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Plaza Mayor de Segovia

Plaza Mayor de Segovia, corazón de la ciudad, como la conocemos en la actualidad es fruto de la política urbanística del siglo XVII, denominada como Mayor desde 1461

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Para los segovianos siempre ha sido la Plaza Mayor, aunque en tiempos de la Restauración borbónica se llamó Plaza de la Constitución, y después de la última guerra civil, se denominó plaza de Franco, hasta que con la vuelta a la democracia volvió a titularse oficialmente como todo el mundo la conoce. Junto a la plaza del Azoguejo, es el corazón de la ciudad de Segovia.

La plaza está delimitada por el ábside de la catedral y por la nueva iglesia de San Miguel, la que sustituyó a la anterior del mismo nombre, que se derrumbó en 1532, ubicada en una dirección diferente a la que tuvo en origen. La Plaza Mayor se encuentra en el centro del caserío amurallado y en ella se emplaza la Casa-Ayuntamiento, que para eso es Plaza Mayor.

El 26 de febrero de 1532 se cayó el techo de la iglesia de San Miguel (donde está ahora el quiosco de música aproximadamente) sobre los feligreses mientras éstos escuchaban misa, aunque según parece tan sólo hubo un herido. A partir de ese instante se abrió un nuevo espacio público que unió la plaza de San Miguel con las plazuelas del Caño y la Panadería. En el primer cuarto de siglo del XVI se levantó el edificio del Ayuntamiento y paulatinamente las casas que lo flanquearon hasta completar por el norte el gran coso segoviano. Uno de los edificios más emblemáticos de la Plaza Mayor data de 1917, el teatro Juan Bravo.

A fines del siglo XIX, la plaza se llenó de cafés, comercios, fondas, casas de comidas y hoteles, para acoger a los visitantes que llegaban a la ciudad por ferrocarril. En 1884 la vía férrea comunicó por primera vez Segovia con Medina del Campo, y en 1888 unió la ciudad del Acueducto (y del Alcázar, y de…) con Villalba.

El quiosco de música fue diseñado en 1896 dentro de la tipología de arquitectura de hierro, tan de moda por aquel entonces en toda Europa. Su artífice fue el arquitecto Joaquín de Odriozola (1844-1913), que proyectó un templete octogonal en un lugar emblemático y céntrico, y que posee un zócalo elevado que sirve de almacén y vestuario para los músicos. Durante gran parte del siglo XX fue retirado en varias ocasiones y repuesto en su sitio de nuevo, hasta que en 1986 fue anclado definitivamente. Un día al año, durante la festividad de Santa Bárbara, el quiosco se transformaba en capilla. Una de las veces en que se desmontó la estructura de hierro fue en 1916, durante la coronación de la Virgen de la Fuencisla, advocación de la Virgen María de gran veneración en toda la provincia. Uno de los actos que se incluyeron en esta piadosa celebración fue recrear la proclamación de Isabel la Católica como reina de Castilla, cuya ceremonia original tuvo lugar en 1474.

En la Plaza se celebraban acontecimientos de la más variada índole, como el mercado de los jueves (en el que se vendía todo tipo de viandas, frutas, hortalizas, granos, aves, caza, huevos, todo tipo de cacharros, cerámica, calzados, prendas de vestir…), procesiones, misas de campaña, juras de bandera, corridas de toros, conmemoraciones de sucesos históricos, según atestigua el cronista Sáez y Romero en sus "Crónicas segovianas de tiempos pasados" de 1930.

Durante la II República los jóvenes de izquierdas desfilaban, con retratos de Lenin y Largo Caballero. En 1937, en plena Guerra Civil, la pastelería ‘Bausa’ de la Plaza Mayor, instalaba en su entrada un atractivo avión, de juguete y cargado de luces, que hizo las delicias de la chiquillería, algo que buena falta hacía en tiempos tan sombríos.

En la propia plaza y sus calles adyacentes se encontraban además todo tipo de comercios que aprovisionaban a los segovianos de variedad de productos que cubrían necesidades básicas y no tan básicas: tabernas, figones, posadas, barberías, sastrerías, estancos, tiendas de ultramarinos, pescaderías, tahonas, boticas…El que suscribe ha visto en persona en esa plaza eventos de carácter tan lúdico como las deliciosas actuaciones de los titiriteros en el festival Titirimundi.

El bullicio de tan hermoso espacio público atrajo la atención de grandes artistas y poetas, que utilizaron la plaza Mayor como motivo de sus obras. Entre los pintores que la representaron en sus cuadros se encuentran Darío de Regoyos, Lope Tablada Maeso, o Daniel Zuloaga y su sobrino Ignacio.

Hoy en día la Plaza Mayor de Segovia continúa siendo punto de encuentro entre los paisanos del lugar y los turistas que visitan en gran número una ciudad que posee tan numerosa cantidad de atractivos.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad de Diego Salvador Conejo

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