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Estación Internacional de Canfranc

La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc construida a principios del siglo XX, fue inaugurada por el rey Alfonso XIII el 18 julio de 1928.

Estación Internacional de Canfranc

La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc es un gran edificio concebido como un escaparate de España ante los visitantes extranjeros. Es unos de los edificios míticos abandonados más singulares de España.

Fue parte de un gran  proyecto para abrir un nuevo paso fronterizo a través de los Pirineos comunicando España y Francia por el túnel del Somport a principios del siglo XX.

Las compañías Midi Francés y Norte de España presentaron el proyecto de la estación internacional entre 1909-1910, comenzada las obras en 1915 y finalizándose en 1925, sufre algunos retrasos debidos a la primera guerra mundial. La estación fue  inaugurada por el rey Alfonso XIII el 18 julio de 1928, tiene su momento de apogeo durante los años treinta, y comienza su declive entre 1945 y 1949 por desacuerdos políticos con el gobierno francés.  Se cierra al tráfico internacional el 27 de marzo de 1970 debido a un accidente ferroviario en la parte francesa en el puente de L’Estanguet y a partir de ese momento experimenta un terrible descenso del tráfico ferroviario.

La estación es de arquitectura palacial francesa del siglo XIX. Tiene un edificio principal, varios muelles para mercancías y un deposito de maquinas. El gran edificio de pasajeros destaca por su tamaño y su tejado curvo de pizarra a cuatro aguas, la disposición del edificio contaba en el centro con las taquillas. En los cuerpos laterales se encontraban el puesto aduanero, comisaria de policía, correos y un hotel internacional. Las características de la estación son 241 metros de planta, 300 ventanas, 156 puertas dobles.

Durante la II guerra mundial  tanto la resistencia francesa como los guerrilleros españoles, realizan atentados sobre la línea férrea para dificultar  el movimiento de armamento y tropas.

La estación también es famosa, por el oro de de los nazis, o el oro de Canfranc, que consistía en el oro que los alemanes daban como pago al gobierno de Franco por el Volframio, metal que se utilizaba para la fabricación de armamento. Al encontrarse algunos documentos en la estación que demostraban dicho pago.

Desde la década de los noventa del siglo XX , existen diferentes proyectos para recuperar la estación, pero parece que no terminan de arrancar, debido a las polémicas que nacen, de las posibles modificaciones estructurales que pueda sufrir el edificio. Habiendo pasado en numerosas ocasiones, por los tribunales de justicia de Aragón y en diferentes pleitos entre las constructoras y las organizaciones que quieren proteger la estructura original del edificio.

 

 

Bibliografía, Créditos y menciones

Bibliografía:
"El oro de Canfranc". Autor: José Ramón Campo.
"CANFRANC. El mito". Varios autores. Editorial Pirineum

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