- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
La villa de Castarné es de origen musulmán y se la cita por vez primera en el año 979. La reconquista de esta zona fue realizada por el conde Guillermo Isarno aunque después fue invadida por Sancho III el Mayor. Su hijo Gonzalo I heredara Ribagorza y Sobrarbe y el conde Pallars Jussá se hará cargo de los valles de Castanesa y el del Noguera Ribagorzana.
Tras morir Gonzalo I, su hermano Ramiro I de Aragón regirá estas tierras, surgiendo así el reino de Aragón en el 1035. Siglos más tarde la villa fue posesión de la familia Valcabra y posteriormente por los condes de Ribagoza.
El castillo es de planta rectangular de aproximadamente 7 por 7 metros y tres alturas en origen, se edifico con gruesos muros de mampostería y dos torreones circulares en sus ángulos de este y oeste. El cubo próximo a la puerta cuenta con un contrafuerte que ha modificado su forma original y oculta los huecos que pudiera contener para armas de fuego. Se sitúan en la parte alta de la población, en un extremo inexpugnable por dos de sus lados, el Este y el Sur.
La fachada principal, defendida por dos aspilleras, presenta una puerta dovelada y en la jambas todavía se conservan los agujeros intramurales para la tranca a modo de cerradura. En el interior se conservan zonas con las paredes enlucidas y varias ventanas propias de la reforma efectuada en el siglo XIX. Entre los pisos primero y segundo del cubo oriental, surgen un par de ménsulas de madera reforzadas con repisas moduladas, que aguantaron en el pasado una galería, o quizás un retrete.
Castarné representa la parte final del valle de Baliera, lo que en otros tiempos fue Vallis Sigitana o Val Señiu, que toma el nombre de la población Señiu y cuya denominación ya aparece citada en documentos que se remontan al siglo X.
Desde este punto del castillo de Castarné se dominaba visualmente la extensión de todo este valle histórico.
El castillo fue construido en el Medievo para defensa de la villa por la familia de los Azcón y Oliver, barones de Castarné. El primer texto haciendo referencia a la fortaleza data del siglo XI, aunque lo que podemos observar en la actualidad es una transformación de la construcción original posiblemente del siglo XVII.
Alejado el peligro de invasiones, fortificaciones como esta dejaron de tener utilidad defensiva y sus moradores reformaron los castillos procurándoles más comodidades para su uso residencial.