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Pinturas del ábside de San Clemente de Tahull

Pinturas del ábside de San Clemente de Tahull son románica perteneciente al conjunto de la decoración mural de la iglesia ubicada en el valle de Boí

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El ábside de San Clemente de Tahull es una pintura románica perteneciente al conjunto de la decoración mural de la iglesia de Sant Clemente de Tahull en el valle de Boí; Actualmente la pintura original se expone en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, mientras que en la iglesia se ha exhibido desde 1960 hasta de 2013 una réplica en tamaño algo menor que la original, realizada por Ramón Millet.

Las pinturas de San Clemente de Tahull es una de las obras maestra del románico europeo. Su genialidad reside en la combinación de elementos de diferentes visiones bíblicas (las del Apocalipsis, Isaías y Ezequiel) para presentarnos al Cristo del Juicio Final. Este aparece desde el fondo provocando un movimiento centrífugo de la composición, en la que domina el sentido ornamental de los perfiles y la habilidad en la utilización del color para dar volúmenes.

La pintura mural del ábside central, forma parte del conjunto pictórico que comprende también la decoración de los arcos triunfales, la del ábside lateral, la inscripción de consagración y una ventana anterior.

La cronología de las pinturas toma como referencia la inscripción pintada que se ha conservado sobre una columna del lado del Evangelio, la inscripción nombra la consagración de la iglesia en el año 1123 y presenta los caracteres del mismo tipo que en las diferentes inscripciones de las pinturas del ábside.

La obra del ábside se trata de una Maiests Domini o Pantocrátor, la epifanía del Dios legislador, todopoderoso, que viene a juzgar al pueblo.

El ábside de San Clemente de Tahull presenta un colorido amplio de tonalidades y unas líneas con color negro que configuran los contornos de las imágenes representadas con un sentido monumental, así como una composición estructurada en varios registros.

Registro superior: representa EL CIELO, en este registro se encuentra el Pantocrátor entronizado dentro de una mandorla, con los pies sobre la bola del mundo y su mano derecha que bendice con dos dedos a la manera griega, en la mano izquierda lleva un libro abierto con la inscripción EGO SUM LUX MUNDI (yo soy la luz del mundo), su rostro alargado de penetrante mirada está realizado con marcadas líneas, las cejas arqueadas, ojos, boca, barba y pelo de manera simétrica y aplicado el color con pintura plana, pero con dos tonalidades una clara y otra más oscura para conseguir un cierto modelado, que el pintor remarca en los amplios pliegues de las vestiduras, el tetramorfo (que está representado mediante figuras que llevan los símbolos de los evangelistas: san Mateo, el angel o el hombre; san Marcos, el león; san Juan, el águila; san Lucas, el toro, y dos figuras simétricas flanqueando la composición representando un serafín y un querubín cada uno con tres pares de alas.

La cuenca del ábside presenta un fondo dividido en tres bandas de diferentes colores, negro, ocre y azul.

Registro intermedio: se ven cinco apóstoles de izquierda a derecha, probablemente santo Tomás, san Bartolomé, san Juan Evangelista, Santiago y una última figura muy mutilada asociada a san Felipe y la Virgen Maria, colocados uno al lado del otro aunque de manera independiente gracias a la representación pictórica de elementos arquitectónicos, en este caso de una arcada, con columnas y capiteles, encima de ellos tienen una inscripción que los identifican.

Registro inferior: generalmente se observan elementos que pertenecen al mundo terrenal, así como ornamentos de tipo vegetal o geométrico, que representan la Tierra. No se conservan muchos restos pictóricos del registro inferior: se intuyen elementos decorativos de zigzag propios de estos registros y que seguramente determinaban unos espacios con figuras de animales y por debajo de ellos debía estar decorado con cortinajes, de esta parte no se conserva nada.

Detalle del rostro de Cristo:

Bizantino; caracterizado por el hieratismo de las figuras, la simetría y la concepción plana de la composición. Las figuras muestran claramente el aspecto antinaturalista de la obra. La posición en que se encuentran es estática y queda bien remarcada la frontalidad del dibujo. Además, los cuerpos muestran bastante rigidez y en algunos casos, severidad. Demuestra un claro carácter hierático.

