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Castillo de Malamoneda

El castillo de Malamoneda construido en el siglo XIII, y junto a la torre de Malamoneda realizo funciones defensivas para los habitantes de Malamoneda.

Castillo de Malamoneda

En el término municipal de Hontanar, en el punto donde se encuentran el arroyo Pasadero con el Cedena, hay un paraje conocido como Malamoneda (que los habitantes de la comarca también llaman la Torre), correspondiente a un antiguo caserío que quedó casi despoblado en fecha incierta, aunque se supone que sería alrededor del siglo XIV; algunos vecinos de pueblos cercanos, herederos de antiguos residentes, han mantenido en pié algunos establos y unas pocas casas pequeñas para usos esporádicos. Por los testimonios arqueológicos localizados dispersos en este paraje se supone que la fundación de un asentamiento permanente es al menos de época romana, en fechas cercanas al comienzo de nuestra era. En la zona se han hallado al menos dos inscripciones funerarias romanas, junto con restos de aras y piedras labradas con detalles propios del estilo de la Edad Antigua. También han aparecido restos de otras etapas culturales, aunque la mayoría de los testimonios materiales encontrados en la zona pueden datarse a partir de la repoblación de los siglos XII y XIII. Destaca entre lo conservado una torre vigía que permitía controlar el paso natural de los montes que abre el Cedena, con las características comunes a las varias que se conservan en la ladera norte de los Montes de Toledo y que se vienen fechando entre los siglos XII y XIII; fue recrecida en el siglo XIV, como se observa por los restos de un matacán que corona una de las tres fachadas que todavía están en pié, pues perdió la cuarta fachada.

El elemento construido con mayor protagonismo, indudablemente, es este pequeño castillo, o torre fuerte, el más claramente visible al aproximarse al conjunto, en cuyas inmediaciones se agrupan las casas y establos, o sus restos, de lo que fue la población hoy abandonada. La Torre ha dado nombre entre las gentes del lugar a la zona del caserío y del paraje. Todo el antiguo poblado, sin embargo, continúa manteniendo el nombre de Malamoneda, para indicar tanto el pueblo como sus cercanías, entre las que hoy vemos las huertas entre los arroyos, las canteras de granito y los enterramientos excavados en la misma piedra, formando sepulcros antropomorfos hace tiempo expoliados y vacíos. En la zona más baja del valle, cerca del encuentro entre el arroyo del Pasadero y el río Cedena, se mantiene con prestancia una ruina de lo que debió de ser otro castillo, muy desmantelado. Por su mayor envergadura, pues supera a la Torre con su mayor tamaño en la planta cuadrilonga y en las estructuras conservadas, debió de ser posterior, y se situó en el valle, más cercano al río Cedena para mejor cubrir el paso. Los testimonios recogidos hablan de que llegó hasta los años sesenta del siglo XX con una barbacana alrededor del cuerpo principal, y como él, de planta cuadrada. De la barbacana nada queda, y de las cuatro paredes que hay en pie, una está parcialmente derruida. Se aprecia dónde estuvo la puerta, seguramente levadiza, pues se ven los pasos huecos de las cadenas a ambos lados del vano que queda de la puerta, único testimonio del acceso, puesto que las jambas y los dinteles que tuvo desaparecieron hace tiempo y solo queda el paso. En el interior, a juzgar por los espacios vacíos regularmente dispuestos en los muros, con la clara finalidad de servir de apoyos, debió tener un camino de ronda de madera, si es que no fueron, al menos en alguna de las partes, asiento de cabezas de vigas para una entreplanta que separase dos niveles de uso.

Dispersos por los alrededores podemos encontrar más de un centenar de restos de sepulcros; con gran probabilidad fueron enterramientos de los repobladores tras la reconquista. Consisten en huecos excavados en los afloramientos de granito, preparados para contener un cuerpo, que debieron cubrirse  en su origen con grandes losas de granito. Solo dos las conservan, aunque fuera de su sitio, pues todas fueron expoliadas en algún momento del pasado, a partir de que el lugar quedase despoblado. Desde entonces solo pasó a ser utilizado, esporádicamente, para pastorear ganado, sembrar alguna huerta y extraer granito en una cantera inmediata al caserío.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad del Ayuntamiento de Hontanar.

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