenta de la calidad de los platos de puchero caseros elaborados por la dueña: fabada, fabes con almejas, pote,… Además de estos platos de toda la vida, también han sido célebres el bonito en rollo, los escalopines al cabrales o el salpicón de pixin. Y sus postres arroz con leche y flan de queso, la guinda de una excelente jornada gastronómica. Buena cocina a precios económicos. Un lugar para estar como en casa.
En la actualidad, Casa Zoilo está regentada por José y Vicente, que han querido dejar todo tal y como lo dejaron los anteriores dueños, manteniendo el espíritu castizo de la vieja taberna. Pero han introducido una importantísima novedad: una carta de cerveza de fabricación artesana, tanto nacional como de importación, muy acorde con los nuevos tiempos que corren. Un nuevo producto que acompaña a las tapas y la cocina casera de siempre, plenas de calidad.
Un breve apunte histórico sobre la zona donde se sitúa Casa Zoilo. La calle Huerta del Bayo, fue antes llamada de San Isidro, una de las seis calles que tuvo dedicadas en Madrid el santo patrón. La denominación actual la toma de la antigua huerta del licenciado Francisco del Bayo, catedrático del Estudio de la Villa en 1560, sobre la que se construyó en 1830 el Casino de la Reina. Y respecto a la cercana calle de Embajadores, decir que en tiempos del rey Juan II (primera mitad del siglo XV), los embajadores de cortes extranjeras se encerraron dentro de una cerca que existía en esta calle para evitar el contagio de una terrible epidemia de peste que asolaba Madrid. En principio el solar se llamó Campo de Embajadores, posteriormente, portillo de Embajadores y por último se abrió la calle de Embajadores.
Si quieres saber más sobre tabernas centenarias, puedes hacer con nosotros la visita guiada de Madrid Tabernario