Mozárabe: común en el arte románico del norte de la península ibérica, que otorga vitalidad y expresividad, como vemos en los rostros de las figuras. El autor enfatizó los ojos y los colores de la cara. Se centró en la nariz, en los ojos, las cejas y la boca, jugando con el dinamismo que ofrecen las líneas: las cejas abiertas se unen con las líneas de la nariz, que nos llevan hacia los labios, enmarcados por el bigote caído; este último, nos dirige hacia la barba que, a la vez nos lleva hacia el pelo.

Árabe: en oposición a la corriente bizantina, rompe con el hieratismo y expresa deseo de asimetría. Se puede observar esta influencia en los arabescos y las líneas curvas que recrean las sinuosidades de la ropa y el pelo, especialmente en el Pantocrátor, al que el autor da énfasis en el movimiento de los mismos. Todos estos detalles se completan  el Pantocrátor remarcan su magnificencia y superioridad. La voluntad de romper con la frontalidad se hace patente en los símbolos de los evangelistas dibujados con una leve perspectiva que no permite ver dos partes diferenciadas del elemento, la cara interior y el exterior, diferenciadas a la vez mediante dos colores diferentes.

Redescubrimiento

Con el paso del tiempo, las pinturas románicas quedaron escondidas detrás de retablos, encaladas o perdidas para siempre, hasta que a principios del siglo XIX, con el retorno de la razón sobre el oscurantismo por un lado, y la voluntad de recuperación de la cultura catalana con la Renaixença por otro, recobraron su importancia.

En 1907 el instituto de Estudios Catalanes llevó a cabo una expedición a San Clemente de Tahull, que acabó con la publicación del trabajo resultante, con el  objetivo de dar a conocer la obra. En 1915, se alertó sobre el interés en comprar pintura mural de los Pirineos catalanes que mostraban coleccionistas estadounidenses, como Hearst o John Davison Rockefeller y del expolio al que estaban sometidas las obras. Además hay que tener en cuenta el hecho de que algunos párrocos de la zona ya habían vendido algunas piezas a coleccionistas y museos.

Traslado y exposición:

Atendiendo a los principios de difusión y preservación del patrimonio catalán, se creó la Junta de Museos de Cataluña realizó, entre 1919 y 1923. La primera campaña de arranque y traslado de pintura mural de los Pirineos, entre las que se encontraba el conjunto de San Clemente de Tahull. El ábside central se encontraba cubierto en gran parte por un retablo gótico.

La técnica de los arrancamientos, llamada STRAPPO, fue introducida en Cataluña a través del restaurador italiano Franco Steffanoni, contratado para la campaña de salvaguardia de las pinturas murales de Tahull.

La técnica STRAPPO consiste en el desprendimiento de la capa pictórica sin mortero. Sobre la superficie pictórica limpia se aplican dos capas de telas de algodón con una cola orgánica en caliente. Una vez seca, la cola contrae la superficie, arrancando la capa pictórica de la pintura.

Una vez arrancadas las telas se enrollaron y se embalaron en cajas de madera. Las pinturas murales de Tahull fueron transportadas con mulas hasta Puebla de Segur, desde donde se trasladarían en tren y camión hasta Barcelona, donde se quedaron custodiadas por el entonces Museo de Arte de Cataluña, con sede en Parque de la Ciudadella. Posteriormente, en 1934 fueron trasladadas al Palacio Nacional. Actual sede del Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Debido a la guerra civil española y ante el peligro de sufrir un bombardeo, las obras fueron de nuevo trasladadas junto con algunos ábsides románicos a Olot y a otras pequeñas poblaciones como por ejemplo Darnius.

