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Situada sobre un espolón rocoso que vigila el rio Piedra, y juntos a los restos del antiguo castillo medieval se encuentra la iglesia parroquial.
Fue construida partir de una ermita de origen gótico, el edificio original fue reformado y ampliado durante el siglo XVII hasta alcanzar el aspecto actual.
La iglesia se compone de una sola nave cubierta con bóveda de crucería. Es de material muy modesto, tapial, y tiene la portada barroca simple.
La torre del campanario es de base cuadrada y tejado a cuatro aguas. Está enclavada en un saliente de la roca desde donde destaca el vacio de las campanas de arcos de medio punto muy típico de la arquería aragonesa, es de ladrillo que presenta decoración mudéjar de vanos y salientes en rombos.
En el interior podemos destacar:
El retablo mayor en estilo herreriano. Y varios retablos menores de los siglos XVI y XVII. Dos esculturas en madera una de San Julian y otra de Santa Basilisa ambas del siglo XVII. Y un confesionario del siglo XVIII
