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El Municipium Augusta Bilbilis se sitúa a 5 km al noreste de Calatayud. Patria del poeta romano Marco Valerio Marcial ( h. 40 – 104 d.C.) alcanzó el status de municipio romano en época del emperador Augusto. En 1931 las ruinas fueron declaradas Monumento Histórico Artístico, en 1985 catalogadas como B.I.C. (Bien de Interés Cultural dentro de la categoría de Zona) y en 2002 como C.I.C. dentro de la ley de Patrimonio Cultural Aragonés (Conjunto de Interés Cultural Categoría: Zona Arqueológica). Mencionada por los autores clásicos Estrabon en su Geografía (III,4, 12-13) y por Plinio “El viejo”, en su "Naturalis Historia" (III, 3, 4), los trabajos arqueológicos se iniciaron en 1971 por parte del profesor Manuel Martín-Bueno, si bien éstos había sido precedidos por pequeñas campañas de Carlos Ram de Viu, Conde de Samitier, en 1900-1910, Narciso Sentenach en 1917 y Adolf Schulten en 1933-1934.
Fundada sobre un asentamiento previo celtibérico, la ciudad romana abarcaba los cerros de Bámbola, San Paterno y Santa Bárbara, queda rodeada por los ríos Jalón y Ribota, tiene aproximadamente 25 Ha amuralladas, que darían cobijo a unos 3.500/4000 habitantes. Desde la ciudad se controlaban los pasos naturales entre Valle del Ebro y la Meseta, convirtiéndose en el centro económico, político y administrativo de un amplio territorio que correspondía aproximadamente con la actual Comarca de Calatayud. Su máximo esplendor se alcanzó en el siglo I, momento en el que se construyeron sus edificios más emblemáticos acorde a su status (foro, termas y teatro), acuñando moneda durante los reinados de los emperadores Augusto, Tiberio y Calígula. La crisis le llegó en el siglo III, estando ya abandonado en el siglo V. A partir de la Edad Media, momento en que es reocupa temporalmente por un pequeño poblado, se convirtió en cantera de material constructivo para la Calatayud islámica y cristiana, perdurado este expolio hasta principios del siglo XX.
La ciudad de Bilbilis
La fisonomía de la ciudad, descrita por Marcial como altam Bilbilim, acutis pendentem scopulis, pendula tecta impone una ordenación del terreno en terrazas con calles empinadas, cuestas y rampas, que contrasta con el esquema reticular habitual de una ciudad romana. La comunicación entre terrazas se realizaba mediante rampas útiles al tránsito de personas y vehículos mediante un trazado serpenteante adaptado a la ladera de los cerros. Llama la atención la red de cisternas de agua la ciudad, en la actualidad se conocen 68, que adaptadas a las curvas de nivel del terreno aseguraban un constante suministro a las viviendas.
La parte central de la ciudad quedó reservada para el conjunto monumental, foro-teatro, perfectamente visible desde la cercana calzada y escaparate de lo que Roma ofrecía a los habitantes de las tierras recién conquistadas, ejerciendo un efecto propagandístico de los beneficios de la civilización romana.
El foro
El monumental Foro fue planificado, junto con el teatro, a modo de gran escenario visible desde toda la comarca. Iniciada su construcción durante el reinado del emperador Augusto se concluyó en época de Tiberio, sufriendo modificaciones durante el gobierno de Trajano. El foro se estructura en torno a una gran plaza enlosada de 48 m de lado presidida por un gran templo hexástilo-períptero, al que se accedía por una escalera monumental de 6 m de altura, que albergó en su día las estatuas de las principales divinidades romanas (la Triada Capitolina: Júpiter, Juno y Minerva). En torno a la plaza se situaban los principales edificios públicos: basílica donde se impartía justicia, la curia o sede del gobierno municipal y pórticos comerciales, todos ellos muy expoliados de sus materiales constructivos.
El teatro
El teatro, símbolo de romanidad, queda unido al foro mediante una serie de pórticos, pasillos y escaleras de comunicación, iniciándose su construcción al mismo tiempo que el foro, encontrándose en desuso ya en el siglo III. Se concibió como un edificio de espectáculos con carácter comarcal, ya que su capacidad, cercana a los 4.500 espectadores, excedía con mucho las necesidades de la ciudad. Presidido por un sacellum (templo) dedicado al Culto Imperial, presenta un frente escénico (scaenae frons) decorado en dos alturas revestidas de mármoles de origen africano y columnas y capiteles corintios.
Las termas
Al igual que cualquier ciudad romana Bilbilis poseía varias termas, una de la cuales se descubrió en la ladera del Cerro Bámbola. Construida en las primeras décadas del siglo I, fueron ampliadas hacia los años 55/60 del mismo siglo. Presenta una planta sencilla
característica de las termas provinciales de tipo lineal de único recorrido: Apodyterium (vestuario), frigidarium (sala fría), tepidarium (sala templada) caldarium (sala caliente) labrum (fuente), letrinas y otras dependencias decoradas con conjuntos pictóricos de gran calidad.
Las viviendas
Varias son las viviendas descubiertas en el transcurso de las excavaciones. Construidas en las primeras décadas del siglo I presentan modificaciones en la segunda mitad de siglo, especialmente en época flavia, y algunas adaptaciones en lo siglos II y III estando ya abandonadas hacia finales de éste último. Destaca la Casa del Larario, en cuyo atrio se construyó un pequeño larario (capilla con altar religioso), la Casa Central, ubicada en el centro del yacimiento caracterizadas por poseer una gran cisterna ovalada, y el Barrio de las Termas con la Casa del Balneum que estaba dotada de un pequeño baño privado. Las viviendas presentan la característica planta itálica de atrio (patio) central y dependencias a su alrededor triclinium (comedor), cubicula (dormitorios), cocinas, almacenes, etc. ricamente decorados, algunos de cuyos ejemplos se exhiben en el Museo de Calatayud.
Museo de Calatayud
La visita al yacimiento debe completarse con la visita al Museo de Calatayud que alberga las principales piezas arqueológicas recuperadas en el transcurso de las excavaciones, destacan los conjuntos pictóricos, la colección numismática de la ceca bilbilitana y la colección escultórica de retratos de la familia julio claudia, epigrafías y ajuares domésticos.
BILBILIS
(Calatayud – Zaragoza)
Desde allí (Tarraco) te llevará un carro y, a mata caballo,
quizás tras cinco jornadas, divisarás
la encumbrada Bilbilis y tu querido Jalón.
¿Qué te encargo, me preguntas?. Que a los amigos,
pocos, pero viejos, y a quien dejé de ver
hace treinta y cuatro inviernos,
los saludes tan pronto como llegues,
y le recuerdes una y otra vez a mi amigo Flavio
que me compre a buen precio un recreo
risueño y nada trabajoso
que haga indolente a tu progenitor.
(Marcial Ep. X, 104).