Con motivo de la Exposición Internacional de 1937 en Paris, se organizó una exposición para denunciar la situación política del país, bajo el título de "L´Art catalán du Xé au XVe siécle", se expusieron muchas de las obras del museo y entre ellas el ábside de San Clemente, del 18 de marzo al 10 de abril de 1937, en el Jeu de Paume de Paris. Posteriormente se expondrían también en Maisons-Laffitte hasta el 20 de mayo. Joaquim M. Folch i Torres, entonces director del museo, hizo una nueva propuesta de exposición de los ábsides románicos, que entonces ya constituían parte muy importante de las obras del museo. Se crearon unos falsos marcos arquitectónicos que evocan el original de las iglesias.

Una vez acabada la guerra, la colección volvió al palacio en 1940 y se reinauguraron las salas de arte románico el 12 de junio de 1942, bajo la dirección de Xavier Salas.

Simbología

La pintura románica tenía la finalidad didáctica, era funcional. Las pinturas de Tahull estaban dirigidas a una comunidad relativamente pequeña, pobre e iletrada, donde es de suponer que la iglesia era el centro del pueblo, el lugar donde se reunían y tomaban decisiones. Las obras, de temas religiosos, tenían como objeto difundir escenas extraídas de la Biblia de forma comprensible para todos, de manera que pudiera  llegar a la gente analfabeta, según ya había afirmado san Gregorio de Nisa en el siglo IV: "La muda pintura habla sobre el muro y hace, con ello, mucho bien" Por ello, los personajes bíblicos estaban representados portando siempre los mismos objetos a través de los cuales se les podía identificar con facilidad, lo que se podría nombrar como la BIBLIA GRAFICA.

La obra representa varias narraciones bíblicas (Apocalipsis, libro de Isaías y libro de Ezequiel) y culmina con el Juicio Final. Se nos muestra a Dios desde la perspectiva más sobrenatural de la visión apocalíptica dado que aparece con todo su poder y toda su gloria para jugar la Humanidad. Por esta razón, Dios nos es presentado con todas aquellas características que lo identifican con el ser supremo y que nos señalan su magnificencia. Para empezar, las dimensiones sobrenaturales del propio  Pantocrátor.

Fuera ya de la cuenca absidal pero relacionada compositivamente con esta, la decoración pictórica de los dos arcos pre-absidales, completan la representación trinitaria de la divinidad en la coronación de los arcos.

La mano derecha de Dios (Dextera Domini) que representa el poder del padre.

Dextera Domini: La presentación del Cristo en Majestad en la cuenca abisal, presidiendo el conjunto de la composición pictórica de la iglesia, es característica y habitual del arte románico catalán. Cristo reposando los pies sobre la mandorla, que simboliza el mundo y, por tanto, Dios  recuerda cual es su papel, el de dios legislador, juez que domina sobre lo terrenal. Además de San Clemente de Tahull, aparece en otros lugares como Santa María del Mur o la iglesia de san Pablo y San Pedro de Cardós de Esterri de Cardós. El Cristo se ha representado frontal. Sobresaliendo ligeramente de la mandorla, con el brazo derecho levantado haciendo el signo de bendición con la mano y con el libro abierto a la izquierda, apoyado sobre la rodilla. El protagonismo del Cristo en Majestad es característica de la pintura alto románica. Alfa y Omega primera y última letra del alfabeto griego, simbolizan el principio y el final y por tanto, Dios como creador y a la vez destructor. La inscripción Ego Sum Lux Mundi (yo soy la luz del mundo), la luz como símbolo de la verdad absoluta, del Bien y del camino para llegar a la "Salvación", según el Evangelio de Juan "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue de ninguna manera andará en la oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida" (Jn 8:12)

En el ámbito cristiano la mano derecha de Dios (Dextera Domini en latín) tiene varias significaciones: indica protección divina, también legitimación de un poder o bien un testimonio cualquiera. Hay representaciones tanto de la palma como del dorso. Hay representaciones tanto de la palma como del dorso. Frecuentemente en el cielo entre las nubes y dirigida hacia la tierra, con los dedos abiertos o bien bendiciendo.

