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Monasterio de Santa María de Veruela

Monasterio cistersiense de Santa María de Veruela el documento más antiguo que hace referencia al mismo data de 1145 fue la primera fundación cisterciense en Aragón

El Monasterio cistersiense de Santa María de Veruela, se encuentra situado entre las localidades de Veruela y Vera del Moncayo, en un pequeño valle formado por el río Huecha, protegido por el propio Moncayo y  casi colindando con Castilla.

De 1145 data el documento más antiguo que hace referencia al monasterio, en el que se refleja la fundación de un cenobio, por parte de la Orden del Císter, en los terrenos cedidos por la localidad de Veruela. Esta Orden fue fundada por Roberto de Molesmes en Francia en el año 1098 con la idea de restablecer la austeridad original de la orden benedictina. Estos monjes fueron los impulsores, en sus monasterios, de una política agrícola y económica que activó notablemente la repoblación de las tierras donde se asentaban mediante la roturación de las tierras incultas, eran conocidos como «monjes roturadores», o consolidó los territorios de frontera como es el caso del Monasterio de Veruela.

Comenzadas las obras del cenobio, se produjo la ocupación de la comunidad de monjes hacia 1171. Elemento importante el agua, los monjes construyeron en Veruela una amplia red de acequias, presas y molinos aprovechando la cuenca de río Huecha. La comunidad se fue integrando y consolidando en la región y así, desde finales del siglo XV, los abades de Veruela fueron nombrados por el rey o por comanditarios, incluso ajenos a la orden cisterciense, hasta que en 1617 se creó la Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón en que pasaron a ser nombrados por ésta cada cuatro años. Hay que mencionar entre los grandes abades del Monasterio a Hernando de Aragón (1535-1539), nieto de Fernando el Católico y posteriormente Virrey de Aragón, quien le dio un notable impulso reformando las principales estancias del monasterio primitivo: refectorio, biblioteca, claustro alto, murallas, torre del homenaje y de la iglesia, portería, etc. Obra que continuó su amigo y sucesor, Lope Marco (1539-1560).

Pero será a partir de principios del siglo XVII, con el cambio de dirección, cuando se acometen las mayores reformas y ampliaciones del Monasterio. Se realizó la construcción del Monasterio Nuevo y se le dotó de un sistema de celdas individuales para los monjes —unas 65—. En 1835 con la Desamortización de Mendizábal el monasterio se encamina hacia un irremediable periodo de decadencia, hasta el punto de ser subastado públicamente en 1844. Fue la Comisión central de Monumentos Artísticos de Madrid quien impidió la subasta y reclamó al Monasterio para su conservación salvándolo así de una casi segura destrucción.

En este momento el Monasterio de Veruela fue punto de encuentro de numerosos viajeros románticos de la época siendo los hermanos Bécquer, el poeta Gustavo Adolfo y el pintor Valeriano, de los más destacados visitantes y quienes pasaron largas temporadas en el Monasterio acompañados de sus familias.

En abril de 1877 paso a manos de la Compañía de Jesús que instaló un noviciado que permaneció hasta hasta 1973, con la única interrupción durante el Gobierno de la República y la Guerra Civil (1932-1939) en que los jesuitas fueron expulsados y el monasterio estuvo  abandonado. En 1919 el Monasterio había sido declarado Monumento Nacional, mediante un  decreto que fue  ampliado en 1928. En 1976 la Dirección General de Bellas Artes lo cedió en usufructo a la Diputación de Zaragoza para su rehabilitación y conservación, pasando a ser de su propiedad en 1998 y es quien continúa con las obras de restauración y, mediante la realización de exposiciones temporales y publicaciones, potenciando actividades culturales y divulgativas. Un claro ejemplo es la celebración estival del Curso Internacional de Composición Musical y del Festival Internacional de Música.

El Monasterio de Santa María de Veruela fue la primera de las grandes fundaciones que la orden cisterciense realizó en territorio aragonés. A Veruela le siguió el Monasterio de Rueda en 1153, el Monasterio de Nuestra Señora de Piedra en 1194, el de Santa Fe de Cuarte en 1223 y los Monasterios femeninos de Trasobares en 1168 y de La Concepción de la Virgen de Cambrón en 1208.

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y Fotografías propiedad de Juan Andrés Caballero Díez

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