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La plaza de toros de Caudete forma parte del conjunto arquitectónico conocido como “barrio de San Francisco de Asís”. Éste fue un proyecto imaginado y financiado por Francisco Albalat Navajas (1844-1916), conde de San Carlos, por eso todavía algunos lo llaman “el barrio de don Paco”.
Este barrio fue concebido como un ente autónomo del resto del casco urbano de Caudete. A tal fin ideó un conjunto arquitectónico formado por las casas de barrio, un asilo para huérfanos con su capilla, una plaza de toros y un mercado de abastos. Sin embargo, el mercado no llegó a construirse y el asilo quedó sin terminar.
La plaza de toros Arenas de Caudete se inauguró el 15 de mayo de 1910. De estilo es neomudéjar, se adelantó a su tiempo, ya que es anterior a las plazas de Albacete y Madrid. De hecho, el promotor de la, entonces en proyecto, plaza de las Ventas de Madrid visitó Caudete para conocer las obras de esta plaza.
El edificio contaba en inicio con cuatro pisos al exterior, que se traducían al interior en un graderío con sombra, un piso de palcos sustentado sobre estructura de forja y una andanada, que ofrecía las localidades más baratas. En origen presentaba un aforo de 9.421 localidades, muy superior al número de habitantes que tenía Caudete.
Construida en muro de piedra caliza, reserva el uso de ladrillo macizo para adornar y estructurar la fachada, formando un conjunto de 30 secciones y más de 200 arcos de herradura.
La inauguración de la plaza tuvo lugar el día 15 de mayo de 1910. El cartel estaba compuesto por toreros de gran renombre: Ricardo Torres “Bombita” y Rafael González “Machaquito”. El evento fue publicado en los más importantes periódicos nacionales.
Como anécdota, podemos decir que esta vez sólo se vendieron 4.147 localidades, menos de la mitad del aforo. Sin embargo, la mayor parte de la plaza se llenó, ya que muchos encontraron la forma de disfrutar del espectáculo sin pasar por taquilla. Mandó por esto Albalat, para consecutivas ocasiones, tapiar las ventanas del primer piso y las puertas de la planta baja que no fueran necesarias.
Se celebraron en 1910 cuatro festejos más, una corrida y tres novilladas: 17 de julio, 7 de agosto, 4 de septiembre y 11 de septiembre. Todos ellos con el mismo escaso éxito de taquillla.
En 1911 Albalat mandó derribar el graderío del tercer piso, pretextando que la plaza era demasiado alta y que desde el piso superior no se veía bien el coso, lo que era cierto, con lo que la plaza perdió 2.400 localidades.
Durante la corta vida de esta plaza, se tiene noticias de 33 festejos taurinos, y durante la Guerra Civil sirvió como almacén de la Brigadas Internacionales primero y del ejército después.
Las vicisitudes de la posguerra hicieron que en 1941 se desposeyera a la plaza de toros de todo el entramado metálico de los graderíos, quedando ésta inutilizada y pasando con el tiempo a ruinas. Fue en 1980 cuando el Ayuntamiento la adquirió y emprendió la tarea de reconstruirla. Se reinaugura en 1986.
La plaza de toros puede visitarse acordando cita con la oficina de turismo.