Aunque la mayor parte de las veces es parte de una representación o cuadro más amplio a veces también se representa solo la mano sin contexto como por ejemplo en el fresco de San Clemente de Tahull.

El Cordero de Dios (Agnus Dei) que representa a Cristo sacrificado vencedor de la muerte. 

Las tres representaciones forman un eje hacia los fieles. Las manos de Dios se representa dentro de un circulo blanco vacio pero con los dos dedos que atraviesan su perímetro, en el arco, más cercano a la cuenca.

El cordero con siete ojos, sigue la narración del apocalipsis de san Juan, que representa sus atributos: poder, riqueza, sabiduría, fortaleza, honor, gloria y bendición. Está dentro de un circulo y ligeramente arqueado, con las patas delanteras sobre el Libro de los siete sellos (Ap 4-11). Su cabeza está rodeada por un nimbus crucífero (una aureola con una cruz inscrita).

En ambos lados del arco donde está la Dextera Domini, se representan las figuras de Caín y Abel. En un lado del otro arco se desarrolla una escena en la que un perro lame las heridas de Lázaro el leproso, ante la puerta del rico Epulón, esta parábola aparece en el evangelio de san Lucas y está presente en la decoración de otras iglesias románicas como la de la iglesia de San Joan de Boi.

En una absidiola lateral; la del lado del evangelio, hay restos de decoración mural, que representaba sobre un fondo de bandas de colores, un coro de seis ángeles, de los que solo quedan dos fragmentos, en ambos lados de la pequeña ventana central. Se cree que estas pinturas fueron realizadas por otro autor, con menos calidad que el maestro de Tahull y que podría haber trabajado también en la iglesia de Santa María de Tahull que está en la misma población.

En una de las columnas de la nave, aparece una fecha pintada, a la cual se asocia la creación de la pintura mural del ábside central y la consagración de la iglesia por el obispo de Roda, Ramón de Roda en el año 1123.

ANNO AB INCARNACIONE

DNI: M: C: XX: III: III: IDUS: DBR

VENIT RAIMVNDUS EPC BARBASTRE

NSIS CONSECRAVIT HAC ECLESIA IN HONORE

SANCTI CLEMENTIS MARTIRIS ET PONENS RELIQUIAS

IN ALTARE SANCTI CORNELLI EPISCOPI ET MARTIRIS.       

“El año de la encarnación del señor 1123, el 10 de diciembre vino Ramón, obispo de Barbastro consagro esta iglesia con honor de san Clemente  mártir y puso reliquias en el altar de san Cornello obispo y mártir"

Las figuras que simbolizan el tetramorfo, así como los ángeles que los representan están inscritas en ruedas o círculos enlazados entre sí. Esta iconografía se puede relacionar con las visiones del profeta Ezequiel en las que los querubines alabando a Dios aparecen entre cuatro ruedas llenas de ojos. La referencia a las ruedas, en el trono de Dios, también aparece en las profecías de Daniel.

La representación de la Virgen Maria en la época románica suponía la consideración de Maria como camino para la redención de la humanidad. Se solía colocar, como en el caso de San Clemente e Tahull, entre el colegio apostólico como testigo ocular de la divinidad de Cristo. Maria sostiene en su mano una especie de copa, símbolo iconográfico que corresponde al salmo 116 "levanta el cáliz de la salvación e invocaré el nombre de Yahvé". Asimismo se invoca también como "el vaso de elección" y " el cáliz del mundo"

El Maestro de Tahull:

Es considerado como el más grande de los pintores de murales del siglo XII en Cataluña y también como el más importante de los pintores románicos de Europa. Su principal obra son las pinturas del ábside de San Clemente de Tahull. 

Se considera casi perfecta su manera de articular los espacios. Dibuja los rostros de las figuras con gran realismo y estilización. Utiliza en su gama cromática los colores carmín, azul y blanco. Se ha llegado a pensar que trajo consigo desde Italia, además de las herramientas, los materiales necesarios para su trabajo.

Es muy probable que el obispo Ramón de Roda entrara en contacto con el maestro cuando consagró la iglesia de Tahull en 1123,   encargándole la decoración del ábside de la catedral de la Roda de Isabena en Huesca.

Las pinturas de la capilla de Santa María de Tahull tienen bastante afinidad con las de san Clemente, el artista debía ser del círculo del Maestro de Tahull. Aunque su trabajo es menos genial y con una gama cromática menos rica en matices.

La técnica empleada por el Maestro de Tahull es la de la pintura al fresco, aunque se han identificado numerosos retoques en seco.

Para utilizar este tipo de técnica, lo primero se preparaba el muro con varias capas de mortero, con una última capa solo de cal. Mientras la preparación todavía estaba húmeda, se aplicaban pigmentos mezclados con agua, sin aglutinante, ya que la propia cal cumplía con esta función. De esta manera, los pigmentos quedaban adheridos a la capa de cal, siendo imposible de disolverse.

Aunque los artesanos a menudo trabajaban en diferentes territorios, los pigmentos solían ser locales. En el caso del ábside central de San Clemente de Tahull, la mayoría de pigmentos son tierras naturales y minerales autóctonos, entre los que destaca la aerinita, con la que el autor alcanzaba los magníficos azules de la obra.

Sin embargo, también se han encontrado elementos no autóctonos, como el cinabrio y la azurita, procedentes del sur de la península y de Italia, respectivamente.

Reproducción en su lugar de origen.

Inicialmente, no se planteó la reproducción de la pintura mural de San Clemente de Tahull en la iglesia originaria. Sin embargo, debido al creciente reconocimiento del que gozó la iglesia y de las numerosas visitas que recibía desde la recuperación de las pinturas, en 1959 encargaron su réplica a Ramón Millet. El artista, que trabajó durante dos años, creó la réplica a una escala inferior respecto al original.

Durante los años 2000 y 2001 fueron descubiertos algunos nuevos fragmentos de pinturas murales, que se conservan en su lugar, dentro de la iglesia de San Clemente de Tahul.

El ábside en la actualidad:

En julio del 2013 se presento el resultado del proyecto de conservación y restauración de los restos de pinturas románicas originales que se encuentran en el ábside de san Clemente,  además de implantar un proyecto para la  musicalización de la zona, mediante una proyección virtual  (mapping) sobre las pinturas originales, del ábside y del presbiterio, que en la actualidad se encuentran expuestas en el MNAC.

Previamente se han retirado las imágenes del ábside que estaba expuesto en el ábside, reproducciones de las originales, y han sido restaurados los fragmentos de pintura original que se encontraban debajo de éstas.

También se ha incluido la reestructuración del espacio original de su ábside, para mostrar toda la complejidad de su programa pictórico, además de la instalación de un pavimento totalmente nuevo, que mejorará la funcionalidad de la iglesia, y un nuevo sistema de iluminación, que permite destacar las pinturas originales existentes en la iglesia

Tras retirar la copia de la pintura realizada por Ramón Millet en 1960, comenzó la restauración de los muros. En medio siglo no se había visto cómo habían quedado tras el arranque de las pinturas.

También se han localizado dos ventanas (una un óculo) ocultas en la parte inferior del ábside central, que se cegaron para poder pintar, pero que tienen restos de frescos anteriores. Esa es otra de las incógnitas de San Clemente. No se sabe si se construyó una primera iglesia que acabó destruida por un alud y luego se levantó un segundo edificio, o si en realidad hubo dos fases de construcción del mismo edificio.

La recreación, caracterizada por una gran precisión y fidelidad que se aproxima al realismo pictórico, se consigue mediante seis proyectores de alta definición y escáneres láser de tres dimensiones.

La tecnología de última generación, conocida como mapping, se consigue proyectar sobre el ábside una animación de 10 minutos que reproduce la globalidad del fresco original con todos sus detalles y figuras.

 

 La iglesia de Sant Climent está abierta al público todos los días de la semana de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00, las proyecciones audiovisuales se realizan en ciclos que se inician cada 30 minutos.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de M. Carmen Diez Carrera.

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